domingo, 8 de junio de 2014

El Mito de lo Femenino Sagrado y de lo Femenino Caído


Adolfo R. Ordóñez
Colaboración: Patricia Fernández Acosta de Ordóñez
 

Introducción

Comprender la función de lo femenino en el devenir psíquico -tanto en las mujeres como en los varones- es decisivo para facilitar el camino de individuación anímico, o proceso madurativo psicoespiritual.   Además, la cuestión de lo femenino hace a la esencia del Cristianismo. De hecho, las llamadas "Ordenes de Caballería", y los cuentos y mitos contados por los trovadores medievales, intentaban educir en los "Caballeros cristianos" las cualidades del "amor cortés" idealista y heroico dirigido hacia el socorro de las damas amenazadas por monstruos, y colaborando así con la maduración psicológica de la humanidad (como muy agudamente señaló Jung). 
Por ejemplo, el carácter acentuadamente “sensible”, “compasivo”, de “entrega” y “pacificador” de los principios sobre los que se basa la ética cristiana (como aquello de “amad a vuestros enemigos”, o eso de  “ofrecer la otra mejilla” a nuestro agresor) nos llevan a pensar que su mensaje era más fácil de comprender y aceptar para las mujeres. Por esa razón, cuesta creer que Cristo no tuviera “discípulas” de gran importancia y valor moral entre sus seguidores. De hecho, según los Evangelios -tanto canónicos como aprócrifos, más de treinta en total- éste era  el caso de María Magdalena y el de María de Betania, la hermana de Marta.


Cómo se fue 'dejando de lado' lo femenino (en hombres y mujeres) a lo largo de la historia

De este modo, nos resulta sospechoso de “machismo espiritual” grave, el haber suprimido el sacerdocio -y hasta el “papado”- femenino. Un primer triste paso, en esta dirección no integradora o excluyente de lo femenino, fue el dado por el papa Gregorio “el grande”, que además de haber consolidado el poder material del Vaticano, en el año 591 identificó a todas las Marías -salvo a la Virgen- con la figura de la prostituta, la cual originalmente no estaba identificada con María Magdalena, quien en cambio, fue una prominente discípula de Jesús. Otro paso ignominioso, fue el haber quemado en la hoguera en 1300 a Manfreda de Visconti -considerada “la Papisa” por el grupo de los guglielmitas italianos-. Luego de un siglo, la familia Visconti respondió a este acto tremendo, haciendo realizar un mazo de cartas de Tarot que incluía al Arcano de “La Papisa”  (tal como lo hacen todos los Tarot desde entonces). Esta fecha citada es cercana a la cruenta orden de matar en la hoguera en 1307 a los Caballeros Templarios, asociados a la búsqueda del “Santo Grial”, relacionado el mismo, con el “femenino sagrado”. Más o menos contemporáneamente, encontramos la destrucción en 1255 (caída de Quéribus) de los Cátaros, pueblo que -además de ejercer su derecho a la libertad de pensamiento espiritual- contaba con 'perfecti' ('los perfectos, sacerdotes y sacerdotisas), y tenía además una organización comunal horizontal, típicamente “femenina”.

En realidad, esta situación había comenzado  demonizando la ‘rebeldía intelectual’ de la “serpiente” que  mora en el  Árbol de Conocimiento (de lo que se habla en el Génesis) y el seguimiento que Eva hace de la misma. Muchos siglos después, los gnósticos se encargaron de denunciar dicha injusticia y de clarificar el sentido de este mito. Sin embargo, ello sólo les sirvió en su contra, y -al fin y al cabo- no pudo evitar la mal llamada "quema de brujas" durante los siglos posteriores.

En definitiva, con lo señalado, el “cristianismo” exotérico ha cortado la posibilidad de conexión con el sentido profundo oculto en lo femenino, así como la posibilidad de comprender la relación del cristianismo con las otras grandes corrientes espirituales. Ello permitió nutrir a la separatividad intergénero e interreligiosa, la única “herejía” verdadera en medio de la gran “familia humana”.
Sin embargo, el sentido profundo de lo femenino ha sido abordado por los gnósticos y alquimistas, y el cristianismo esotérico en general (refiriéndonos por ‘esotérico’ a lo nuclear y medular de algo).



Lo femenino en  distintas tradiciones espirituales

Para entender lo anterior, haremos una comparación con el Budismo y la Kabalá:
  1. Es conocido que Buda se concentró en el sufrimiento humano y en cómo poder redimir a la humanidad de sus desdichas psicológicas y existenciales. Para Buda esto es equivalente a la expresión cristiana gnóstica de la “Caída de Sofía” (‘Sabiduría’), la Menor, en el Mundo de la materia y de la ignorancia: Sofía  ‘cae’ a un estado de ignorancia dolorosa. Toda la doctrina y el “Trabajo” de Buda viene a intentar, entonces, restituir esa olvidada sabiduría (Sofía) intrínseca en las  Almas humanas; y llevarla hacia la ‘Bienaventuranza del Nirvana.’
  2. En la Kabalá esta “crisis existencial” o situación dolorosa y sufriente humana se expone a través del denominado “Exilio de la Shejiná” (aspecto femenino de Dios en el Mundo), acompañando al “Exilio de las Almas” , la ‘esclavitud en Egipto’ de las existencia terrenal. Según la Kabalá, las Almas pueden y deben retornar a su condición de bienaventuranza mediante el proceso del Tikún (restitución, redención). Cada alma que empieza su Opus-alquímico u Obra de Redención, se dice que es una Baal Tshuvá, es decir, ‘una arrepentida que vuelve’. Nos hace recordar aquí a la parábola cristiana del ‘Hijo Pródigo’.   
  3. Veamos, entonces, cómo desde el Budismo, el Cristianismo, la Kabalá, y otras tradiciones, se hace énfasis en esta circunstancia de la condición sufriente del Alma humana encarnada o “personalidad”, porque algo en ella está en exilio, desterrado, olvidado, y su consecuencia es la avidya, una ignorancia vital y existencial. Ésta es la lamentable condición de todos los humanos -hombres y mujeres- cuando estamos alejados de nosotros mismos, de nuestra esencia. Sin embargo, existe la esperanza de restitución/redención, que consiste en realizar las “bodas místicas” con un “Cristo interior” (Atman, Selbst, etc.).

¿Qué relación tiene esto con el simbolismo de lo Femenino Sagrado y su caída?

  1. En todos los mitos se habla de lo ‘Femenino Sagrado’, como un principio espiritual (“Sofía”) que cae en un Exilio (convirtiéndose en algo femenino desorientado, desterrado). Los mismos, se refieren simbólica y esotéricamente al proceso de maduración anímica-espiritual (proceso de individuación), y en particular, a la maduración psíquica del principio mental, el cual constituye el principio femenino por excelencia. Utilizamos aquí, como veremos, lo 'mental' en un alcance muy amplio y no restringido como solemos usarlo en Occidente.
  2. En toda la Tradición Universal encontramos un 'principio intuitivo iluminador mental' (denominado en la literatura teosófica principio budi-manásico). El mismo, que constituye lo Femenino Sagrado, está provisto con todos los dones de aquello que no ha perdido su contacto con la Fuente de la cual emana. Por lo tanto, este principio femenino sagrado se caracteriza por una sabiduría compasiva, una sabiduría cardíaca, amorosa, una inteligencia sensible e incluyente (universal).
     Sin embargo, la mente no se reduce a estas cualidades. Hay presentes en el psiquismo humano características mentales con diferentes matices. Veamos: También existe lo que suele denominarse un 'principio mental superior', que hace de puente entre esa mente intuitiva, compasiva y amorosa (recién citada), y una forma de mentalidad más estrecha, y reducida, de carácter personal y concreta. Éste es usualmente denominado ‘principio mental inferior’. 

 El principio mental superior se relaciona con esa disposición anímica que puede pensar los procesos con cierta luz y que hace de puente entre esa instancia amorosa, compasiva y universal ('Lo Femenino Sagrado'), y lo que denominamos principio mental inferior ('Lo femenino Caído', que es aquello que ‘cae’ como un rayo en la manifestación). 

A esta altura, recordemos que el tema  del que hablamos aparece como un simbolismo recurrente  en las distintas tradiciones espirituales de la humanidad.
En relación a estos tres principios -considerados femeninos simbólicamente- que acabamos de describir y   que,   insistimos, están presentes tanto en hombres como en las mujeres, podríamos dar ejemplos de su presencia en el Cristianismo:
  • La Virgen María, la Gran Madre o Madre Universal, se vincula al principio intuitivo-compasivo búdico.
  • María, la hermana de Marta, se vincula al principio mental superior (procesos mentales con cierta luz).
  • María Magdalena, se relaciona en esta analogía con el principio mental inferior, o de la ‘mente-deseo’.
Estas son las ‘Tres Marías’, que estuvieron presentes en la Crucifixión de Jesús. Astronómicamente están vinculadas al cinturón de la Constelación de Orión, que -dicho sea de paso- era la constelación adonde se dirigió Osiris, también muerto y resucitado, y adonde se dirigían al morir los faraones. También se relacionan con las “Tres Moiras” griegas, que presiden sobre el Destino…


La Mente y  lo Femenino

En el simbolismo universal siempre lo Femenino representa un espacio intermedio o mejor aún, ‘mediador’.
La Mente es un aspecto anímico que también hace de intermediario, de “vasija” o “recipiente” más transparente o más opaco, por el cual las ‘cosas’ vienen a ser en la manifestación, pasando así desde una dimensión inmanifestada y sutil, a otra material y concreta.
Veamos cómo se distribuyen  estas tres dimensiones mentales intermediadoras:
  • Arché, el Mundo Arquetípico de las Ideas (relacionadas con Budi y ese aspecto Mental Universal). 
  • El Primer reflejo inteligible en la mente humana de estas Ideas arquetípicas (relacionadas con la ‘mente superior’). La mente, como la mujer,  “concibe y da a luz” a las Ideas. 
  • La Materia, y su posterior proyección y concreción (relacionado con las ‘Sombras de la caverna’ de Platón).
Por eso, los gnósticos decían que Cristo era “el compañero” de María Magdalena (así como era el cónyuge o syzygya de Sofía), porque era Él quien la vendría a redimir. ¿Qué simbolizaba esto?  Cristo aquí representa la Individualidad Profunda en cada uno de nosotros, hombres y mujeres, el Atman, el Selbst, o Uno mismo, que viene a rescatar a la Personalidad (el rayo de la mente caído en la manifestación) de su Exilio y a llevarla de retorno a su Hogar.


Síntesis

La idea fundamental que queremos transmitir, y que se refleja en el Cristiansimo, el Budismo y la Kabalá, así como en otras Tradiciones espirituales, es la de la ‘Persona/Personalidad’  que sufre y que puede ser rescatada por la ‘Individualidad o Ser Superior’, un principio espiritual interno (simbolizado en Cristo), el Atman, o el Selbst, a través de todo un proceso u Opus alquímico, el cual usualmente es representado en doce o trece etapas.
En la Pistis Sofía (el más extraordinario texto gnóstico cristiano), por ejemplo, se simboliza a este opus alquímico en ‘las trece metanoias’ (metanoia suele traducirse por “arrepentimiento”, pero literalmente significa “más allá de la mente”), y representan las fases del proceso aludido.
Encontramos en la mitología también a ‘Los Doce Trabajos de Hércules’; y en el simbolismo astrológico a la Rueda zodiacal  con sus doce fases. En la Kabalá están los ‘Doce senderos oblicuos’ en el Árbol de la Vida  (por donde se sube y se baja).
Por lo tanto, detrás del simbolismo de lo Femenino encontramos a todos los mitos básicos que explican el camino de individuación desde la condición humana sufriente y su posibilidad de integración y armonización hacia una liberación de esa condición de limitación y desorientación.
Finalmente, queremos remarcar varias cosas:
  1. Hemos de distinguir entre el significado histórico-mítico y el simbólico-abstracto de cada ser implicado (como hacemos con Cristo), sea la Virgen María o María Magdalena. Ésta última, por ejemplo, a la vez que fue una distinguida discípula de Jesucristo, también simboliza el principio de la mente-deseo en cada ser humano, sea éste varón o mujer. 
  2. Descalificar la figura de María Magdalena, o confundir su simbolismo hace peligrar la comprensión de los procesos de la mente-deseo, subestimando la función de ese principio clave para el éxito de la 'obra alquímica' (¡Y de la 'obra  Krishnamurtiana' del conocimiento propio!). Sobre todo, considerando los problemas que han resultado en el pasado -y hasta hoy mismo- al identificar sin comprender el simbolismo, a la 'Mujer', la 'Materia' y el 'Mal', tal como acotó Jung. 
  3. Enfatizar el simbolismo psicológico 'Búdico' de la otra Gran Función de lo Femenino Sagrado (representado en la figura de la Virgen María) de ser receptivo a la Simiente Sagrada de las Ideas Arquetípicas, y dando a Luz, de modo 'Inmaculado', a todo Ser Iluminado que ya se ha liberado de su previa etapa de lucha y conflicto psicológico.



María, la hermana de Marta, se queda a los pies de Cristo escuchándolo; a diferencia de Marta que va y viene de aquí para allá. Jesús le dice a Marta que ella se preocupa y se agita por muchas cosas; sin embargo uno tiene necesidad sólo de una; y es a eso que se entrega su hermana María (Lucas 10:38-42).


Como se hace evidente en varios de los Evangelios denominados ‘apócrifos’, como el Evangelio de Felipe, y el de la mismísima María magdalena.


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