jueves, 16 de julio de 2015

La sonda New Horizons, el contacto con Plutón y sus repercusiones anímicas en la Humanidad

Los nuevos contactos con Plutón y Caronte
Por Patricia Fernández A. de Ordóñez
En 1930 cuando Claude Tombaugh descubrió Plutón en el Observatorio Lowell, hubo una crisis económica sin antecedentes, la Psicología Profunda se desarrollaba a pasos agigantados, y poderosos líderes autoritarios intentaban imponerse en varios países de Europa y América. Se estaba preparando el escenario para la Guerra más terrible del planeta (conocida por nuestra civilización actual). Y comenzaban a desarrollarse las investigaciones que nos harían conocer el poder del núcleo atómico.
Hoy están llegando las primeras fotos de Plutón y Caronte, y la sonda espacial New Horizons es portadora de las cenizas de Lowell, astrónomo aficionado, quien estimuló y avaló durante ocho años con un fuerte apoyo económico,  el descubrimiento de Plutón, pues estaba seguro de la existencia de este planeta. 
¿Qué sincronicidades acompañarán este evento? 
Nuestra cultura actual se ha desarrollado increíblemente en lo tecnológico. Sin embargo, hemos perdido la cultura mítica, característica de los pueblos ancestrales. La sonda New Horizons ha llegado a los confines del Sistema Solar, pero lo hemos hecho desde una actitud conquistadora, triunfante. Están ausentes en estos acercamientos, las conductas rituales de los pueblos originarios, quienes saludaban al Sol por las mañanas, lo despedían al atardecer, y agradecían a la Madre Naturaleza la lluvia, cuando está caía sobre los campos. 
En nuestra conquista del exterior, hemos olvidado las resonancias internas, subjetivas que representan los hechos externos.
Nos hemos olvidado de 'pedirle permiso' a Plutón y a Caronte para estudiarlos, nos hemos olvidado de 'saludarlos'. Hemos visitado sus confines sin solicitar anuencia para hacerlo. Esto equivale a una conciencia cerrada al mensaje que porta nuestro  inconsciente de los posibles sentidos asociados y correlacionados con estos logros tecnológicos. Para apreciar esta dimensión arquetípica, se requiere de una conciencia abierta no sólo a 'techné' y a 'Logos'; se requiere de una conciencia abierta al sentido anímico del Mito y el Ritual en nuestras existencias.

Expresa Joseph Campbell:
"Lejos de significar una ficción, el MITO es un medio para desvelar una realidad que no puede expresarse por medio de abstracciones filosóficas. Una realidad demasiado profunda para caber en el mundo lógico. (...) Los mitos son los soportes mentales de los ritos; los ritos, las representaciones físicas de los mitos. (...)La función del ritual es, tal y como yo la entiendo, dar forma a la idea humana, no como una mera ordenación superficial, sino en lo profundo. (...)Toda vida es estructura."                                                            
                                                           Joseph Campbell: "Los Mitos.Su impacto en el Mundo actual

Hemos venido asistiendo al despliegue de una increíble tecnología. Al observar los esfuerzos de los equipos de la N.A.S.A. para poder fotografiar al 'planetoide' -respetando el criterio de nomenclatura actual- y a uno de sus satélites, no podemos dejar de 'sacarnos el sombrero' frente a la complejidad y el verdadero reto intelectual que esto supuso.
El tema aquí, y lo expreso con profundo respeto a la actividad de todos esos hombres y mujeres abocados a tamaña empresa, es que estamos atravesando un momento planetario en el que me pregunto si es sensato desarrollar tanto, un sólo aspecto de nuestra naturaleza (en este caso 'el pensar analítico') a expensas del resto. 
Estamos en una delicada transición de un modo de vida en agotamiento hacia otro aún no comprendido o percibido claramente. Para atravesar satisfactoriamente esta dificultosa transición, sin duda nos hace falta reunir todos los talentos humanos a nuestro alcance, y no sólo uno de ellos -cualquiera que éste sea-. Por lo tanto, entre los talentos incluyo a un pensar analítico, pero que vaya de la mano del intuir mítico-simbólico, pues como señalaba el biólogo y epistemólogo francés, Edgar Morin, nuestro pensar tiene una capacidad dual. Y lejos de alojarse en el campo de la 'superstición o especulación' como afirmaban los positivistas ingenuos, el Mito y los Símbolos nos llevan a dimensiones anímicas para las que no alcanza el mero pensar analítico. Sin embargo, es necesario reconocer, que sin este último, tampoco se logra el despliegue comprensivo maduro de la lógica mítica. Logos y Mito son como los esposos, su relación no es fácil, pero de su actividad acompasada y complementaria se obtiene una danza bella, la alquimia de la hierogamia o 'casamiento sagrado' entre lo yin y lo yan. Por lo tanto, veamos un poco del mito para enriquecer nuestra comprensión de este par de cuerpos celestes que está siendo estudiado en el Cielo.

Plutón y  Caronte Míticos
En la antigua Roma se lo denomina Plutón, que significa 'ricachón' en latín, ( de ahí deriva etimológicamente  la palabra 'Plutocracia', el gobierno de los ricos), nombre que es tomado del más antiguo aún,  Dios griego Hades (cuyo significado es 'el invisible').
Como ambos nombres lo señalan, 'Rico e Invisible' esta divinidad gobernaba en el infierno (que significa 'tierras bajas'), en las profundidades de la Tierra. Allí iban las Almas de los muertos según la creencias de  esos dos pueblos citados. Y alude no sólo a las riquezas provenientes de las profundidades (invisibles) de la tierra, sino también en un alcance psicológico, a la riqueza anímica obtenida cuando vamos al encuentro de esa dimensión invisible y profunda de nuestra psique: el inconsciente. De ahí que fuera 'no visible', y también  'rico'.
Para los antiguos esta deidad era tenebrosa y muy temida, (nadie va al encuento de su sombra con buena disposición y agrado).
Sin embargo, también era conocido por su sentido implacable de la justicia. Gobernaba a las almas de los muertos que poblaban su reino sombrío y desconocido.
Al morir, el Dios Hermes llevaba al Alma hasta el río Estigia. Allí se encontraba con el barquero
Caronte, genio del mundo infernal cuya misión consistía en trasladar las Almas a través de los pantanos de Aqueronte, atravesando el lago Estigia hasta la orilla opuesta del río de los muertos. En pago por su tarea, había que pagarle un óbolo. Podemos decir, que ningún trabajo anímico espiritual es 'gratis'. Siempre tiene un costo vital, energético y psíquico llevar a cabo tal tarea. Pero la comprensión de nuestra genuina naturaleza vincular bien lo merece... Un detalle simbólico interesante: si bien Caronte es el barquero fúnebre (indicador de que todo trabajo álmico implica la elaboración de duelos), no es él quien rema, sino las propias Almas trasladadas al inframundo.
Ya llegados a las Puertas del Infierno, las Almas se encontraban con cerbero, un perro de tres, cicuenta o hasta cien cabezas (según quén narre sobre él). Su misión era impedir  la salida de este Reino.
Como vemos, la narración del mito es tenebrosa, oscura, inspiradora de las fantasías más temidas. Esto debe significar algo para nuestra psique.
Veamos ahora a continuación, qué nos dice Alice Bailey en Astrología Esotérica, sobre el Planeta/planetoide Plutón:

Plutón en la Astrología Esotérica
  • "En la primera iniciación, el discípulo debe luchar contra las fuerzas cristalizadoras y destructoras de Vulcano y Plutón. (...) Plutón trae a la superficie y destruye los obstáculos generados en las regiones inferiores" *(de la naturaleza humana)
  • "Dos de los Planetas No Sagrados (Marte y Plutón) funcionan en conexión con el centro sacro (Marte) y el Plexo Solar (Plutón). Este último se halla activo en el hombre que se está vivificando en un sentido muy elevado y su naturaleza inferior  se pierde en el humo y en las tinieblas de Plutón, que rige la tierra ardiente inferior, a fin de que el hombre pueda vivir en la verdad, en la región superior de la luz'.**

Resonancia de estos descubrimientos en el Período actual de la Humanidad
Por lo visto más arriba tanto desde lo astronómico (el hecho de que Plutón y Caronte se ubiquen en los confines o bordes de nuestro Sistema Solar), así como desde lo mítico y astrológico ( que sea el Dios regente del inframundo -inconsciente-, y que esté vinculado al Plexo Solar), podemos intuir que este acercamiento a ambos cuerpos celestes está sincronizado con la resonancia de esa funciones anímicas tanto en lo individual como en lo colectivo.
Es de esperar, entonces, que en este período mundial, se vean intensificados la actividad en el mundo de las emociones y el plano astral -cargado de ideologías, parcialidad, separatividad, y fanatismo-. Es una oportunidad para bucear en los pantanos de nuestra laguna Estigia -la individual , familiar, nacional y planetaria-. Plutón, como divinidad juisticiera implacable, nos ayudará a mirar sin deformar lo que vemos. Pero también deberemos pagar un óbolo por este trabajo. Y no nos está asegurado que todos y cada uno de nosotos podamos regresar de estas profundidades, pues el can Cerbero custodia sus puertas y decide quién es merecedor de ascender de nuevo a la superficie.
Para expresarlo de modo más directo y menos simbólico, hemos de estar muy atentos en estos momentos a las explosiones y destemples anímicos; serán la tentación para llevarnos a un viaje hacia las tierras de Plutón de las manos de Caronte. Y si nos vemos invlucrados en pisar esta `Tierra ardiente', necesitaremos de toda nuestra atención amorosa y voluntad para ir más allá de las pasiones fantasmagóricas que desunen, separan y sólo causan dolor y padecimiento.
Aquél que sale triunfante de las pruebas del Averno, puede vivir feliz en los Campos Elíseos (éste es uno de los destinos, el otro, es el Tártaro, lugar infernal de destierro).
No es tarea fácil la que nos espera. En el plano mundial, aquellas zonas del planeta donde prevalecen las divisiones y las ideologías fundamentalistas  -propias de un plexo solar exacerbado), verán incrementados los enfrentamientos. Otro tanto sucederá en los vínculos individuales.
La Paz hay que ganarla, y hay que trabajar de modo arduo, y consciente para ella.

¡Qué poco asimilamos los seres humanos la ley de la Sincronicidad, pues al llevar las cenizas de P. Lowell (quien era un astrónomo aficionado que dispuso de su plata para crear un Observatorio astronómico que pudiera descubrir al denominado 'planeta X', que resultó ser Plutón) y una lista con 400.000 nombres de personas que firmaron para figurar en ella, estamos conectando directamente a la Humanidad con este 'enano planetoide' (como hoy decidió denominarlo la ciencia), que será pequeño pero contundente en su función arquetípica!...
Por ahora, disfrutemos de las fotos...



Referencias:
* Astrología Esotérica, Fundación Lucis, año 1970, Cap. 2,  pág.66.
** Ídem ant. pág. 68

lunes, 13 de julio de 2015

Sincronicidad y Transferencia. Ejemplos de la Clínica. (Parte 5)






Sincronicidad (Parte 5)

Sincronicidad y Transferencia- Casuística

Por Patricia Fernández Acosta de Ordóñez

Transferencia, Contratransferencia y Mandala Zodiacal
Agregando la variable astrológica para quien esté acostumbrado a pensar los temas desde la lógica arquetípica del Mandala Zodiacal, es interesante observar que las nociones de transferencia y constratransferencia desde esta perspectiva, evidencian que las mismas son decisivas y bisagras en el Proceso de Individuación colectivo, tanto como lo fue en el siglo XX la conceptualización del Inconsciente .
Veamos: Hasta el siglo XIX los únicos fenómenos que eran objeto de estudio, eran los observables, medibles y controlables con el método científico experimental tradicional; y respondían a variables que podían estudiarse directamente por los cinco sentidos.
En el Mandala Zodiacal esto implica un recorrido que va de Aries (Fase 1) a Libra (Fase 7). Es decir, mientras nos mantengamos en la fase 7 de Libra, zodiacalmente hablando, seremos conscientes de la presencia ‘externa’ de otro. Entre las Fases 1 a 7 del Mandala Zodiacal nos conectamos con la cara consciente o visible de la experiencia anímica. Por ejemplo, en la Fase 7, reconozco la presencia objetiva de otro diferente a mí. Ese otro estará frente a mí, o junto a mí, será diferente de mí y necesario, hasta complementario... Pero se mantendrá como una realidad exterior separada y observable con mis cinco sentidos… Desde Aries (Fase 1) a Libra (Fase 7) nos mantenemos en el plano de la de la exterioridad. Podríamos decir, que éstas, son fases regidas por una “percepción newtoniana” de la existencia; y en el área dela Psicología, estará vinculada con la denominada 'Psicología de la Conciencia'.

En la primera mitad de la circulación mandálica (incluyendo a la Fase 7 y a Libra que marcan la transición hacia el ‘camino de retorno’ a Aries o segunda mitad zodiacal), no hay percepción de  vinculación energética invisible entre los seres; aún no hay noción de inconsciente ni de los diferentes campos de implicación de éste. Tampoco hay percepción de que nuestras mentes no sólo están entrelazadas, sino que además forman un Campo Anímico común. Porque esta percepción de conexión no lineal, o de la no separabilidad del campo psi, corresponde a Escorpio (Fase 8). Por eso , afirmamos que este signo es bisagra en el Mandala Zodiacal y en el Proceso anímico de Individuación. Implicará soltar la noción tradicional de identidad separada, visible. Requiere el descubrimiento e integración de la Sombra, del Inconsciente, así como de la concientización de los fenómenos de Transferencia y Contratransferencia.
De modo análogo, podríamos decir que la Física newtoniana llega hasta Libra (Fase 7). Y que la Física Cuántica implica un salto a la fase  que inicia el retorno en la segunda mitad de la Rueda Zodiacal. la Física Cuántica, así como la Psicología del Inconciente, solicitan como condición necesaria para seguir el recorrido zodiacal, el ingreso al aprendizaje escorpiano (Fase 8) de transferencias de energías, la aceptación de la existencia de una dimensión anímica inconsciente, la percepción de entrelazamientos de cuánticos, y el reconocimiento de campos morfogenéticos  y resonancias mórficas que comparten información.
Recapitluando y a modo de síntesis: 
  • La noción de Inconsciente se corresponde a la fase escorpiana del Mandala zodiacal; pues su reconocimiento supone un salto anímico y perceptivo: aceptar que hay dimensiones de nuestra vida psíquica que desconocemos, que se encuentran más allá del ego y que no controlamos.
  • También las nociones de transferencia y de contratransferencia suponen un salto anímico y perceptivo: el reconocimiento de la presencia de fenómenos psíquicos por entrelazamiento y transmisión de información de un modo no lineal ni causal, los cuales producen efectos singulares no anticipables ni previsibles por la mente consciente, y que sin embargo, se actualizan cuando menos uno los espera, reconociéndolos y significándolos retroactivamente.
El tema de la transferencia y de la sincronicidad siempre mantendrán cierta oscuridad para una conciencia centrada en el ego, pues requiere la necesidad de abrirnos psicológicamente, soltando nuestras defensas, única posibilidad de percibir que formamos parte de sistemas mayores. Asimismo nos pide acompañar la gestación de esta vincularidad fluida que supone la relación paciente/terapeuta, pues, requiere de una sensibilidad, de una sutileza y de una ‘atenta observación/escucha flotante’, las cuales implican una entrega muy particular en las sesiones, un estar en el ‘aquí y ahora’, una ‘conciencia testigo’ que perciba ‘el yo, el tú’ y esa nueva dimensión siempre actualizándose: ‘El nosotros’. Todo esto requiere  necesariamente una entrega más allá del ego típica de la fase escorpiana zodiacal.


Lo que vendrá (en próximos artículos): las relaciones entre  ‘yo-‘tú’- ‘nosotros’ y los ‘operadores hamiltonianos’ en Cuántica.

En Física Cuántica, la dinámica propia de cada sistema -su ‘identidad’, digamos- no puede verse sólo
en la función de onda ‘psi’, que puede ser compartida con otros sistemas muy diferentes, sino que está determinada por su ‘operador hamiltoniano’ (en homenaje al genial físico-matemático irlandés
William Rowan Hamilton), el cual es ‘característico de ese sistema’. Es decir, en Cuántica, cada sistema, está caracterizado por un ‘operador hamiltoniano’. Dicho operador organiza la cantidad y modos de interacción de las diferentes formas de energía del sistema, determinando sus estados invariables y variables en el tiempo. En Psicología, diremos que cada sistema tiene sus características propias que denominamos ‘Personalidad’. A su vez, la función ‘psi’ se relaciona con la circulación de la “libido” o energía vital y psicológica, en el sentido más amplio y general que le daba Jung y que permite estos fenómenos sincronísticos que nos evidencian la constitución y existencia de un sistema en común -que integra y trasciende las personalidades de ambos- en este caso entre paciente y terapeuta. De modo análogo, en Física Cuántica cuando se produce la interacción de dos sistemas se forma un ‘operador hamiltoniano de interacción’ común a todo el sistema.

Esto lo desarrollará Adolfo en artículos venideros. Lo comento, simplemente para establecer otra semejanza a desarrollar, de este tema y la relación entre ‘el yo’ (el cual constituye un sistema ‘hamiltoniano’ con características propias), ‘el tú’ (otro sistema ‘hamiltoniano’ con características propias), y un nuevo sistema (‘hamiltoniano’) en constante actualización, producto de la interacción entre los dos anteriores, ‘el nosotros’.

Ejemplos clínicos de Sincronicidad y transferencia (contratransferencia)
Permítaseme brindarles algunos ejemplos de mi práctica clínica para que entiendan lo que deseo transmitirles en relación a Sincronicidad, Cuántica y Transferencia.
Los nombres que daré de las personas serán ficticios, por supuesto, para respetar la confidencialidad de la relación paciente-terapeuta.
  • Un fenómeno muy común que nos sucede a los psicólogos cuando estamos en una sesión, es
    que cuando un paciente entra y otro sale, la  vivencia del psicólogo es la de adentrarse en un ‘universo’ o ‘sistema’ completamente diferente al anterior (el paciente que se acaba de retirar). Junto al ingreso del paciente al consultorio, se ‘constela’ un mundo organizado diferentemente, con un escenario, relaciones, ‘paisajes’, ‘climas’ propios. Esto viene acompañado con personajes de la nueva ‘obra’ que se escenifica delante del paciente y el terapeuta. Y estos personajes, por supuesto, tienen nombres y cobran vida. Sin saber conscientemente a ciencia cierta el porqué, cuando un paciente ingresa a la sesión, vienen a nuestro encuentro todos esos personajes con sus nombres y sus características (aunque el paciente no nos hable de ellos). Cuando el paciente sale de la sesión, esos nombres y personajes se desvanecen, y de modo automático los olvidamos. Es así que en cada sesión, solemos recordar los nombres más insólitos de los personajes de la vida del paciente que tenemos delante, no sólo recordamos los nombres de las personas más significativas de su vida, sino también de otras relaciones que en apariencia parecen tener menor importancia, y ni bien éste sale, esos personajes con sus nombres se van con él.
  • Le comento a una paciente al recibirla, a modo de disculpa por mi retraso de 15 minutos,
    mientras la saludo al comenzar la sesión: ‘Nunca me pasó como a Lacan que aconteciera
    una ‘emergencia significante’ -un ‘darse cuenta de algo súbitamente’- a los 10 minutos de la sesión. Lo habitual es que me cuenten cuestiones determinantes de su vida cuando estoy en la puerta despidiendo al paciente al finalizar la sesión de 1 hora... Y eso me retrasa otro rato más. Por ejemplo, me dicen: ‘-Ah, fui abusada en mi niñez.’ Termino de comentar esto sin saber porqué realmente elegí ese ejemplo, y la paciente me responde mirándome fijamente: ‘Bueno, si querés hoy te cuento cómo fui abusada en mi infancia. Esto sólo lo conté una vez, a una sola persona, a  mi terapeuta anterior.’
  • Atendía a una paciente con la cual veníamos trabajando principalmente el tema de pareja, 
    y como ya comenté, durante las sesiones, recuerdo perfectamente los nombres de parientes, compañeros de trabajo, jefes, etc. de cada paciente. Un día la recibo, la saludo a Laura, nos sentamos y le pregunto directamente: ‘-Cómo va tu relación con Alberto?’ Ella me sonríe y me corrige: -‘Mi pareja se llama Federico’. Sorprendida, me disculpo, y pregunto nuevamente por su relación con Federico. La sesión se desarrolla de modo habitual. Transcurren los días y Laura regresa a la siguiente consulta para su sesión. Nos sentamos, la saludo e inmediatamente le pregunto: ‘- Cómo va tu relación con Alberto?’  Laura me sonríe esta vez más abiertamente, y me confiesa: -‘¡Qué bruja sos! Hay un Alberto dándome vueltas alrededor pero yo no te comenté nada aún, y ya es la segunda vez que me preguntás por él. Te voy a tener que contar!   
  • Una mujer me cuenta el siguiente sueño, que la había perturbado: -‘Soñé que primero se caía un edificio sobre mi casa, y la dañaba bastante. Luego, había un segundo derrumbe, pero esta vez este incidente si bien afectaba a la casa, no le hacía tanto daño’-.  Le respondo a la paciente: ‘Posiblemente recibas dos noticias que te afectarán. La primera tendrá mayor impacto emocional, te sacudirá más. Luego vendrá una segunda noticia que también te sacudirá, no tan intensamente como la primera.’ Cuando la mujer viene a la siguiente sesión me cuenta que su hijo de 15 años, con quien tiene mucha afinidad y a quien adora, le informa su decisión de ir a vivir con su padre. Esto, naturalmente, al ser inesperado, sacude a la mujer. La segunda noticia, llega cuando su ex esposo se comunica con ella para solicitarle la manutención mensual de su hijo, ya que de ahora en más, viviría con él. No detallaré aquí la hemenéutica onírica junguiana. Quiero aclarar únicamente que los símbolos oníricos (como cualquier otro símbolo) son polisémicos, es decir, abren a una riqueza de sentido. Por lo tanto, cada símbolo tiene múltiples posibilidades interpretativas. Sin embargo, cuando esta mujer me narró su sueño, ‘vi’ de algún modo su sentido para esa ocasión. Creo que esto es otro ejemplo de contratransferencia, y de información de inconsciente a inconsciente.
  • Recibo por primera vez a una paciente. Durante la entrevista inaugural, construyo la
    anamnesis, pregunto el motivo de consulta y también me presento profesionalmente. Generalmente, les hago un breve recorrido de mi formación, y les explico que mi modo de abordar los procesos psicoterapéuticos es bastante heterodoxo (de ahí mi necesidad de explicar el recorrido formativo previo). El primer encuentro me sirve para pesquisar si podré trabajar con esta persona o no, si hay posibilidad de establecer esta relación transferencial. La joven me da muy buena impresión, la primera entrevista transcurre sin mayores altibajos. La segunda sesión, al recibirla, veo en su rostro una expresión de temor y consternación. Inmediatamente al recibirla me dice: “No pensaba tener que tratar este tema tan rápidamente, pues no aparecía en mi horizonte cercano cuando te conocí. Pero evidentemente por algo son las cosas, por algo empecé mi proceso terapéutico… Me quedaron muy grabadas tus palabras en la primera sesión, y me hicieron pensar mucho’. A todo esto, yo me preguntaba internamente a qué se estaría refiriendo, porque no tenía la menor idea qué le había dicho la primera sesión, si más vale la había escuchado a ella especialmente. Mientras estaba en esto, Juana me dice: '-Quedé embarazada esta semana. Me hice el test y dio positivo. Yo no quiero tener este bebé, no estaba en mis planes. Mi pareja sí lo desea. Y a mí me quedó muy grabado todo lo que me contaste acerca de lo importante que fue la maternidad para vos como aprendizaje y experiencia de vida.' Imagínense mi sensación interna. No tenía registro de haberle hablado de mi maternidad en forma personal, no es necesario para una ‘presentación profesional’. Sin embargo, por algún motivo oculto -sincronicidad- lo hice. En la tercera sesión, esta mujer me dice que había decidido seguir adelante con el embarazo, que mis palabras en la primera sesión habían sido decisivas. Luego de haber tomado esta determinación de continuar con la gestación, su hermana le confiesa que un bebé que había perdido no había sido un aborto espontáneo sino provocado. Y que esta experiencia había sido sumamente traumática para ella. Por otro lado, su propio compañero le dice que estaba mucho más tranquilo, que él anhelaba ese bebé con ella. Y la paciente agrega: ‘Me siento aliviada con esta decisión que tomé.’
  • Una noche sueño con una paciente que tenía que venir a sesión esa semana. En el sueño, ella y su hija discuten. Y mi paciente me confiesa en el sueño que está muy preocupada por su hija. Cuando llega el día de la sesión, esta mujer abre el encuentro contándome exactamente lo que yo ya sabía: un problema puntual con su hija.
  • Una joven me está comentado en la sesión sobre un ritual mapuche que presenció cuando fue al sur, de visita a su pueblo natal. Me cuenta que los lugareños originarios están muy preocupados por la explotación minera y la contaminación que produce. En particular, porque esta explotación alcanzó a un Monte considerado sagrado por ellos. El ritual consistía en hacer una fogata, sentarse alrededor de la misma y entonar cánticos de pedido a la Madre Tierra.
    Yo suelo encender una vela cada mañana cuando comienzo la atención terapéutica. La misma la apago al terminar la atención, al final de la jornada de trabajo. En esta ocasión, sucedió que mientras la paciente me contaba acerca del ritual, la vela hizo una llamarada, como una pequeña explosión, la cual casi incendia el altar en el que la ubico. Me tuve que levantar rápidamente para apagar la llama. Otro ejemplo de entrelazamiento cuántico y sincronicidad.
  • Los próximos dos ejemplos se relacionan con sucesos sincronísticos anticipatorios.Aquí tenemos una muestra de la no separabilidad espacio-temporal en dimensiones anímicas de mayor implicación (inconsciente colectivo). El primero de ellos se refiere a una joven, Susana, que me cuenta que yendo a su clase habitual de yoga, estaba caminando por el Bv. Oroño y Salta, y de repente defeca sobre ella un pájaro. Cuando lo narra lo hace espeluznada. Me aclara: ‘-No era el `popó’ común de un pajarito o de una paloma. ¡Era algo mucho más contundente, oloroso, feo, impresionante! Con decirte que tuve que regresar a casa a limpiarme y cambiarme de ropa! Yo me pregunté porqué me habría contado esa situación que parecía no tener mucha importancia más que constituir una molestia inoportuna. Sin embargo, me daba cuenta que para ella era mucho más que eso. En ese momento no pude dimensionar su importancia, pues me faltaban elementos para apreciarla. Pero como siempre confío en este vínculo transfenrencial paciente/terapeuta, por tal motivo, acepté la situación, sin dudarlo,  como destacada en la vida de Marisa; y dejé la puerta abierta para que oportunamente emergiera el sentido de la misma. El hecho pasó.
    Dieciocho meses después sucede la recordada y triste explosión de todo un edificio que tuvo alto impacto en casas y edificios linderos. Hubo muchos muertos, gente herida y numerosas personas que quedaron sin hogar. Entre ellas, la profesora de yoga de Susana, cuyo casa -en la cual daba las clases- se encontraba a unos pocos metros de donde fue el siniestro. Mi joven paciente, me confiesa después de comentar la conmovedora noticia: -¿Sabés, Patricia? Te acordás de eso que me pasó hace mucho con un pájaro? Me quedé tan impresionada que nunca más volví a pasar por la misma vereda. Cruzaba la calle y pasaba por enfrente. Ese día salvé mi vida gracias a ese hecho que me dejó tan impresionada, porque la clase de yoga era justo a esa hora…’
  • El segundo de los ejemplos anticipatorios y que también  está relacionado con la explosión del 2013 en Rosario, ocurrida en Bv. Oroño y calle Salta, es el siguiente: Una joven, Mariana,  viene a la sesión y me narra una pesadilla: - ‘Soñé con Antonio. Estábamos en un lugar en ruinas. (Se refería a un muchacho que recién conocía y con el cual estaba empezando a salir).-‘Me quedé muy impresionada con el sueño pues todo era destrucción a nuestro alrededor. Era como si hubiera ocurrido algo tremendo y había varios edificios derrumbados, muebles… era todo un desastre. Había una gatita que había sobrevivido y yo la salvaba. Me desperté muy perturbada.’ Cuando la paciente me narra el sueño, no tenía los elementos para apreciar el sentido premonitorio del mismo. Con los elementos que disponía: El muchacho no es de Rosario, su comportamiento es bastante fóbico, no buscaba una relación con compromiso, mientras mi paciente sí la anhelaba; supuse tentativamente por ese sueño, que su inconsciente le señalaba que ese vínculo podría implicar alguna amenaza psíquica para ella, pues realmente estaba encariñándose con él. Mientras que él pasaba muy de vez en cuando por la ciudad y se encargaba de dejar bien en claro que ella era sólo una relación más. Dos años después de este sueño, sucede la explosión de calles Salta y Oroño. Mariana en el interín se había distanciado del joven y no lo había vuelto a ver… hasta, precisamente, ese momento.
    Antonio, estaba de gira nuevamente por Rosario y se había alojado en un hostel de la manzana donde fue el desastre, justo en esos días. La paciente viene a consulta y me cuenta que había retomado el vínculo con el músico. Y si bien Antonio se había salvado de la explosión porque justo esa noche no había dormido en el hostel que quedó completamente destruido, no obstante, al día siguiente había regresado a ese lugar junto a ella (le había pedido que lo acompañara) para ver si encontraba alguna pertenencia suya. Cuando me narra el hecho, le pregunto: -‘¿Te acordás de aquél sueño del edificio en ruinas? Ella no lo tenía presente en ese momento, pues habían transcurrido ya, dos años. Como suelo recordar muy bien los sueños, se lo narré. A medida que lo hacía, ella iba abriendo expresivamente sus ojos con una mezcla de expresión de asombro y susto. -‘¡Sí, Patri! Era esa situación. En el sueño veía lo mismo que ví ahora. Es todo un horror. Hasta aparecía la gatita!’ Aquí tenemos otros caso de anticipación.
  • Respecto de las sincronicidades referidas al pasado, es frecuente asimismo, la aparición en sueños de temas que sugieren indagar en la ascendencia del paciente, en cuestión a la insistencia del síntoma dentro de la familia. Sería largo de narrar, pero me bastará dar sintéticamente algunos ejemplos para facilitar la comprensión acerca de esto. El caso de María, que bebe compulsivamente los fines de semanas, razón por la cual, su esposo se quiere separar de ella. Por motivos oníricos repetidos, comienzo a indagar características de los diferentes parientes. Su marido, trabaja de croupier en el Casino -lugar al que asisten numerosos adictos al juego-. Su hermana es adicta a juntar 'porquería, basura', me confiesa María.
    Su papá y su abuelo tenían compulsión a hacer grandes apuestas, con lo cual se ha perdido gran parte de la fortuna familiar. En estas situaciones, sugiero el acompañamiento del proceso psicoterapéutico con Constelaciones Familiares, a las cuales acudo con muy buenos resultados. Otro caso, es el de Cecilia, quien asisite a la consulta porque le cuesta encontrar pareja y tener relaciones sexuales plenas. Indagando en el árbol familiar, aparecen varias tías solteras por la línea materna, y en particular, el caso de una de ellas por cuyo recuerdo le pusieron su nombre -Cecilia-. En estos dos casos, la vivencia contratransferencial fue muy importante, porque percibía con mucha claridad la necesidad de indagar en la ascendencia familiar y no tomar el síntoma individualmente. De hecho, la práctica astrológica nos 'entrena' en una mirada 'sistémica', pues al levantar mapas natales familiares, vemos la altísima incidencia de 'aspectos' (diálogos energéticos o de funciones psíquicas) en las cartas natales del árbol genealógico.
     
Cada vez que me suceden hechos como éstos, no dejo de indagar en la conexión existente entre los seres humanos, y entre los seres humanos y la Vida, la cual no termina nunca de asombrarme, y sin embargo, es frecuente y totalmente natural, pues nuestras psiques individuales forman parte de una Mente Colectiva. Y sino, a la prueba me remito…





Sincronicidad y Transferencia (Sincronicidad Parte 4)



Sincronicidad, Transferencia y Física Cuántica

Por Patricia Fernández Acosta de Ordóñez
Introducción

En los artículos previos sobre Sincronicidad, exploramos la relación entre Psique y Física Cuántica. Hoy la profundizaremos, penetrando en el fenómeno psicológico de transferencia/contratransferencia que caracteriza a todos los procesos psicoterapéuticos cuando realmente “funcionan” como tales.
Es nuestra hipótesis de trabajo que la sesión psicoterapéutica opera “de modo cuántico”, es decir que, durante la misma, existe una conexión o “no separabilidad” de información psíquica entre el terapeuta y el paciente (o entre los inconscientes de ambos, la denominada ‘función psi’), lo cual da lugar a numerosos fenómenos sincronísticos, entre los que se encuentran la transferencia y la contratransferencia, que serán sumamente orientadores del proceso psicoterapéutico, y enriquecedores del vínculo, pues el denominado ‘entrelazamiento cuántico’, facilita la captación de información valiosa para el progreso y desenvolvimiento de aquél.

Un poco de Historia 

Los conceptos de ‘transferencia y contratransferencia’ emergen en la teoría psicoanalítica con Freud. Sin embargo, a lo largo del desarrollo de la denominada ‘Psicología Profunda’, dichos conceptos, fueron modificándose. Así, encontramos autores como Jaques Lacan, Sullivan, Carl Rogers, Erich Fromm, y muchos otros post freudianos que los reformularon.
Básicamente, Freud definía a la transferencia como:
  • ·  La función psíquica mediante la cual un sujeto transfiere inconscientemente y revive, en el vínculo con su terapeuta, sus antiguos sentimientos, afectos, expectativas o deseos infantiles reprimidos.
  • ·  Específicamente, es la herramienta fundamental con la que cuenta el analista (S. Freud, 1915), y una condición necesaria, para poder conducir el tratamiento (Dicc. de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis).
Por contratransferencia, Freud entendía al conjunto de las reacciones inconscientes del analista frente a la persona del analizado y, especialmente, frente a la transferencia de éste.

Sin embargo, hoy utilizaremos ambas nociones con un sentido más amplio, muy  cercanas a la
concepción junguiana sobre el tema. Ésta incluye al concepto freudiano, pero le da una aplicación mucho más extendida -por expresarlo de algún modo-, a dimensiones que trascienden la mera transmisión psi en la figura del terapeuta de las imagos parentales. Jung considera que también pueden proyectarse sobre el terapeuta, otras figuras arquetípicas y no sólo las parentales o de la infancia. La cuestión tiene importantes implicancias teóricas, prácticas, y hasta filosóficas, pues, sucede que como los arquetipos son los constituyentes básicos del Inconsciente Colectivo, la conexión posible de información entre paciente/ terapeuta -y viceversa- ya no será meramente desde el inconsciente personal de uno, con el inconsciente personal del otro meramente, sino que involucra una dimensión anímica común, el denominado Inconsciente Colectivo.
Más modernamente, encontramos versiones homólogas al concepto de Inconsciente Colectivo, provenientes de otras disciplinas y aún, de la misma Psicología. Por ejemplo, el biólogo inglés Rupert Sheldrake, yendo más allá de una Biología meramente ‘corpuscular’ y molecular, propone llevar la “Teoría de Campos” a la Biología, y habla de ‘resonancia mórfica’ y de ‘Campos Morfogenéticos’. Así denomina a estos Campos Biológicos sutiles que codifican la información propia de cada especie. En realidad, Sheldrake habla de una jerarquía de campos morfogenéticos, cada vez más incluyentes. 

Otro tanto sucede con Jung, quien discierne dentro del Inconsciente Colectivo, al Inconsciente colectivo familiar, al Inconsciente Colectivo Nacional, al Inconsciente Colectivo de la especie humana… y más aún, pues en algunos escritos se reconoce platónico y vincula su noción de Inconsciente Colectivo  hasta asimilarla con la del ‘Anima Mundi’ de Platón.

Por su parte, Bert Hellinger, el alemán creador de las Constelaciones Familiares, quien ha abrevado
en psicoanálisis, la terapia sistémica, programación neurolingüística, análisis transaccional y teología, se refiere a cuatro niveles de ‘Almas’ (recordemos que ‘Psique' significa Alma, en griego), siendo el nivel más abarcativo de los cuatro,  el que llama Alma Universal. Cada nivel del Alma, (‘alma familiar’, ‘alma tribal’ y así siguiendo) está relacionado con diferentes Órdenes de ‘Implicación [i]-Información’ anímica.
De modo que este compartir información transferencial y contratransferencial entre paciente/terapeuta, tiene como trasfondo común al Inconsciente de la especie misma (con sus diferentes órdenes de implicación, o diferentes dimensiones del Inconsciente. Colectivo) que vincula al inconsciente de cada miembro de la relación.

Transferencia, Sincronicidad y Espacio-Tiempo: Otro punto importante a tener atentamente en cuenta es que en las dimensiones inconscientes, álmicas, u ‘ondulatorias’, la noción espacio-temporal se modifica sustancialmente. Psiquiatras de todas las épocas coinciden en afirmar que en el Inconsciente conviven ‘pasado-presente-futuro’, entrelazados e implicados de tal modo que al actualizarse en niveles de mayor explicitación consciente, pueden brindar información de esa dimensión temporal que constituye una realidad indivisa en el campo psi. Estaremos especialmente atentos a este tema, pues cuando expongamos casos clínicos en el siguiente artículo veremos la frecuencia con que el pasado remoto (incluso de varias generaciones  atrás, o del futuro -incluso con años de anticipación), aparece en la experiencia clínica psicoterapéutica.


Pero retomando el tema del desarrollo histórico de la noción conceptual de transferencia/contratransferencia, fue precisamente Jung quien observó que entre el paciente y el analista se producía un fenómeno de ‘resonancia mutua’, podríamos decir. Decía el psiquiatra suizo que en la relación ‘paciente/terapeuta’ surge una ‘combinación de campos’, idea que resulta análoga al -hoy más divulgado- fenómeno de ‘entrelazamiento cuántico’ en Física. Esta ‘combinación’ o ‘entrelazamiento’ va operando una modificación en la relación entre ambos, es decir, en la relación en sí misma. Ambos, paciente y terapeuta, constituyen en el acto terapéutico un sistema fluido capaz de compartir una información que los enriquecerá y modificará mutuamente. Esta circunstancia se dará si el campo que se constituye es realmente conectante, y hay empatía o ‘resonancia’ recíproca; esto es, si el psicólogo logra ‘conectarse con’ o ‘sintonizar’ en el mismo plano del paciente. El ejemplo más práctico que se me ocurre es el de un diapasón que resuena con el instrumento hasta encontrar una afinación en común.

Fenómenos de Transferencia/Contratransferencia y Física Cuántica
Lo que en este nuevo concepto de transferencia y contratransferencia queda de la definición inicial es que ambos fenómenos requieren de la presencia de dos requisitos:
  •          Una conexión de inconsciente a inconsciente (en ambos sentidos, del paciente al terapeuta y viceversa). Expresándolo de modo cuántico, esta comunicación ‘psi’ implicaría una 'teletransportación' o transferencia -empleando el lenguaje de Freud- de información, debida al entrelazamiento de ambas psiques, teniendo como trasfondo una Psique común colectiva.
  •          Será necesaria la presencia de un afecto mutuo, empatía, catexia afectiva, o como deseemos denominarlo [ii], para que se dé esta comunicación entre inconscientes. La simpatía o afecto son el análogo cuántico a la fuerte interacción entre las partículas, lo cual en Física determina el entrelazamiento de las funciones de ondas entre las partículas (si lo abordamos en un nivel micro) o personalidades (si lo abordamos en un nivel macro desde la Psicología).

Si bien Freud le daba un sentido negativo a la contratransferencia, y suponía que ésta era un
obstáculo para la cura, muchos otros psiquiatras, consideraron que posee elementos valiosos y enriquecedores del panorama terapéutico, ayudándolo al psicólogo a construir una hipótesis diagnóstica, así como también a ir acompañando el desenvolvimiento del proceso psicoterapéutico en sí. Por ejemplo, la contratransferencia, observada, pesquisada y seguida por el psicólogo con atención y la mayor neutralidad posible, ayuda -entre otros elementos de la observación clínica- a diferenciar una neurosis de una psicosis.
En mi propia práctica he podido valorar la importancia del seguimiento minucioso de esta relación paciente/terapeuta y el ‘nuevo sistema’ que ambos constituyen, lo cual es generador de fenómenos llenos de sentido y orientadores del proceso psicoterapéutico.
La consecuencia del establecimiento de la transferencia y de la contratransferencia -además de ser condición sinequanon de la cura-, serán la aparición de una serie de fenómenos singulares, los cuales hasta podríamos considerarlos paranormales, ya que  determinan esa actualización única e irrepetible en cada sesión que caracteriza al acto terapéutico. Hablo de paranormales, porque situaciones telepáticas -comunicación a distancia- , anticipatorias (premociones), o fenómenos sintomáticos resistentes a la cura, por condiciones familiares pretéritas (que alcanzan varias generaciones anteriores, según describimos más arriba) son de frecuente manifestación en esta relación ‘psi’ terapeuta/paciente.

El Observador modifica lo Observado
 En Ciencias Sociales se habla de ‘observación participante’ -y no de ‘observación a secas’- porque es sabido desde hace muchas décadas, tanto en las experiencias antropológicas como en las psicológicas que la presencia de un observador en algún estudio o prueba, modifica lo observado (el objeto de estudio).
La Física Cuántica muestra algo semejante: Si un investigador quiere observar la velocidad de una partícula, según el “Principio de Incerteza” de Heisenberg, necesariamente modifica la posición de ésta; y viceversa: Cuando el investigador quiere observar la posición de una partícula, se modifica la velocidad de la misma.
John Wheeler, un prominente físico norteamericano, también aclaró ‘contundentemente’, esta vez para la Física, que no existen ‘meros observadores', sino 'participantes’ en los fenómenos naturales, tal como se venía constatando desde el siglo XIX en las Ciencias Sociales. Es decir, ‘el observador, modifica lo observado, y viceversa.’ Esto es lo que sucede durante la sesión, en la relación terapeuta/paciente.


Agradecimiento especial: a Adolfo Ordóñez por sus sugerencias y colaboración científica.


[i] Denomicación creada por el reconocido físico David Bohm, quien propone considerar a la Realidad como constituida por variados Órdenes de Implicación de carácter creciente e incluyentes, y variados Órdenes de Despliegue o Expliciatación, los cuales también podrían correlacionarse perfectamente con los procesos psicológicos y las diferentes dimensiones del Inconsciente Colectivo (Órdenes de Implicación), y los diferentes niveles de conciencia (Órdenes de Explicitación).
[ii] No consideraremos en el actual artículo a las denominadas neurosis de transferencia y neurosis de contratransferencia, referidas a la patología de ambos fenómenos, por ser excesivamente técnicas para el mismo.