miércoles, 4 de noviembre de 2020

Los “cuerpos” del hombre

Los “cuerpos” del hombre

En la Teosofía difundida a partir de Madame Helena P. Blavatsky (que abreviaremos, como es usual HPB) se hace referencia a la constitución total del ser humano como formada por siete principios, vehículos o cuerpos. Y al tratar sobre ellos, se suele usar un lenguaje demasiado rígido o concreto –como es casi inevitable-, y con poca flexibilidad psicológica que no sugiere todos los procesos dinámicos y evolutivos a los que están sujetos. Así, se hace conveniente y necesario aclarar algunos malos entendidos, los cuales pueden incluso inducir a varios errores conceptuales que conspiran contra lo que se quiere significar.

En este asunto, podemos aprovechar algunas expresiones aparentemente muy “shockeantes” del “Cuarto Camino”, difundido gracias al esfuerzo realizado por George I. Gurdjieff. Según sus ideas, nuestra psique humana no nos fue dada como un "cuerpo". Ésta palabra, si profundizamos en su significado, no es sólo una forma con una estructura característica, sino que designa a un sistema muy organizado, a una totalidad orgánica, la cual –para funcionar a pleno- debe ser indivisible, aunque estando en constante transformación (es decir, no desequilibrado ni en “equilibrio estático”, sino en “equilibrio dinámico”), que puede servir de vehículo a la conciencia.

¡Pero en lo psicológico –por lo menos al principio- los humanos “promedio” no constituimos un "cuerpo"! En efecto, somos altamente desordenados, y estamos severamente fragmentados: como si nuestra psique fuera un "polvo" o “barro” de sustancia astral hecho de deseos contradictorios y de cambiantes emociones, dependientes de nuestro exterior, de si los demás nos alaban o critican; y además de un "polvo" mental de pensamientos más o menos incoherentes y de  fantasías-ilusiones-imágenes mentales; y todo mezclado dentro de nuestro “huevo áurico”. ¡Nuestra psique suele estar en una inercia caótica, en constante inestabilidad; insensibilizada o “adormecida” (cuando no “borracha”); y es más vehículo de lo inconsciente que de la conciencia, y hasta con unos "yoes" (o “máscaras” personales) altamente contradictorios!

Decía Gurdjieff que la Naturaleza no "otorga" (como de “regalo”) este "cuerpo psicológico" (o, mejor dicho, "cuerpos", emocional y mental, además del causal). Son un "lujo" que cuesta mucho Trabajo esotérico. Por eso, somos seres "inacabados" (o que debemos acabar de construirnos), y tenemos esa sensación de "falta de plenitud", pues debemos completar el “proceso de individuación" (es decir, como decía Carl G. Jung, llegar a ser ‘indivisos’, o seres ‘no divididos’), o lo que es equivalente, pasar por el proceso de las varias "iniciaciones".

Ahora bien, todo lenguaje es limitado, y lo mismo pasa con el de Gurdjieff. Por ejemplo, tanto HPB como el Maestro Tibetano DK, así como la Kabaláh, etc. nos explican que nuestro cuerpo físico fue primero “formado” astralmente, de modo que tenemos una base estructural -una especie de “ADN astral y mental”- que nos fue transmitida por nuestros “ancestros”. Por ende, existe en nosotros una base, pero es sólo eso y sobre ella debemos Trabajar, tal como enseña el Cuarto Camino, la Teosofía, la Kabaláh, etc.

 Según la Teosofía, cuando llega el momento evolutivo apropiado, los Manasaputras (o “Hijos de la Mente” de la literatura esotérica de la India) actúan sobre la humanidad "avivando la ‘chispa´ de nuestra mente" (o el ‘incipiente fuego’, según sea el grado evolutivo). ¡Pero somos nosotros los que debemos acabar de construirnos! De otro modo, sin ese Trabajo Psico-Espiritual sobre nuestra naturaleza (favorecida por el “sacrificio" de esos “Señores de la Mente” o “Angeles Solares”), no se lograría, sino que sería como un “pan de la vergüenza”, o como una “limosna”, y se perdería la dignidad de la condición de “humano autoconsciente”.

Incluso HPB y DK, el Tibetano, dicen algo así, o en términos muy parecidos. En el volumen VI, pág. 132 (Nota 10) de La Doctrina Secreta, HPB dice: “Es un error contar al ‘Kama Rupa’ [kama = deseo; rupa = forma corpórea] como cuarto principio humano [además de: l) cuerpo físico denso, 2) el doble etérico, y 3) el prana o energía vital]; pues hasta después de la muerte no adquiere forma [rupa], sino que sintetiza los elementos kámicos, es decir, los deseos y pasiones tales como la cólera, lujuria, envidia, venganza, etc., que son la progenie del egoísmo y de la materialidad.”

De modo que HPB, profundizando sobre el complejo tema de los “principios humanos” y refiriéndose como nunca había hecho sobre el “huevo áurico”, dice  que el “vehículo astral o emocional” o "kama-rupa" [de una persona promedio] sólo se construye –a partir del huevo áurico que brindan los Manasaputras- después de la muerte, para que se haga una estadía “adecuada a la pasada encarnación” en el Plano astral, y hasta que se consuman ciertos deseos mundanos (“el Purgatorio” cristiano), y lo mismo pasa con el "vehículo devachánico" (donde se experimenta algo parecido al Cielo cristiano, aunque sólo dura un ciclo finito) hasta la próxima encarnación.

La energía o ‘fuego serpentino’ de Kundalini, con el auxilio de los cetros iniciáticos, como el fuego de un crisol, “funde y cristaliza" la “arcilla o barro” –para usar el simbolismo bíblico- de los polvos astro-mentales hasta "consolidarlos" –finalmente- en un verdadero "cuerpo astral" y un verdadero "cuerpo mental" en las tres primeras Iniciaciones. Con respecto a esto, dice el Tibetano en “Cartas sobre Meditación Ocultista”, Carta X, La purificación de los vehículos, pág. 246: “Un definido proceso, llevado a cabo por el Maestro con la aceptación del discípulo, que consolida en forma permanente los esfuerzos y los resultados adquiridos penosamente durante muchos años.  La fuerza electromagnética, aplicada en cada iniciación, produce un efecto estabilizador. Hace que los resultados alcanzados por el discípulo sean duraderos. Así como el alfarero moldea y da forma a la arcilla, y luego le aplica el fuego que la solidifica, así el aspirante moldea, da forma a su carácter y construye, preparándose para el fuego solidificador. La iniciación marca un logro permanente y el comienzo de un nuevo ciclo de esfuerzo.”

En las muchas encarnaciones –y en los intervalos intermedios entre ellas-, y hasta la 4ta Iniciación, se va completando el "cuerpo causal". Dice el Tibetano en “Cartas sobre Meditación Ocultista”, Carta III, pág. 36: “Por consiguiente, la tarea a realizar consiste en procurar que:

1) El punto de luz se convierta en llama, aventando constantemente la chispa y nutriendo el fuego.

2) El cuerpo causal crezca y se expanda desde un ovoide incoloro (que retiene al Ego como lo está la yema dentro de la cáscara del huevo), en algo de rara belleza, conteniendo todos los colores del arco iris.”

En el ritual de la 4ta Iniciación, llamada  "la iniciación de la Crucifixión", el cuerpo causal [que simboliza al “Templo de Salomón”, no hecho con las manos, sino con las piedras de la cantera de la vida] es destruido por el “Fuego Eléctrico” del Rayo de la Mónada (o Iejidáh). Según el lenguaje simbólico de los Evangelios, al morir Jesús en la "Crucifixión", la cortina o "parójet" del Templo de Jerusalén, que separaba el "Sancta Sanctorum", dónde sólo entraba el Sumo Sacerdote, fue cortada de arriba hasta abajo. Y fue así que, el Iniciado Jesús quedó “liberado” de la necesidad de continuar con el “galut ha neshamá” (o rueda de renacimientos y muertes del Alma). Luego “Resucitó” y “Ascendió” hasta la Tríada Superior “en los Cielos”. Esta Tríada, desde entonces, constituyó los tres aspectos manifestados de la Mónada, así como antes cumplieron ese rol –pero “en una octava inferior”, y  para el Alma- los principios físico, emocional y mental.

Adolfo R. Ordóñez

domingo, 1 de noviembre de 2020

Luna llena de Escorpio, 31/10/2020

 Música para acompañar está potentisima luna llena,y ayudar a canalizar su energía. Mientras la escuchamos, meditemos: El Budismo Tibetano, y los hindúes afirman que en las Lunas Llenas, el Espíritu Sagrado de la Tierra emite la 'nota clave' del mes. Hay "Entidades Sagradas Contempladoras del Propósito", que intentan recibir este Mensaje, y lo transmiten a los "Custodios del Plan". 

Cada uno de nosotros, podemos aportar, meditando en estos periodos tan especiales.

Esta luna Llena, tiene algunas peculiaridades, está especialmente sincronizada con la Era venidera o ingresante, la Era de Acuario. No sólo porque tanto la Luna como el Sol en esta lunación hacen aspecto a Urano; sino también, porque Urano está exaltado en Escorpio, y su influencia en este signo es particularmente poderosa.

Urano está en Tauro junto a la Luna, pero aspectando al Sol en Escorpio ( por lo tanto, su influencia alcanza dicho signo en esta ocasión), el signo que propicia el soltar. Escorpio representa el momento oportuno para elaborar duelos, atravesar portales que nos permiten decir adiós a antiguos patrones y modos de vida estereotipados, que obstaculizan la circulación vital de la renovada energía entrante.

Revisemos nuestra existencia, nuestro modo de acumular y materializar ( luna en Tauro), pues Escorpio y Urano nos ayudarán con nobleza y decisión a llevarlo a cabo.


 Tendrá efectos anímicos muy importantes. Sugiero Chicory , Impatien y Water Violet como tres flores a tener en cuenta en esta lunación . Como piedras (según R.Steiner, el reino mineral impacta en la dimensión psíquica de los humanos, principalmente en la mental), será muy útil combinar obsidiana ( para enfrentar los miedos) y Amatista ( transmutadora).

Es de esperar en lo exterior, acontecimientos inesperados y de aparición brusca, del orden de la irrupción y desvelamiento de temas que hasta ese momento se mantenían latentes.

Y en lo subjetivo, la tendencia a impacientarse, perder el temple, o desesperarse pues sentiremos que suceden situaciones que no controlamos.

Todo lo que se revele en esta lunación, ayuda a integrar en la conciencia, colabora en la concientización ( individual y colectiva).

Sugerencia: intentar aceptar aquello que está más allá del control del ego.

Om

( Música: Ennio Morricone, 'Il Figlio e la Nostalgia')