domingo, 22 de octubre de 2017

Escorpio y la Prueba de la Ilusión del Poder




Por Patricia Fernández Acosta

En estos días estamos ingresando al signo de Escorpio. La Astrología, como todo Lenguaje Simbólico, expresa el 'Principio de Sincronicidad', es decir, lo que vemos afuera está correlacionado  y es signifcativo respecto de lo que acontece adentro. De modo que cada signo nos señala el momento más oportuno para realizar ciertas meditaciones vinculadas a la naturaleza de la cualidad que transitamos tanto externa como internamente.
Y en este momento planetario en particular, es especialmente necesario meditar y correlacionar lo exterior con lo interior, pues Escorpio es un signo clave a desglosar para comprender el actual período mundial. Recuerdo que una vez le preguntaron a Krishnamurti, si él pudiera decir en pocas palabras algo fundamental que había que enseñarles a los niños, éste expresó: "Enséñenles a morir." Obviamente no aludía a la cuestión física, por lo menos, no sólo a ésta. Sino a lo que los psicólogos denominamos  aprender a 'duelar', a desidentificarnos anímicamente, a soltar energéticamente... ¿Qué cosa?
Si me permiten hacer un rodeo inicial, que nos posibilite plantear las condiciones por las cuales afirmo que el actual momento planetario es especialmente escorpiano, y de aquí, la importancia en este período de meditar en torno a lo que este Arquetipo nos propone duelar, desidentificarnos, soltar.

Un poco de Historia que nos permita llegar a la fase escorpiana actual...
  • En la Edad Media, nos encontramos con la época de los Gremios, pues se heredaban los
    oficios (por ejemplo, si mi abuelo y mi padre habían sido vidrieros, mi destino era el de continuar con este oficio). Es asimismo, la época de la Crónicas anónimas (quienes registraban los que sucedía, no escribían sus nombres). Astrológicamente, en este período reconocemos la fase canceriana de un proceso (y la resonancia de su complementario, el signo de Capricornio -observable en las condiciones austeras  y duras de la vida medieval, el énfasis en el trabajo de los gremios, el orden jerárquico característico de ese momento, etc.-).


  • El Renacimiento, es un período en el que emergen las individualidades por primera vez, como un rasgo distintivo; y con ellas aparece la autoría: Un Leonardo, un Miguel Ángel, un Boticelli, etc.  Hay también en este momento, una exaltación del cuerpo como una reafirmación de la propia naturaleza apreciándose a sí misma. Es una época altamente creativa y expresiva, en la que además van apareciendo poco a poco los valores de la libertad y la autonomía o la independencia creciente de la influencia que hasta entonces venía ejerciendo la 'Madre Iglesia' (expresión de la fase canceriana a trascender). Este período de exaltación de la confianza en sí mismo, astrológicamente se correlaciona con la fase leonina (y la resonancia de su complementario, el signo de Acuario -por la incipiente independencia y la autonomía-) de un proceso. 
  • Nuestro hoy: Como todo proceso lleva su tiempo de elaboración y maduración, ese nacimiento de la autoría que inició en algunos exponentes destacados del Renacimiento, se fue expandiendo y multiplicando colectivamente, hasta llegar al momento actual, en que nos encontramos en su versión sombría, con un culto al individualismo exacerbado, y a la estimulación de la competencia personal como un valor en sí mismo. Hoy, el narcisismo se ha constituido en una pandemia, que es vista como una cualidad valiosa y no como un peligro de desintegración y aniquilación sistémica. Es decir, estamos atravesando la oscuridad del Arquetipo leonino que es necesario trascender, de modo análogo a como hacia fines de la
    Edad Media y aún mucho después de ésta, era necesario trascender la fase canceriana de aprendizaje. Un ejemplo de ésta última, de la expresión oscura del Arquetipo canceriano que era necesario trascender, en su momento lo encontramos en la prohibición de expresiones independientes, singulares (Arquetipo leonino), de lo que establecía la Voz de la Madre (Iglesia) -preguntémosle sino, a Galileo, o a Giordano Bruno-.  
  • En síntesis, el desafío actual consiste en trascender el Arquetipo leonino, pues ya ha cumplido suficientemente su función específica. Y Escorpio ofrece un contrapunto para compensar los problemas producidos por el exceso de la función leonina.
La necesidad  del aprendizaje escorpiano en esta transición hacia Acuario

Nos encontramos en los umbrales del ingreso a la Edad de Acuario, signo que representa la actividad grupal, como por ejemplo el despliegue de la capacidad para trabajar en equipos constituidos por seres ya individualizados, autoconscientes de sus rasgos y características expresivas distintivas, que son capaces de reunirse y trascender la percepción egocentrada en función de un Bien común.
¡Qué lejos parecemos estar hoy de dicha posibilidad! Si bien existen en forma creciente intentos grupales de colaboración con fines solidarios, autogestionados, que tienen en consideración el Bien de la totalidad, a la par del individual o por encima de éste; la realidad planetaria nos presiona a acelerar la comprensión de este aprendizaje. La situación mundial es realmente dramática. Y si bien hay numerosos grupos que trabajan por el bien común aquí y allá, los 'poderosos' del planeta nos están guiando aparentemente a un callejón sin salida para la especie misma.
Por eso, meditar en derredor de la cuestión del 'Poder', tema escorpiano por excelencia (pertenezcamos al signo o no, pues todos estamos atravesando en tanto humanos esta fase a nivel planetario), es imperativo hoy. El aporte reflexivo y comprensivo de cada uno acerca de este tema resonará en el inconsciente colectivo de la especie, en su campo morfogenético, en la Súper Alma, o como deseemos denominar a esa dimensión en donde la información está entrelazada y a partir de la cual una 'masa crítica' puede hacer la 'diferencia' del destino a seguir por la humanidad.
Desde esta perspectiva, existe un vínculo profundo entre Escorpio y Acuario. Como vimos en artículos previos, el mismo está indicado por el planeta Urano, regente de Acuario, que a la vez, se encuentra en exaltación en Escorpio. La exaltación de un planeta en un signo, evidencia la afinidad de la función arquetípica de dicho planeta con la del signo en cuestión. En este caso, entre Urano y Escorpio.

Escorpio, un punto de bifurcación zodiacal


Escorpio es un signo decisivo, para el devenir anímico y de la existencia. Escorpio nos marca uno de los puntos de bifurcación en el despliegue zodiacal. Por lo tanto, según cómo elaboremos la fase escorpiana de aprendizaje, nuestro destino podrá seguir un camino u otro diametralmente diferente. Es decir, los caminos elegidos se irán distanciando en su sentido cada vez más.
En los puntos de bifurcación o inflexión, se define la evolución de un sistema viviente: El sentido del despliegue de un proceso puede ser o bien hacia una integración creciente con orientación hacia el 'punto Omega', hacia el cumplimiento del Propósito de dicho proceso. O bien,  puede orientarse hacia una caotización o desintegración creciente, cuyo desenlace es la degradación por incremento del desorden en la evolución de dicho sistema viviente.
Hoy nos encontramos en un momento escorpiano mundial, o sea,  frente a un momento de decisión
con respecto al despliegue del proceso humano ( y planetario). Esa decisión  y la concientización  respecto de en qué consiste el punto de inflexión, depende de cada uno de nosotros.

La 'prueba' de Escorpio es ver la ilusión del Poder personal. A esto es a lo que hay que morir (refiriéndome al comentario inicial de Kishnamurti), a la ilusión de disponer un Poder al servicio del ego.

El devenir de la Conciencia desde Leo a Escorpio

Cuando vamos transitando el proceso de despliegue zodiacal desde Leo a Escorpio, la conciencia de sí desarrollada en Leo puede orientarse hacia una consolidación de la autopercepción como separada del entorno, es decir, una percepción cada vez mas aislante y enajenada de la totalidad. Pero también puede transcurrir hacia una percepción de apertura creciente hacia una dimensión que trasciende al ego.
Esa herida mortal al ego como ilusión de separatividad la provee Escorpio. Durante dicha fase
del proceso zodiacal, se presentarán las tentaciones del ejercicio o manifestación de poder egocentrado, narcisista, en todas sus expresiones posibles: el poder sexual, el poder intelectual, el  poder económico, el  poder pseudoespiritual. El ejercicio del poder personal es muy seductor, va acompañado de una exaltación de la propia valía, así como de una excitación características... una experiencia dopamínica que Jung denominaba 'Inflación del yo'. Sin embargo, así como seduce y excita, también aísla y vacía de sentido a la existencia, degradándola.
Alexander Lowen, padre de la Bioenergética afirmaba: "Allí donde hay poder... no hay amor". "Allí donde hay seducción, no hay sensibilidad." ¡Qué maravilloso modo de sintetizar el aprendizaje escorpiano por excelencia!
El punto de inflexión y de bifurcación al que nos enfrenta Escorpio, decidirá si desde la fase individualista de Leo pasamos a engordar el ego con un sentido artificial de poder, al estilo del dibujito animado que expresaba:-"¡Yo tengo el Poder!" Que es análogo a decir: -"Yo tengo el control!" , -"¡Yo controlo todo!"; lo cual nos llevaría en lo personal y en lo colectivo a una desintegración vincular creciente.
Y como corolario de una elección sombría en el punto de inflexión escorpiano, respecto a creernos la ilusión de un poder personal, Acuario será también abordado desde lo sombrío del Arquetipo. Se manifestaría más o menos así:  el Poder (Escorpio), personal (Leo) asumido por alguna personalidad -ego delirante ( ya que realmente cree disponer de un poder que le da derecho a controlar de modo absoluto) , el cual somete corporativamente a millones de seres y los hace vivir mecánicamente (sombra de Acuario).
El otro camino que podría elegirse en el punto de bifurcación escorpiano nos conduciría hacia el punto Omega. Esta segunda opción, consistiría en morir recurrentemente al ego, morir a la ilusión de disponer de un Poder con fines personales. Nos llevaría a comprender que el Poder no es algo personal sino una propiedad del Universo, un atributo presente en él. Veremos manifestarse este  Poder en el nacimiento y la muerte de galaxias, de estrellas, en los agujeros negros, o en las tsunamis, en los cambio de estaciones, y en el despliegue mismo de un Propósito en la Vida. También podremos observarlo en el humano, cuando acepta oficiar como mero canal de este Poder cósmico, poniéndose al servicio de dicha cualidad, aportando a Algo que lo trasciende en control y comprensión, y colaborando con una dimensión que va más allá de la periferia estrecha y aislante del yo.

Reflexiones finales
No quisiera que se me malinterpretara por lo escrito más arriba. Me es importante aclarar, que no hay 'signos astrológicos buenos' y 'signos astrológicos malos'. Todos los Arquetipos (Ideas Vivientes en la Gran Mente Cósmica), en este caso, los astrológicos, representan cualidades que implican aprendizajes de la especie.
Cuando abordamos el Mandala Zodiacal como una totalidad a desplegar, cada signo/fase cumple una
función específica y un Propósito que ha de ser integrado a lo largo del proceso. El problema no son los signos en sí, sino la dificultad de quedar fijado a una fase astrológica que obstaculice la continuidad del despliegue del proceso zodiacal.
Cada signo deberá ser comprendido e integrado oportunamente, para mantener la salud sistémica. Por ejemplo, si hemos llegado a la fase escorpiana (que implica duelar a una estado narcisista infantil, la sombra de Leo) ha debido ser integrado previamente el sentido comunitario, amoroso y familiar canceriano, tanto como la posibilidad y el respeto de la expresión singular leonina. Recién entonces, se nos facilitará el salto hacia  el sentido pleno de vincularidad y entrelazamiento de la información, propio de Acuario,
Acuario necesitará de ambos, de Cáncer y Leo. De Cáncer, tomará el sentido de que los humanos constituimos una Familia, así como  que el planeta mismo es un sistema con reinos hermanos que debemos cuidar.
Acuario necesitará también tomar de Leo la capacidad de brindar la manifestación de líderes positivos que guíen y estimulen a las masas hacia la colaboración grupal, así como al despertar de un nuevo sentido de fraternidad.
Acuario necesitará de Escorpio, no su oscuridad plutoniana de manipulación y control separatistas y enajenantes, o de ideas apocalípticas de desvastación y autodestrucción. Necesitará tomar la fuerza que provee el arquetipo escorpiano para transitar exitosamente desde un nivel exclusivamente individual hacia otro en el percibamos la transferencia energética, libidinal entre todos los seres (característica del 8° signo). Esta capacidad será decisiva a la hora de duelar una posición narcisista infantil.
Los convoco a acompañarme en esta reflexión por el signo de Escorpio, y que cada uno realice su propio aporte creativo, compartiéndolo con el resto.
Mis cariños y amor a ustedes.

Spinoza, Leibniz y la Filosofía Esotérica

Spinoza, Leibniz y la Filosofía Esotérica
Adolfo Ramón Ordóñez

Dice H. P. Blavatsky en “La Doctrina Secreta”, vol. II, 321-322 que Leibniz (un descendiente de eslavos, aunque nacido en Alemania) mostró, además de sus evidentes talentos científicos, una intuición metafísica notabilísima.
“Para él existía por siempre una gradación infinita de pensamiento. […] Descartes negaba el alma a los animales; Leibniz, como los ocultistas, dotaba a la creación entera con vida mental”. Esta concepción, se llama ‘Hylonouísmo’ (es decir, toda la materia o ‘hylé’, está dotada de Nous). […] “Este es el espíritu, la raíz misma de la doctrina y pensamiento ocultos. El Espíritu-Materia y la Materia-Espíritu se extienden infinitamente en profundidad…”
[…] “Si los sistemas de Leibniz y de Spinoza fuesen conciliados, aparecerían la esencia y el espíritu de la Filosofía Esotérica. Del choque de los dos –opuestos al sistema cartesiano- surgen las verdades de la Doctrina Arcaica. Ambos son contrarios a la metafísica de Descartes. La idea de este contraste de dos Substancias –Extensión [Res Extensa] y Pensamiento [Res Cogitans]- difiriendo radicalmente la una de la otra, y siendo mutuamente irreducibles, es demasiado arbitraria y poco filosófica para ellos. Así, Leibniz hizo de las dos Substancias cartesianas dos atributos de una Unidad, en que veía a Dios. Spinoza sólo reconocía una Substancia universal indivisible, un Todo absoluto, como Parabrahman. Leibniz, por el contrario, percibía la existencia de una pluralidad de Substancias. Para Spinoza no había más que UNO; para Leibniz había una infinidad de Seres procedentes de y en el Uno. De ahí que aun cuando ambos no admitían más que Una Entidad Real, Spinoza la hacía impersonal e invisible, mientras que Leibniz dividía su Deidad personal en un número de Seres divinos y semidivinos [en su Monadología]. Spinoza era un panteísta subjetivo; Leibniz un panteísta objetivo, aunque ambos eran grandes filósofos en sus percepciones intuitivas.”

Gottfried Leibniz
Baruj Spinoza

Vemos aquí la cuestión del ‘Uno en los Muchos y los Muchos en el Uno’, así como el delicado asunto de la Impersonalidad-Personalidad Divina de que nos habló también Sri Aurobindo.
Es importante también la notable metáfora del iniciado brahmin T. Subba Row, en sus Esoteric Writings [que H. P. B. no llegó a conocer en vida] y su maravillosa Obra Notas sobre el Bhagavad-Guita, citada con tanta admiración y respeto por H. P. B. Dice él que el Logos es la Fuente de todo sentido de Identidad o ‘Yo’ [en el sentido superior y bueno] en el Cosmos, como cuando el Sol se refleja en toda una multiplicidad de superficies reflectoras, algunas más pulidas que otras. En las primeras [como un espejo, o en aguas serenas], su reflejo es más fiel que en las segundas [como en una roca]. Y luego aclara: nuestro ‘karana sharira’ (o ‘cuerpo causal’) es como un espejo, la imagen del Sol que en él se forma, es nuestro ‘Yo superior’; y los rayos de luz que vinculan al Sol con sus imágenes son como los 'Ángeles Solares', a los que llama ‘Little Girls’ [considerándolos, por ende, como ‘Femeninos Sagrados’]. Si luego del rebote contra el espejo, los rayos de luz siguen su camino y se reflejan en una superficie más opaca y arrugada, como sobre una piedra, esa ‘sombra’ de la imagen del espejo sería el sentido de ‘ego’ inferior que en nosotros percibimos.

T. Subba Row



jueves, 19 de octubre de 2017

Tanto el Espíritu como la Materia son el Brahman

Tanto el Espíritu como la Materia son el Brahman
Adolfo Ramón Ordóñez

“Todo esto es el Brahman; este Atma es el Brahman y el Atma es cuádruple”
Mandukya Upanishad [Versos 2, 7]
“La Materia es el Brahman” […] “la Energía es el Brahman”
Taittiriya Upanishad [III, 1, 2]

Entre los científicos 'actuales' (aunque seguidores de la ‘vieja escuela’) –y desde los ‘Principia’ de Newton- es común la postura ‘agnóstica’ o francamente ‘atea’, y aunque hay muchos que se consideran ‘creyentes’ en un Dios Único, lo conciben como si fuera ‘Puro Espíritu’ o ‘absolutamente inmaterial’, y ‘Creador de la Materia y sus Leyes’, las que ‘por sí mismas’,  ciega y mecánicamente dan origen y continuidad al pre-ordenado despliegue del Universo. Es cierto que, en su concepción, ese desarrollo se da siguiendo al pie de la letra las Indicaciones y las Fórmulas establecidas por el Único Vidente Divino ‘en el principio’, y que se consideran tan ‘matemáticamente perfectas’ que cubren todo lo necesario, hasta el final. No es de extrañar que, en semejante paradigma, no quepa en ningún ‘paper’ o artículo científico la menor alusión a ‘Dios’, ya sean sus autores (los del ‘paper’) ateos o ‘religiosos’ en el sentido arriba mencionado. Podríamos muy bien preguntarnos, como hiciera Napoleón Bonaparte con Pierre Simon Laplace, respecto de su “Exposition du Systeme du Monde”: ¿Por qué, en las obras científicas acerca del Mundo, no encontramos la más mínima mención a Dios?
En cambio, es bien sabido que la concepción Vedántica es muy diferente –así como la de las Tradiciones Esotéricas de todo el mundo-. Las citas de las Upanishads que encabezan estas líneas tratan de sugerirnos su postura. Dice Sri Aurobindo hablando de ‘las dos Negaciones’:
“La afirmación de una vida divina sobre la tierra y de un sentido inmortal de la existencia mortal no puede tener base a no ser que reconozcamos no sólo al Espíritu como habitante de esta mansión corporal, el usufructuario de esta vestimenta mutable, sino también que aceptemos a la Materia con que ésta está hecha, como material apropiado y noble con la que Él constantemente teje Sus atavíos y construye recurrentemente la interminable serie de Sus mansiones.” […] “Si aseguramos que existe sólo un Puro Espíritu y una sustancia o energía mecánica carentes de inteligencia, llamando Dios al primero y Naturaleza a la segunda, el fin inevitable será que negaremos a Dios [ateísmo o ‘la negación materialista’] o daremos la espalda a la Naturaleza [‘la negación del ascetismo’].” [“La Vida Divina”, Cap. II, 12-13]


En cuanto a la postura de muchos científicos con respecto a la Conciencia, por lo general, y salvo algunos físicos cuánticos, o las mentes más ‘espirituales’ o de tendencias más ‘transpersonales’ que trabajan en algún campo científico, aquella es considerada una ‘propiedad emergente’ de la Materia-Energía, y no como un ‘Principio independiente’. Ésta última postura, es lo inverso: se hace derivar de la Conciencia (en la que, para simplificar, incluimos tanto lo consciente como lo inconsciente, la información, la memoria, etc.) tanto al Espíritu como a la Materia-Energía, como sus dos polos expresivos
Como decía H. P. Blavatsky: “El Espíritu es Materia en el plano más elevado, y la Materia es Espíritu en el plano más denso”. Son como el vapor de agua y el hielo: H2O en diferentes estados, uno gaseoso y el otro sólido. Comprender esta identidad de sustancia entre ambos polos (que son como el calor y el frío, ambos son 'temperatura' pero con valores en los extremos opuestos de un mismo ‘termómetro’) nos haría mucho bien. Y lo mismo ocurre con los problemas entre los dos ‘géneros’, femenino y masculino, yin y yang. El célebre psiquiatra y psicoanalista suizo Carl Gustav Jung, decía que muchos problemas mundiales se podrían haber evitado si el Cristianismo hubiera sido capaz de avanzar más en la comprensión del tema que él llamaba de las tres M’s: Materia, Mujer y Mal.


¡Qué importante sería que aprendiéramos a ‘espiritualizar’ y 'ennoblecer' a la Materia, así como a ‘economizar’ nuestras energías y 'materiales' para el bienestar del Espíritu!
De hecho, la Materia es tan ‘respetada’ y 'ennoblecida' en el Esoterismo, que también es considerada de naturaleza ‘Angélica’ [o Dévica], al igual que lo es el Espíritu. La única diferencia está en la ‘Cualidad’ de los correspondientes ‘Coros Angélicos’ intervinientes. Y no es casual que el nombre ‘materia’ derive de ‘Mater’ o Madre. Es que, en el maravilloso Misterio del Ser del Hijo (o Alma), si el Padre (vía el Espíritu y su irradiación subjetiva ‘paterna’) lo mantiene unido a su Esencia, la Madre es la que (vía la Materia y sus ‘vehículos’ más objetivos) le otorga su Existencia. Ambos, Padre y Madre, confluyen en su Hijo a través de la entrega de sus ‘séptuples vestiduras’, las de su ‘Huevo Áurico’ de siete pieles (además de brindarle todo su amor y la mejor educación que les sea posible).
Volviendo a Blavatsky, ella dijo: “[…] si bien es imposible definir a Parabrahm, sin embargo cuando hablamos de lo primero que puede ser concebido, eso debe ser tratado como un Principio Femenino. En todas las cosmogonías, la primera diferenciación fue tratada como femenina. Es Mulaprakriti [la Raíz de Prakriti o la Naturaleza; HPB aclara que es tomada como sinónima de la Luz de ‘Aditi’] que oculta o vela a Parabrahm; Or Ein Sof, [término hebreo de los kabalistas, que significa ‘Luz Sin Fin’ o Infinita] la Luz que irradia primero de Ein Sof [Sin Fin o Infinito]; y en la Teogonía de Hesíodo es Gaia que surge de Caos precediendo a Eros. Esto se repite en todas las subsiguientes y menos abstractas creaciones […] Siempre es la Diosa o las diosas las que vienen primero. La primera irradiación deviene la Madre Inmaculada [¡De aquí deriva lo de la ‘Virgen Madre’, porque Parabrahm no tiene género, y a Su nivel no tiene sentido la sexualidad!] de quien proceden todos los Dioses o las antropomorfizadas fuerzas creativas.” […] “Lo primero es la Diosa Madre… Luego sigue, surgiendo de, o mejor, residiendo en  esta Diosa Madre, el Logos inmanifestado [el 1° Logos], el cual es su Hijo y Esposo a la vez, llamado el ‘Padre oculto’. De ambos procede el primer Logos manifestado o Espíritu y el Hijo [el 2° Logos; no confundir con el 'Hijo-Esposo' del 1° Logos] de cuya sustancia emanan los Siete Logoi, cuya síntesis, vista como una Fuerza colectiva, se convierte en el Arquitecto del Universo Visible. Ellos son los Elohim [palabra que en hebreo es un plural] de los judíos.” [“Collected Writings”, vol. X, 302-303]


martes, 17 de octubre de 2017

"La Supermente” de Sri Aurobindo y “El Logos” de Helena Blavatsky

“La Supermente” de Sri Aurobindo y “El Logos” de Helena Blavatsky
Adolfo R. Ordóñez
“Tres Poderes de la Luz sostienen los Tres Luminosos Mundos Divinos”
Rig Veda V, 29, 1

 “Antes de que pasemos a esta más fácil comprensión del mundo que habitamos desde el punto de vista de una aprehendente Verdad-Conciencia que ve las cosas como una individual alma liberada de las limitaciones de la mentalidad y admitida para que participe en la acción de la Supermente Divina, debemos detenernos y resumir brevemente lo que hemos comprendido o podemos aún comprender de la Conciencia del Señor, el Ishvara tal como desarrolla el mundo mediante Su Maya, de la concentrada unidad original de Su Ser.
 […] Pero cuando de este modo afirmamos esta Unidad de Sachchidananda [Lo Absoluto, según Sri Aurobindo] por un lado y esta mentalidad dividida por el otro, planteamos dos entidades opuestas, una de las cuales debe ser falsa si la otra es verdadera, una de las cuales ha de abolirse si la otra ha de disfrutarse…De esta solución no hay escape a menos que exista un eslabón intermedio entre los dos que pueda explicarlos uno con respecto al otro y establecer entre ellos una relación tal que posibilite realizar la Existencia, Conciencia y Deleite únicos en el molde de la mente, la vida y el cuerpo.
El eslabón intermedio existe. Lo llamamos Supermente, o Verdad-Conciencia, porque es un Principio superior a la mentalidad [el Logos teosófico] y existe, actúa y procede en la verdad y unidad fundamental de las cosas y no como la mente, en sus apariencias y divisiones fenoménicas. La existencia de la Supermente es una necesidad lógica que surge directamente de la posición con la que empezamos.”
[…] Descubrimos que en el Principio de la Supermente misma, ella tiene tres equilibrios o sesiones generales de su conciencia fundamento-del-mundo. El Primero [1° Logos] fundamenta la inalienable unidad de las cosas; el Segundo [2° Logos] modifica esa unidad de modo que sostenga a la manifestación de los Muchos en Uno y de Uno en los Muchos; el Tercero [3° Logos] modifica ulteriormente esto de modo que sostenga la evolución de una individualidad diversificada que, por acción de la Ignorancia, viene a ser en nosotros, en un nivel inferior, la ilusión del ego separado.” [“La Vida Divina”, Libro I, Capítulo XVI, 142-3, 145-6]
[…] Obviamente, estos tres equilibrios sólo serán diferentes modos de tratar la misma Verdad; la Verdad de la existencia disfrutada sería la misma, el modo de disfrutarla o más bien el equilibrio del alma en el disfrute sería diferente. El Deleite, el Ananda variaría, pero moraría siempre dentro del estado de la Verdad-Conciencia y no implicaría deslizamiento dentro de la Falsedad y la Ignorancia. Pues la Segunda y Tercera Supermente sólo desarrollarían y aplicarían en los términos de la multiplicidad divina lo que la Supermente Primera sostuvo en los términos de la unidad divina. No podemos estampar ninguno de estos tres equilibrios con el estigma de la falsedad y la ilusión. El lenguaje de los Upanishads, la antigua autoridad suprema para estas verdades de una experiencia superior, cuando hablamos de la existencia Divina que se está manifestando, implica la validez de todas estas experiencias. Sólo podemos afirmar la prioridad no en el tiempo sino en la relación de la conciencia, y ninguna declaración de la suprema experiencia espiritual, ninguna filosofía Vedántica niega esta prioridad ni la eterna dependencia de los Muchos en cuanto al Uno. Es porque en el Tiempo los Muchos no parecen ser eternos sino manifestarse procedentes del Uno y retornar a él como su esencia, que la realidad de aquellos es negada; pero igualmente podría razonarse que la eterna persistencia o, si se quiere, la eterna recurrencia de la manifestación en el Tiempo es una prueba de que la multiplicidad divina es un hecho eterno de lo Supremo más allá del Tiempo no menos que la unidad divina de otra manera, no podría tener esta característica de inevitable recurrencia eterna en el Tiempo."
[“La Vida Divina”, Libro I, Capítulo XVI, 148]


Los “Collected Writings” de Helena Petrovna Blavatsky son 15 volúmenes de alrededor de 450 páginas cada uno, donde están sus numerosos artículos escritos como contribuciones para varias revistas esotéricas, pero en los cuales no se hallan sus otros libros. En el volumen X, se hallan las “Transactions” de 1889 de la ‘Logia de Londres’ de la Sociedad Teosófica, donde Blavatsky respondió largamente a las muchas preguntas que se le hicieron acerca del significado de muchas expresiones que les resultaban dudosas en su obra “La Doctrina Secreta” (recién editada, en 1888).
Una pregunta era si Fohat es uno de los tres, Padre, Madre o Hijo. HPB respondió:
“Fohat es un término genérico y es usado en muchos sentidos. Él es la Luz (Daiviprakriti) de todos los tres Logoi –los símbolos personificados de las tres etapas espirituales de la Evolución-. Fohat es el agregado de todas las ideaciones creativas espirituales arriba, y de todas fuerzas creativas y electrodinámicas abajo, en el Cielo y en la Tierra. Parece haber una gran confusión y malos entendidos entre el Primer y el Segundo Logos. El Primero es la ya presente aunque aún inmanifestada potencialidad en el seno del Padre-Madre; el Segundo es la abstracta colectividad de creadores llamados ‘Demiurgi’ por los griegos o los Constructores del Universo. El Tercer Logos es la ulterior diferenciación del Segundo y la individualización de las Fuerzas Cósmicas, de las cuales Fohat es el jefe; porque Fohat es la síntesis de los Siete Rayos o Dhyan Chohans que proceden del Tercer Logos.”
Otra pregunta se refería a ‘las etapas de la manifestación’, a lo cual HPB respondió como estuviera referida a lo Absoluto y al Triple Logos (¡Sobre lo cual tanto y tan mal se ha escrito, aún entre autores ‘teosóficos’!). Ella aclara que no se deben confundir ‘el Punto en el Círculo’, que “es el Logos Inmanifestado” [el 1° Logos], con el ‘Germen [es decir, el poder creativo que habrá de emanar] en el Huevo Mundanal [la Materia en su sentido abstracto]’ que corresponde al 2° Logos, el Triángulo dentro del Huevo Mundanal. “Pitágoras habló de la nunca manifiesta Mónada, que vivía en soledad y en tinieblas; [pero que] cuando la hora llega, irradia de Sí Misma a UNO [la Potencia, la Causa aún no revelada], el primer número. Este número, descendiendo produce a DOS, el segundo número [el Pensamiento aún latente] y DOS, a su vez, produce a TRES, formando un Triángulo, la primera figura geométrica completa en el mundo de formas [el Demiurgo, la Voluntad activa, desenvolviendo de su Ser universal el efecto activo, el cual, a su vez, deviene la causa en un plano inferior.” […] Habiendo vibrado a través del Germen, el Rayo [como la irradiación de la Mónada pitagórica] es absorbido nuevamente dentro del Punto, y el Germen desarrolla el 2° Logos.” [CW, X, 334, 351-2]. “[…] el 3° Logos, el universo subjetivo y objetivo. Luego, de este Logos manifestado, surgirán [el CUATRO, como el cuatrifáceo Brahma, que completa a la Tetraktys pitagórica, y] los Siete Rayos, que en el Zohar [libro kabalístico fundamental] son llamados los [siete] Sefirot inferiores, y en el Ocultismo oriental los siete rayos primordiales. De ahí procederán las innumerables series de Jerarquías.”



NOTA: Los corchetes, y las frases en negritas o en itálicas son del autor ARO.

sábado, 14 de octubre de 2017

Júpiter en Escorpio, 2017- 2018

Júpiter en Escorpio 

(2017- 2018)

Por Patricia Fernández Acosta 
en colaboración con Adolfo R. Ordóñez

Los tránsitos y la vida anímica
La otra mañana, despierto, y como es usual, mientras desayuno, le comento mis sueños a Adolfo, mi patar (que significa 'intérprete', en caldeo y fenicio) hogareño:" -Esta noche soñé que estaba en una casa y estaba sumida en un frenesí de tirar y deshacerme de todas las cosas que no me servían. Había una especie de altillo, lleno de juguetes que en otro tiempo habían usado nuestros hijos cuando eran pequeños. Había cartones en el piso, y toda una serie de objetos que ya no usábamos guardados en diferentes placares de la casa. Estaba decidida a no dejar nada en desuso dentro de ésta. Así que me entregaba de lleno a esa tarea, con una energía asombrosamente intensa y focalizada".
A lo cual, Adolfo, que me escuchaba atento y paciente como es usual en él, responde inmediatamente:
"-¿Patricia, acaso no recuerdas que Júpiter entró hoy en Escorpio?"
Me encantó la ironía de la situación, el físico matemático y kabalista, le recordaba a la psicoastróloga un hecho que no debería haber pasado desapercibido para ella. Pero así son las cosas. Nos es más fácil ver afuera y en los demás que hacia adentro y en uno mismo. Más allá  de la situación, comienzo el artículo con un sueño, porque quisiera enfatizar, que solemos remarcar los efectos externos de los tránsitos astrológicos, y los anímicos conscientes. Es importante, sin embargo, tener presente que la Psique abarca lo consciente, lo inconsciente y también al mundo objetivo, todo es psíquico, o para decirlo con el principio del Mentalismo del Kybalión, 'Todo es Mente'... De modo que cualquier tránsito, resonará en todas las dimensiones anímicas. Y los sueños, son mensajes que nos señalan qué 'se está cocinando' en nuestro matraz interno, el cual, obviamente está correlacionado con las circunstancias externas. Así que, al observar los tránsitos no olvidemos prestar atención a las sincronicidades y a los sueños, también.

Júpiter en Escorpio
El 12 de Octubre del 2017, el planeta más grande de nuestro Sistema Solar, ingresó a Escorpio, el signo de las profundidades, de la muerte y el renacimiento, de la transferencia de energías o su contrario, el estancamiento de las mismas y la implosión o explosión subsecuente a dicho estancamiento. También este signo está vinculado a la sexualidad, porque en él, las energías femeninas y masculinas se fusionan e interactúan, de modo que implica por analogía la relación y el diálogo -o su ausencia- entre los contrastes y las diferencias (luz y sombra, guerra y paz, vacío y lleno, materia y espíritu, etc.).
Júpiter cuando transita por una casa o un signo, dilata o amplifica las cualidades arquetipales de ambos, facilitándonos el comprender conscientemente dicho arquetipo para colaborar con esa función. Sin embargo, si no aprovechamos la ocasión para interligar o inteligir (leer entre líneas), su poderosa energía amplificará y dilatará al arquetipo en cuestión desde lo inconsciente, produciéndose una compensación enantiodrómica (como decía Jung). Dicho más sencillamente, produciéndose un efecto boomerang: ´Lo no comprendido retorna como destino'. Y tendremos como consecuencia la expresión compulsiva y oscura desde las aguas de lo inconsciente colectivo de Júpiter en Escorpio. Por ejemplo, las conocidas explosiones escorpianas como corolario de energías estancadas, o severas crisis financieras y anímicas, fruto de lo mismo. Otro ejemplo es el de la disociación o lucha a muerte entre opuestos. Pues Escorpio, no es un signo de medias tintas. 

Además, y continuando con el desarrollo del tema,  Júpiter no ha entrado sólo, lo ha hecho en oposición a Urano. 
Existe una interesante relación entre ambos planetas, los cuales están vinculados en varios sentidos.
  • Por ejemplo, en lo numérico, 1 (un) ciclo  zodiacal completo de Urano alrededor de los 12
    Júpiter y Urano
    signos (84 años), comprende 7 (siete) ciclos exactos de Júpiter.  Urano, asimismo, cada 7 (siete) años, recorre un signo zodiacal. Por otra parte, 7 ciclos zodiacales de Júpiter (cada ciclo  jupiteriano dura 12 años) conllevan 84 años,  un ciclo completo de Urano. Es decir, ambos planetas están vinculados por los números 7, 12, y 84.
  • En relación a las regencias por signo, Júpiter rige junto a Urano a Acuario, siendo Urano su regente exotérico, y Júpiter el esotérico.
  • Urano, por otro lado, está exaltado en Escorpio, signo al cual acaba de ingresar Júpiter, su co-regente en Acuario. Por lo tanto, Urano aquí, en la actual oposición Urano/ Júpiter, durante el ingreso de este último a Escorpio, oficia de 'puente vinculante' entre Escorpio y Acuario.
De modo que ahora estamos en mejores condiciones de apreciar el hecho de que el ingreso de Júpiter en Escorpio, al haberse concretado con una oposición a Urano, enfatiza la resonancia particular del actual tránsito por Escorpio, con el signo de Acuario, representante de la Nueva Era o Eón.
Para expresarlo más fácilmente, este año de Júpiter en Escorpio estará especialmente al servicio de las nuevas energías acuarianas ingresantes.
En la astrología tradicional, un aspecto entre Urano y Júpiter, amplifica la necesidad de libertad, de movimiento y de autonomía.
Júpiter y Tetis, Jean A.D. Ingress, 1811
En la Mitología greco ronana, ambas deidades  están vinculadas a la fertilidad, pues parece que el origen etimológico de Urano, Titan Primordial   (nombre romano del  Dios del Cielo griego, significa 'el que fertiliza', 'el hacedor de lluvia' (*). Y Júpiter, por su parte, cuya etimología indoeuropea significa "El Padre (Piter) de la Luz (Dyu = Luz)" gobernaba con el rayo, el relámpago y el trueno, los cuales, en muchas culturas eran considerados  aspectos también fertilizadores y creativos.
Así las cosas, este ingreso de Júpiter a Escorpio -el signo de lo oculto, lo guardado, los temas tabúes y secretos, lo estancado y que hay que soltar para que la vida se renueve y vuelva a circular y renovarse- se ha dado con 'bombos y platillos'.
Semejante vinculación (Urano/Júpiter), impulsa de modo incisivo y terminante a soltar todo lo viejo y estancado, en desuso o estereotipado  y mecánico (ya sean creencias, sentires,  pertenencias, modalidades vinculares), porque allí donde lo que no sirve ocupe un lugar, impide el ingreso de lo fresco e incondicionado que viene a renovar. Ya decía Cristo en los Evangelios: "No viertas vino nuevo en odres viejos"[pues se echa a perder]. La misma corriente vital se llevará incluso existencias del plano físico que ya cumplieron su ciclo por este plano.

Júpiter en Escorpio en años terminados en 'ocho'
El ingreso de este planeta al 8° signo, se ha dado apenas comenzado el año nuevo judío 5778, y transitará durante nuestro año gregoriano 2018; ambos, terminados con el número 8 (ocho). Esta cifra, refuerza el simbolismo escorpiano, por lo tanto, será imperativo el acompañar tanto en niveles individuales como colectivos, la necesidad de renovación. Para esto, previamente tenemos que hacer una tarea de discernir entre lo viejo a descartar por inservible, de lo viejo aún útil, para reciclar (también vinculado al símbolo de Escorpio y del 8), que sirve de puente conector con lo nuevo que está abriéndose paso para venir a manifestarse.
La función del gran planeta en el signo del inframundo puede describirse con algunas hermosas frases del sabio Lao Tse, quien en su Tao Te King, nos permite reflexionar sobre los temas expuestos más arriba, según veremos. Aquí les dejos algunos pensamientos de este antiguo texto, para acompañar dicho tránsito de un modo más consciente y colaborador con el movimiento de la existencia y de la Gran Mente.

"Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.
No hay que verter agua en un vaso lleno."

"El hombre sabio no acumula. Cuanto más ayuda a los otros, más se beneficia él mismo. Cuanto más da a los otros, más obtiene él mismo."

"¡Dejen de guardarle fidelidad a las cosas a las cuales están apegados y se liberarán de la aflicción y de la autocompasión!"

"Da y tendrás en abundancia."

"La bondad de dar crea amor."

"El contraste de los opuestos (la diferencia entre masculino y femenino, luz y oscuridad, fuerte y débil, etc.) es lo que permite entender y apreciar el universo."
"El cambio entre los opuestos (Yin-Yang) permite la fluidez natural del universo. El estancamiento en una sola forma sólo atrae la desarmonía y la devastación."
"Todas estas criaturas se subdividen en los pares de opuestos, yin y yang, y se llenan de la energía chi. Su desarrollo posterior proviene de su interacción."
Fragmento del Tao Te King