domingo, 31 de diciembre de 2017

Las Fiestas de Fin y Comienzo de Año


Las Fiestas de Fin y Comienzo de Año

Por Patricia Fernández Acosta
El valor de los rituales

Hoy asistimos al ritual anual de despedida de un año, y bienvenida de otro.
Como no tenemos educación (palabra proveniente del latín, "educir"), en el sentido altamente significativo de los rituales, solemos atravesarlos sin pena ni gloria, como una ocasión anual que se mezcla con tantos otros semejantes (el ritual del cumpleaños, de un nacimiento, de una muerte, de las Pascuas, de  Pésaj, Navidad, del día de la Madre, del día del Padre, y otras). 
La finalidad de este artículo es intentar conectarnos con ese saber interno acerca del sentido del ritual, educir de nosotros mismos su carácter, sus posibilidades, pues en el fondo, intuimos que algo se esconde en ellos, sino, no los haríamos.
El matiz particular de algunas de estas ocasiones rituales recién citadas, como la que nos convoca hoy, la 'Fiesta de Fin y Comienzo de Año', es su carácter colectivo, es decir, el hecho de coincidir, y compartirlas planetariamente, de ahí, la potencialidad de su fuerza si tomáramos conciencia de la oportunidad que conllevan.


Los rituales, consisten en una serie de acciones, con un cierto orden, realizadas cíclicamente, y poseedoras de un alto sentido simbólico. La palabra 'ritual', proviene del latín ("ritus"), y se considera que deriva de la misma raíz (indoeuropea, 'ar-') que palabras como "ritmo, orden, aritmética", y arte (la 't' y la 'd' son intercambiables fonológicamente) . Esta raíz significa 'movimiento, acción, ajuste'.
Yo agregaría, como psicóloga que los incorpora en su terapéutica, que el ritual, es una acción, dada en un cierto orden, en un cierto momento anual, la cual, realizada a conciencia, permite un entretejido o enlazamiento entre las dos caras de la realidad, la manifiesta y la inmanifiesta, la consciente y la inconsciente, la receptiva y la activa, la espiritual y la material, la masculina y la femenina... de ahí su efecto 'ordenador', de 'ajuste', bello, alquímico y sanador.



Si en cambio, los rituales, los atravesamos mecánica y automáticamente, aunque estemos llenos de buenos deseos, pero sin comprensión de la profundidad implicada en los mismos, hacemos que toda esa potencialidad se pierda y desvanezca. Y esto lo sabemos. Por eso, sentimos que cada año es igual, que no cambia nada, que los realizamos más por un compromiso (familiar, social, etc.) que por otra cosa, o como una ocasión para evadirnos y 'saltearnos', aunque sea por un día, las preocupaciones cotidianas... Esto nos deja con un sentimiento de vacío creciente. O, con una expectativa de creencia infantil:  Quién sabe, tal vez, algún poder 'mágico' nos ayude a borrar 'todas las pálidas' del año, y a lo mejor, de verdad,  el año próximo venga un poco mejor que el anterior... Sucede que cuando nuevamente comprobamos que no es así, nos volvemos escépticos, cínicos, y nuestra Personalidad envejece, pierde frescura, y sensibilidad, y el sentimiento de vacío existencial se incrementa. Conocemos bien este paisaje, pues es nuestra vista cotidiana. 

 Como expresaba Mircea Eliade, filósofo, mitólogo, historiador de las religiones y novelista rumano
(1907/1986), sólo un ritual, vivido con unión de corazón y mente, verdaderamente en 'el Presente', tiene la posibilidad de instalar un Espacio y un Tiempo Sagrados ("Illus Tempus"), los cuales, mediante este casamiento 'externo/interno', 'espiritual/material', 'temporal/atemporal', 'espacial/ubicuo', tiene la potencialidad de una genuina Renovación mental, emocional, física, espiritual.
Cuando éste es el caso, cuando atravesamos el Ritual atravesados por este intenso alcance simbólico, accedemos a una transfiguración, una renovación en espíritu, alma y carne.
De modo que los invito a un cambio, a abrir nuestros corazones al Ahora.


Fin de Año y Comienzo de Año

Un año, posiblemente sea el análogo de 'un día', 'una jornada', para nuestro Planeta Tierra. Y sentimos que las últimas 'jornadas' planetarias vienen cargadas con una intensidad y cambios que a veces sobrepasan nuestra posibilidad de metabolización individual.
Para nosotros son trescientos sesenta y cinco días. Y frente a un Nuevo Año, nos llenamos de expectativas esperanzadoras sobre lo porvenir.
Últimamente se incrementa el sentimiento de red, de constituir una gran Familia (humana), y estar acompañados por Reinos hermanos, siendo nuestro hogar, el Planeta. 
Por supuesto, hay toda otra franja de la población, que corre en sentido contrario, separándose más y más del Planeta, de los otros Reinos, y de los mismos congéneres. Esta separatividad, sólo puede ir acompañada de enfermedad anímica y física. Y la demostración es la contaminación creciente, y la emergencia ecológica en la cual nos encontramos.
La contracara, es que esta emergencia planetaria, despierta cada vez más y más conciencias hacia un sentimiento y percepción de red, entrelazamiento, conexión.
El Planeta nos necesita, los demás reinos nos necesitan. Y nosotros los necesitamos a ellos y al Planeta.
¿Han vivenciado el incremento amoroso en la comunicación con los diferentes reinos? Es muy
conocido el efecto terapéutico de ciertas especies en los seres humanos; así como la reconstitución anímica y física que sentimos cuando pasamos una temporada rodeados de naturaleza. Y viceversa, los animales necesitan de nuestro amor, la naturaleza necesita de nuestra atención. Y este vínculo se está incrementando con las llegadas de nuevas energías estelares.


De modo que como cierre del año, les propongo dos tipos de balances: uno personal, y otro planetario. 
-Revisar qué aspectos de nuestra propia naturaleza humana necesitan de observación, exploración, y comprensión, al vincularnos con los demás y nosotros mismos.
-Estar atentos a en qué podemos colaborar con nuestra propia especie, las especies hermanas, y el Planeta mismo.
Es un tiempo de necesidad. 
Ahora sí, levantemos las copas, y brindemos a conciencia, por un año mejor! Bienvenido, Año Nuevo. Damos las gracias por los aprendizajes, y todas las enseñanzas, que nos deja el que termina.
Bendiciones para todos.



martes, 12 de diciembre de 2017

Carta Natal, Geometría y Álgebra Natales (Parte IV)

Carta Natal, Geometría y Álgebra Natales (Parte IV)
Dr. Adolfo Ramón Ordóñez

Espacio-Tiempo y Cosmología
La idea básica de la Cosmología, es que todo nuestro Universo (con cientos de miles de millones de Galaxias) proviene ‘del’ Big Bang, o quizás de ‘los’ múltiples Big Bangs, que desde ‘ese’, o ‘esos’ Puntos Primordiales,  va emergiendo Todo vestido de luz y con su ‘Celestial  Librea’ espacio-temporal. Solemos pensar en ‘la Nada’ como en un ‘espacio vacío’. Pero no es ése el caso en la teoría estándar, sino que justamente, el espacio y el tiempo observables y mensurables, surgieron en el (o los) Big Bang(s).
En realidad, hoy en día, la reducción ‘al’ Big Bang es de tipo metodológica, y sirve para fijar un punto de partida. Sería similar a decir que ‘la Matemática empezó en Grecia’ (en rigor, sólo sabemos que ahí descubrimos los primeros ‘sistemas axiomáticos’, y las primeras ‘demostraciones lógicas’ de la Matemática). Pero se sabe que la Matemática no empezó allí, sin embargo [por conveniencias que tienen que ver con la sobre-valoración de lo lógico-formal por parte de quienes no captaron –y por ende no admitieron- la esencia ‘nunca completamente formalizable’ de los ‘mathemas’], marcamos como ‘inicios’ las demostraciones aisladas de los Pitagóricos, y los Elementos de Euclides. Hoy ya existe incluso la posibilidad de entender al Big Bang sin la ‘singularidad inicial’ (donde no valen las Leyes físicas), y como un fenómeno más.
La metáfora que se suele hacer aquí es la de ‘la tela de una araña’ emergiendo del interior del cuerpo de la misma araña. Es decir, la tela de espacio-tiempo (porque en Física el espacio-tiempo medible es como un tejido), es un tipo de “campo” que va surgiendo del ‘Punto Primordial’ del (último) Big Bang, así como germina un Loto a partir de su semilla o ‘botón’.


El Big Bang (o Gran 'Explosión') inicial que dio origen a nuestro Universo
El substratum de nuestro Universo –según la Física- surgió de un Punto Primordial y fue expandiéndose exponencialmente, de una forma muy acelerada, y luego siguió extendiéndose más lentamente, y aún lo sigue haciendo ahora, según demuestran empíricamente los experimentos muy precisos y detallados hechos con ‘supernovas’, estrellas que –como parte natural de su evolución dinámica- han explotado. Observemos, entonces, que no es el caso que no había ‘nada’ dentro del espacio, porque el mismo espacio-tiempo (por lo menos, el ‘observable’ para nosotros, aquel cuya radiación nos ha llegado) surgió en el Big Bang.
Podemos preguntarnos: “¿Pero de dónde surgió el espacio-tiempo?” Bueno, esto nos obliga a meditar acerca de la probable ‘infinitud’ del Espacio y de la Duración ‘trans-temporal’, ambos inobservables y ‘en abstracto’, así como de una Realidad más profunda, que se deja entrever  en la matemática de la Cuántica.
Es un Espacio de infinitas dimensiones, donde hay un Movimiento mucho más abstracto, al que David Bohm denomina el Holoflujo o la Holokinesis, y que contiene tanto el movimiento de las partículas que nosotros llamamos ‘materiales’, como el movimiento vibratorio de los campos de materia o ‘campos fi’ (cuyos “cuantos” son las partículas), y también incluye todo lo que nosotros llamamos ‘campo psí’, de información activa, más sutil, e incluso contiene aquellos aspectos del Todo que podríamos considerar ‘Espirituales’.
El Universo es esta Holokinesis, esta Totalidad dinámica, es un Movimiento que hace que el Todo se refleje en cada Parte.


David Bohm (1917-1992) Uno de los físicos más brillantes del siglo XX
Espacio y Tiempo holográficos
La Física Cuántica nos enseña que en el Universo hay una dualidad onda-corpúsculo. La función de onda ‘psí’ vibra en lo potencial e invisible; y lo material aparece actualizado y visible corpuscularmente. Cada vez que una “potencialidad que 'sube y baja' ondulatoriamente”, se actualiza, lo hace como una “manchita” en la “pantalla” visible del mundo físico.
Esas ondas de probabilidad que son los estados, no es que ‘están’ en el espacio y en el tiempo finito dimensionales.  Nosotros le damos una realidad ‘de cuatro dimensiones’ al espacio y al tiempo, lo que no corresponde a su verdadera esencia. En rigor, se trata de meras apariencias. Fíjense: si tenemos dos partículas actualizadas y 'localizadas' en el espacio ‘ya están separadas, una a cierta distancia de la otra’, decimos. Sin embargo, aprendimos que existe la ‘no localidad’ o contextualizad a la distancia, y lo que le pasa a una partícula en un lado, repercute en la otra, que puede estar muy lejos. ¿Entonces, están ‘separadas por el espacio’, o no lo están en absoluto?
Y si algo así ocurre con el espacio, también debe ocurrir con el tiempo. Una de las tantas cosas buenas que nos enseñó Einstein es que el espacio no se puede separar del tiempo.
Nos preguntamos: ¿Esto quiere decir, entonces, que el futuro puede estar 'entrelazado' con el pasado? La respuesta es: Sí, por supuesto.
Debe haber alguna especie de entrelazamiento en el tiempo. Pensemos en la holografía temporal: Esto significa que la totalidad del tiempo puede estar reflejada holográficamente en cada momento. ¡Imagínense, esto nos hace ‘pensable’ la ‘profecía’ como algo posible! ¿Se dan cuenta?
La Realidad, empieza a verse como una Totalidad Indivisa donde están incluidas la materia, la psique, el Espacio Cósmico, todo… El Abismo Cósmico empieza a parecerse a algo Subjetivo, como un Inconsciente Cósmico, del cual las estrellas son como pequeñas ‘afloraciones’ conscientes de luz. Y esto que llamamos ‘Espacio vacío’ quizás sea una mera Subjetividad Profunda, un Principio de Conciencia (o Inconsciencia) Profunda. Los hindúes siempre llamaron a esto Shiva-Shakti Tattva, el Principio Raíz de toda forma de conciencia y de fuerza o poder.
Observemos cómo estas ideas llevan una a la otra. Se abren posibilidades extraordinarias ante nosotros. Así como los humanos estamos ante peligros inminentes –si no se realizan cambios de estado individuales que se vayan ampliando hacia lo colectivo-. La crisis siempre puede verse como oportunidad. Generalmente los cambios se hacen a último momento, cuando la crisis es tan grande y fuerte que uno ya no tiene evasión posible, entonces, ahí, ante el abismo, uno cambia porque no tiene más remedio. ¡Ojalá éste sea nuestro caso! Porque no sería nada bueno perdernos las posibilidades maravillosas a las que también nos da acceso esta época y sus 'dificultades', con estas Ideas tan extraordinarias 'aguardando' para proyectarse a través nuestro en el 'teatral' devenir en el escenario mundial.

Holokinesis, Vida, Mente y Conciencia

¿Cuál es la relación entre el enfoque cuántico, que es tan ‘Taoísta’, y la cosmología evolutiva, que busca ahondar en las profundidades del movimiento de lo temporal, que quiere ver los principios cuánticos, pero en evolución?

David Bohm dice que es natural pensar que en la Holokinesis está todo, incluyendo la vida, la mente y la conciencia. La Holokinesis lo abarcaría todo. Es un concepto muy difícil de trasmitir, salvo matemáticamente, porque es sumamente abstracto. En un holograma el todo se halla envuelto en cada parte, pero estáticamente. En la Holokinesis se da esa misma relación entre el Todo y sus partes, pero dinámicamente, es “un movimiento evolutivo holográfico”, un Movimiento abstracto-absoluto, en un Espacio abstracto–absoluto, y que  correspondería analógicamente con una especie de “Conciencia Absoluta”. De nuevo, la Física se adentra en la Metafísica. Bohm dice que no tiene sentido hablar de “materia viva” y “materia muerta”. Lo que sí, la vida se “despliega” como sucede con el hilo de un carretel. Hay un determinado momento en que la Holokinesis despliega o des-envuelve la vida en ciertos planetas, que previamente se hallaba “plegada” (envuelta como el hilo en el carretel, sólo que holográficamente). Pero esto es abstracto, sucede del mismo modo en que se “actualiza” un electrón a partir de una función de onda dentro del “espacio abstracto” de todas las posibles funciones de onda.

Es decir, la Vida “es” (potencialmente en la Holokinesis) y “viene a la existencia” cuando se actualiza. Esto no niega que haya una evolución. Muestra que la evolución sigue su etimología, que es “evolvere”, des-envolverse, “desenrollarse”. Esta idea de la evolución está también en la cuántica, de hecho la ecuación de Schrödinger que rige la dinámica de las funciones de onda, se llama “ecuación de evolución”, aunque no es evolución en un sentido “Darwiniano”. Es una evolución consistente en un incesante plegamiento y desplegamiento cíclicos en el tiempo, y holográficamente cinéticos. Decía el Cardenal de Cusa: “La Eternidad pliega y despliega la sucesión” –citado por el mismo Bohm-


Nicolaus von Kues o Nicolás de Cusa fue un teólogo y filósofo, considerado el padre de la filosofía alemana y personaje clave en la transición del pensamiento medieval al del Renacimiento.
Astrología y Panteísmo
Recordemos esa expresión que tantos autores han citado a lo largo de la historia, y que tanto le gustaba citar a Jorge Luis Borges: ‘Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna’. El ‘centro’ está en cada uno de nuestros corazones, así como en cada átomo, y el ‘límite’ o la ‘circunferencia’, no se halla en ningún lugar. La ‘Inmanencia’ y la ‘Trascendencia’ Divinas, respectivamente. Y también nos recuerda a la ‘Cadena de Álgebras crecientes’ (cada una representada por una Álef, en homenaje al célebre cuento de Borges)  hasta el Álgebra de lo Desconocido (la Tav).

El Panteísmo, por lo general, y en todas las épocas, fue muy poco entendido. Al pobre Baruj Spinoza lo excomulgaron de la comunidad judía por incomprensión de la parte de la Verdad que él realmente enfatizaba. El ‘pan-teísmo’ dice literalmente que ‘Todo es Divino’, que ‘Dios es Todo’. Esto no quiere decir que sólo las estrellas, los planetas, las plantas, los animales, el clima y los vientos, y nosotros mismos somos ‘divinos’. Quiere decir que ‘Todo’ es divino, que no hay nada que no tenga su fundamento fuera del Principio Infinito (para no generar controversias con la palabra ‘Dios’), al que -en apariencia- sólo empequeñecemos atribuyéndole cualidades finitas. Sin embargo, un sabio como Sri Aurobindo, nos explicaría que Spinoza concibió al Ein Sof, lo Infinito de los kabalistas judíos, similar al Absoluto o Parabrahman de los vedantinos de la India, pero no reconoció su doble carácter esencial: el de lo Siempre Inmanifestado, y el de su 'Tzimtzum' (contracción u ocultamiento, en hebreo), o su actualizante expresión manifestada, a través del Yoga-Maya ocultador, o la Energía Cósmica o Luz del Logos o Verbum, del Adonai judío, o el Ishvara de la India.

Astrología y Fatalismo
Otro asunto importante es el del supuesto ‘fatalismo’ de la Astrología exageradamente ‘predictiva’. Cuando el Álgebra Natal opera de manera azarosa, entonces, nuestro destino es guiado por lo que George Ivanovich Gurdjieff (1866-1949) llamaba la ‘Ley de accidentes’. Es decir, uno vive sus estados psicológicos de manera tal, que nuestro destino nos hace ‘ir a los tumbos’ –por decirlo de algún modo-. Sin embargo, también podemos llegar a ‘canalizar’ nuestro destino de un modo mucho más creativo, rico y significativo.
Lo único que hay de “fatalismo” sería que una persona cuyos estados están ‘caotizados’, tendrá una vida ‘a los tumbos’, pero igual se cumplirá su destino. Será el destino ‘calculable’ que le corresponde a su álgebra natal actuando sobre estados muy ‘inadecuados’, pero se cumplirá tan ‘matemáticamente’ como que dos y dos son cuatro.
¿Y acaso no dependemos del exterior? ¡Ah, eso dependerá de si los estados están sólo condicionados por los estímulos que nos vienen desde el exterior, y todo varía en función de los estímulos externos! Pero, si ha despertado en nosotros la percepción de un ‘eje’ interno profundo, ello puede llegar a amortiguar completamente el efecto ‘sacudidor’ de esos estímulos externos. Por ejemplo, tomemos el caso de una persona que pierde toda su riqueza en una bajada de la Bolsa. Hay algunos que se suicidan. Y hay otros a los que esa situación les cambia la vida, y te dicen: “A partir de ese momento empecé a ser feliz.”
Entonces, todo depende de cómo uno toma las cosas.

 Correlaciones 'No Locales’ y Efectos Causales
¿Cómo actúan los astros o planetas Pj (variando el índice j) sobre el psi (ψ),  que a su vez actúa sobre el campo fi (Ф)? Eso dependerá de nosotros; del factor personal y del arte de vivir. Es decir, de la ‘Ciencia de la vida’ y del ‘Arte de vivir’ (que es mucho más que ‘Física Cuántica’).
No negamos que existan otro tipo de factores que afectan al hombre. Por ejemplo, si cae un meteorito a la Tierra de un diámetro de más de 10 km, puede ocasionar una extinción masiva. Se dice, de hecho, que eso es lo que sucedió hace 65.000.000 de años con los dinosaurios. ¡Vaya entonces, si puede haber efectos causales provenientes del cosmos!
Nosotros, según la Biblia, fuimos tomados del barro ‘de la tierra’. Sin embargo, Carl Sagan pretendió ser menos ‘mítico’ y más ‘logoico’ y específico: nos decía que, en realidad, somos polvo ‘de las estrellas’. Yo agregaría que somos “polvo cuántico” de varias generaciones de estrellas y del último Big Bang. Esto quiere decir lo siguiente: ¿Dónde fue hecho cada átomo que forma parte de nuestros cuerpos? Cada átomo de nuestros cuerpos fue hecho en las estrellas. Muchos de estos átomos ni siquiera fueron hechos en las ‘condiciones normales’ de las estrellas. Por ejemplo, los elementos más pesados como el zinc (que forma parte de nuestros cuerpos), no se pueden construir en las estrellas: éstas no son suficientemente calientes para las reacciones ‘termo-nucleares’ que se necesitarían; los átomos de zinc se crearon gracias al calor generado en las explosiones de las supernovas, las cuales ‘al morir’ dejaron mucho material diseminado por el espacio. Más aún, si nuestros cuerpos están constituidos en su mayor porcentaje de agua, cuya molécula está formada por un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno. Ahora bien, éstos últimos sólo pudieron formarse a las altísimas temperaturas que hubo sólo muy cerca del Big Bang mismo. Se sabe que este material, después se contrajo gravitacionalmente, y así se produjeron las estrellas y los planetas.
Hablábamos de meteoritos, entre otros efectos causales, también podemos considerar la existencia de rayos cósmicos, o de los efectos de la luna sobre la marea o la reproducción de muchas especies. También están los efectos causales electromagnéticos de las partículas cargadas que vienen del Sol. Todo esto, entonces, forma parte de las relaciones de causa-efecto. Recientemente, un grupo internacional de científicos en la provincia de Mendoza logró probar categóricamente que a la Tierra llegan ¡partículas provenientes de otras galaxias, y no sólo radiaciones electromagnéticas!
Pero aparte de estos efectos causales, la Cuántica nos da la posibilidad de pensar que hay correlaciones no locales,  a las que Carl Gustav Jung, apoyado por su paciente y luego amigo, el Premio Nobel 1945 de Física Cuántica, Wolfgang Pauli, llamaría 'influencias acausales' o 'sincronicidades', que hay entre nosotros y las estrellas de donde provienen los átomos que componen nuestros cuerpos. Entre los estados de nuestra psique-soma, que es parte del cósmico (ψ-Ф), y las posiciones de los astros (Pj) en el cielo con respecto a nosotros. Todo provino del Big Bang, y allí estaba todo cuánticamente entrelazado. Entonces, todos nosotros llevamos envuelto el universo entero dentro de nosotros.


Jung a la izquierda y Pauli a la derecha
¡Qué contradicción que la Ciencia acepte que está todo correlacionado (porque venimos todos del Big Bang), que hay un entrelazamiento de tipo cuántico (y también posibles generalizaciones naturales de los campos morfogenéticos, tal como plantean Sheldrake y Bohm a nivel del Cosmos), y por el otro, que muchos científicos cataloguen 'sin más' de “seudociencia” y “superstición” a las correlaciones a las que se refiere la Astrología!
Nuestros átomos se hicieron en el ‘Atanor Cósmico’ (parafraseando a la Alquimia). ¿Si todos los átomos se hicieron en los “hornos astrales” del Universo, y repito si todo está correlacionado, y si nuestros cuerpos se hicieron en las estrellas, porqué sería absurdo o impensable hablar de correlaciones entre las posiciones relativas de las estrellas y nuestros estados 'interiores' y cuerpos 'exteriores'?
Sí ‘se puede decir’ que las correlaciones de los átomos que componen el ADN tienen que ver con nuestros rasgos, con nuestro temperamento, con nuestra propensión o no a ciertas enfermedades. Esto sí es aceptado por la ciencia. Pero si miramos al cielo, y buscamos correlaciones… ¡Ah! eso, la ciencia no lo acepta, y encima, lo considera ‘oscurantismo’. ¿Será porque desde el espacio el cielo parece oscuro? Yo, particularmente, no lo entiendo. Menos mal que soy universitario y científico, ya que ‘ser universitario’, entre otras cosas, implica el tener y ejercer la capacidad de pensamiento crítico, la capacidad de pensar libremente y por sí mismo.
Considero –junto con Jung, David Bohm, y tantos otros científicos- que no se puede separar tan categóricamente -como se pretende- lo que es una ‘Ley Física’, de lo que es una ‘Ley Psíquica’. Lo social y lo cultural están sincronizados y envueltos holográficamente en nuestro cerebro.
Lo mismo que pasa cuánticamente, por ejemplo, que en el electrón está envuelto todo el átomo; sucede en el ser humano: En nosotros está envuelta toda la cultura. ¿Entonces, es tan diferente la Física Cuántica, de la Antropología o de la Sociología?
La estructura arquetípica aparece tanto en la Matemática como en la Física, en la Psicología, la Sociología, etc. Porque, en el fondo, es el hombre el que oficia como intermediario de todo eso. El que no ve los mitos y arquetipos detrás de las “teorías científicas” es bastante necio –como es el caso de Stephen Hawking y otros, cuya ‘serie de infinitos universos sin principio ni fin’, parece tomada de “la Doctrina Secreta”, o de la antigua India, o del Tibet, o de los ‘Svabhavikas’ de la más antigua escuela buddhista de Nepal- ¿No les parece?

Astrología, No Localidad, y las Cuatro Fuerzas de la Naturaleza
Una crítica bastante frecuente que se suele hacer a los astrólogos es: “ah, vos decís que ‘sos’ de tal signo, pero en realidad, cuando vos naciste el sol no estaba proyectado ahí, por el tema de la precesión de los equinoccios.”
Si uno explica la realidad con un Principio de Complementariedad, no sólo desde lo corpuscular, sino también desde lo ondulatorio (que según dijimos involucra infinitas dimensiones), como si el zodiaco fuera una especie de ‘piano circular’, donde al pasar girando los astros van sonando las correspondientes notas musicales (la “Música de las Esferas” de los pitagóricos). La cuestión no está en considerar meramente los alineamientos planetarios, ni en ver si el Sol cuando yo nací estaba en la constelación de Cáncer al proyectarlo sobre la bóveda celeste, o se proyectaba sobre otra constelación, debido a la precesión de los equinoccios. Lo importante aquí es considerar la nota que sonaba en ese momento, lo “ondulatorio” y no lo “corpuscular”. Cuando yo nací, no me queda la menor duda de que “estaba sonando” la nota canceriana. Siempre estuve rodeado de mujeres (y con la mayoría tuve muy buena relación). Dicté mis clases en Facultades de Ciencias Exactas, donde cada vez hay más mujeres, colegas y alumnas, salvo raras excepciones –cada vez más raras-.
Volviendo a la pregunta, les voy a poner una analogía. Supónganse que tengo frente a mí un cuadro de Charly García y tengo una guitarra. ¿Qué, no puedo tocar una zamba folclórica porque tengo enfrente a Charly García, en vez de tenerlo a Atahualpa Yupanqui o a Falú? ¿Hay algún problema que quiera tocar otro ritmo por el hecho de que esté el cuadro delante de mí? Evidentemente, no. Lo mismo pasa con lo astrológico. Si se da el alineamiento zodiacal o no, es un aspecto que podría tener importancia en cuestiones corpusculares-newtonianas, pero no todas las cuestiones astrológicas pasan por ahí… Y éste es el problema de los físicos. Piensan “¿Cómo va a influir en mí un planeta o una estrellita ubicada allá tan lejos? Eso es ridículo. Si consideramos la influencia gravitacional, es mucho mayor la fuerza de la mano del médico que me está atendiendo, que la que tiene un planeta, por más de que sea Júpiter. Si consideramos la fuerza electromagnética tampoco se trata de ésta –salvo la influencia solar-. Y con respecto a la fuerza nuclear mucho menos. Ni la fuerza nuclear fuerte, ni la fuerza nuclear débil explican lo astrológico. Y éstas son las cuatro fuerzas conocidas que hay en el Universo.” Por eso, para ellos, es inconcebible el accionar de lo astrológico.

Aquí está el problema. Ellos están considerando solamente los aspectos causales y de la física clásica, mientras que hay correlaciones cuánticas no locales, del estilo de las dos partículas que se separan, o de los gemelos. Y la “no localidad” (o “contextualidad a distancia”), es la que, seguramente, está funcionando aquí, lo cual es perfectamente concebible. Es este tipo de correlación lo que actúa poderosamente en lo astrológico. Ya que nuestros cuerpos están hechos de materia estelar surgida de un mismo Punto Primordial (el del último) Big Bang es lógico que estemos correlacionados. Esa 'inseparabilidad' entre las estrellas y nosotros se trata de algo muy “lógico”. Por eso, la lógica va a favor de la Astrología, no en contra. ¡Y es la misma lógica de la que se vale la Ciencia!

Distinción entre “energía” e “información”

Hoy que ‘lo energético’ está tan en boga, no debemos confundir, la energía con la información.  Hay materia, hay energía (aunque Einstein, mostró que ambas son equivalentes e intercambiables) y hay información. La función de onda cuántica tiene información. Esta ‘información’, si bien parece algo puramente mental y subjetivo, la Cuántica nos enseña que, sin embargo, puede llegar a ser un ingrediente muy activo también en la Naturaleza y el Cosmos objetivo. Como en el ADN celular, por ejemplo.

En todo sistema abierto se intercambia materia, energía e información con su medioambiente. Si fueran lo mismo todos los “eruditos” serían “liberados vivientes”, seres “realizados”. Y sabemos que no es así, un cambio de información no supone una transformación energética. Para ser más exacto, si bien el almacenamiento y procesamiento de información –digamos sobre “alquimia” en sentido psicológico- supone un gasto energético por parte del cerebro, ello no equivale a la cantidad y calidad energética necesaria para una “transmutación” psicológica. Para poner un ejemplo más simple, podríamos pensar en un objeto tele-dirigido. Supongan que tenemos una lanchita de juguete que podemos manejar a control remoto. Lo que hacemos es mandar una onda que tiene una “información”, y que le dice a la lanchita por dónde tiene que ir. Esa información involucra una energía también, pero muy chiquita: es la del campo electromagnético modulado y oscilante que la contiene “en código”, y que la trasmite por el espacio. Pero lo que realmente mueve a la lancha (no lo que simplemente guía su movimiento) es algún tipo de combustible que se quema y que proporciona el grueso de la energía que mueve la lancha.

En rigor, entonces, la “información” también parece tener una cierta energía y materialidad. Aunque hay un interrogante, que planteó Karl Pribram, que fue un famoso neurofisiólogo estadounidense, y es el siguiente: “¿Es la información “esencialmente” Materia o Espíritu?” Yo no pretendo resolver aquí el enigma, pero evidentemente hay un aspecto material-energético sutil en la información, aunque también hay algo que parece exceder a ese nivel, y que tiene que ver con la forma, con la idea, algo que trasciende lo material-físico y que, sin embargo, puede meterse 'en y sobre' lo material y prepararlo para obrar. Pero se necesita disponer de una “energía más concreta” adicional para actualizar el poder de obrar.

O sea, si estabas guiando la lanchita con el control remoto, pero resulta que se le acabó el combustible ¡chau! ya no se mueve más...

El Todo y cada una de sus 'partes', si es que el Todo las permite 'abstraer', moviéndose holográficamente. Eso es lo que David Bohm llama la Holokinesis, el Holoflujo


Karl Pribram (1919-2015)
El sentido de lo que nosotros podemos hacer, está en nuestra potencialidad. Uno puede cambiar realmente su forma de vida, tiene la posibilidad de hacerlo, lo cual no quiere decir que lo haga. Uno tiene que conscientizar primero todos sus mecanicismos, todos los mecanismos, lo automático. Ya de por sí, darse cuenta de eso, es un trabajo muy grande. Conocerse a sí mismo es la base de todo saber.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Carta Natal Geometría y Algebra (Parte III)

Carta Natal Geometría y Álgebra (Parte III)
Dr. Adolfo R. Ordóñez
Los ‘Matemas’ o (‘Mathemas’) y la Astrología
La Matemática, en tanto actividad humana, consiste, primero en hacer ‘contacto intuitivo’ con los ‘mathemas’ o ‘ideas-gérmenes’ matemáticos, y recién después ir posibilitando su ‘despliegue-germinación’, aumentando gradualmente su entendimiento y comprensión, mediante su des-envolvimiento eidético y lógico, sus relaciones con otros mathemas, buscando variados ejemplos ilustrativos y también sus posibles aplicaciones. El mathema es algo a lo cual uno ‘va llegando’ por un proceso de acercamiento progresivo, es como un ‘límite’, un horizonte.
Uno se va acercando, pero el mathema siempre está más allá de cualquier formalización rígida y cerrada. El mathema es como una ‘matriz de inteligibilidad’ que permite concebir, captar, o aprehender cualquier cosa.
Lamento que un exceso de ‘formalismo’ cristalizado y de lógica, en detrimento de la intuición eidética con su total ‘flexibilidad’, por parte de muchos profesores de matemática, hayan transformado en algo ‘difícil de aprender’ –y poco menos que una “tortura”- la enseñanza (o ‘máthesis’) de esta bellísima y maravillosa “Ciencia de las Ciencias”, cuyo significado mismo es ‘aprender’.
Pero, a pesar de ello, la verdad sigue siendo  que si alguien ‘concibe’ algo, lo hace a través de mathemas, que son los que nos posibilitan el deleite intelectual de ‘inteligir’ todo y cualquier cosa, en particular, en la Astrología.
 Hasta en la Filosofía, para concebir las ideas filosóficas más profundas y abstractas se debe recurrir a mathemas. Como es bien sabido, la palabra ‘matemática’ deriva del verbo griego “manthánein”, que significa, “aprender” o “aprehender” (con, y sin, la letra ‘h’), “entender”, “captar”. Es un término que –como la palabra ‘filosofía’, o ‘amor a la sabiduría’- se dice que acuñó Pitágoras de Samos. Este “aprehender” o ‘tomar’, es un “tomar conocimiento”, “tomar conciencia”, de algo muy profundo que de alguna manera tiene que evocar una verdad en nosotros, algo que, en el fondo, ‘ya sabíamos, inconscientemente, desde siempre’. Por eso la matemática aprendida de memoria, no es matemática verdadera. No hay ahí un ‘aprendizaje’ verdadero.
Si uno quiere entender las relaciones entre el todo y la parte, por ejemplo, una importante cuestión filosófica, es fundamental poder ‘captar’ –entre otros-:
1) El mathema de la “cardinalidad”. En particular, hay que darse cuenta de que hay ‘la misma cantidad’ de números pares (2, 4, 6, 8…) que de números naturales (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,…). Fíjense, tenemos los ‘números naturales’: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho. Decimos que “dos, cuatro, seis, ocho, …,  son pares, los otros no, son impares”. Entonces los voy a contar, ¿cuántos son los pares que nombré? Un primer par, un segundo par, un tercer par, un cuarto par,  etc. ¿Se dan cuenta? Yo puedo contar -usando todos los números naturales- los números pares. ¿Y qué significa “contar”? Es poner en correspondencia biunívoca o ‘1 a 1’ dos conjuntos de cosas. Si yo quiero saber cuántas ovejas tengo, le hago corresponder a cada oveja uno de los dedos de mi mano: y si uso todos los dedos de una mano, entonces concluyo que tengo cinco ovejas. Análogamente uno puede hacer una correspondencia biunívoca entre los números pares y los números naturales (todos, los pares y los impares). Sin embargo los pares, son “la mitad”, uno diría. Son menos. El conjunto de los números pares es un subconjunto propio del conjunto de todos los números naturales. Sin embargo, tienen la misma cardinalidad, representan la misma cantidad del 'infinito numerable' (hay 'infinitos no numerables', como explico más abajo). Eso es un mathema.
Por si aún no lo entienden. ¿Qué es eso de la cardinalidad o 'número de elementos'?
Bueno, probaré con el “Hotel de Hilbert”. Se lo voy a explicar de este modo. Hay un Hotel (imaginario) con infinitas habitaciones. Cada una de ellas tiene un numerito arriba. Supongan que el hotel está lleno de gente, y viene una persona más. Veremos que, a pesar de que el Hotel esté lleno, siempre cabe uno más. Viene esa persona y me dice “¿Oiga me daría una habitación?” Entonces el Sr. Hilbert dice por altavoces “la persona que está en la habitación n, haga el favor de correrse a la habitación n+1. Todos se corren, el que estaba en la habitación uno pasa a la dos, y queda la habitación uno, libre. Todos siguen estando en el Hotel de Hilbert. Si cualquiera de nosotros al infinito le saca uno, sigue siendo infinito. Si hubiera dicho: “la persona que está en la habitación n, haga el favor de correrse a la habitación 2n”… ¡Hubiera liberado las infinitas habitaciones impares! Siempre pueden incorporarse no sólo una, sino infinitas personas más.

David Hilbert (1862-1943) Matemático alemán. Hizo grandes contribuciones que resultaron tener aplicaciones fundamentales para la Física Cuántica y la Teoría de la Relatividad General
Así como hay infinitos números naturales, también hay infinitos números pares, y esos ‘infinitos’ tienen la misma ‘cardinalidad’. 
Hay también, 'infinitos' tipos de 'finitud' (está la finitud de los conjuntos que tienen un elemento, que tienen dos, etc.) que no se pueden poner en correspondencia “uno a uno” o biyección. Por ejemplo, un conjunto de tres elementos no se puede poner en biyección con uno que tiene cinco. 
Del mismo modo hay 'infinitos' tipos de 'infinitud'. Está la infinitud numerable de los números naturales o pares, y está -por ejemplo- la infinitud no numerable del conjunto de los puntos de una recta, por ejemplo. Es no numerable, pues la recta es un 'continuo' de puntos (y entonces, dado un punto cualquiera, ¿Cuál es 'el punto que le sigue' ?). Que esto es así, lo demostró Georg Cantor, el “Padre” de la Teoría de Conjuntos, en el siglo XIX.

Georg Cantor (1845-1918)
2) El mathema del holograma: “El todo que se puede envolver en cada una de sus partes”. Esa es otra importantísima relación entre el todo y sus partes, detrás de eso hay un mathema. Está ahí actuando lo que se llama el producto de convolución, que consiste en “envolver juntas” dos funciones.
Al ‘holograma’ lo descubrió primero en forma puramente matemática, el inglés Denis Gabor, en 1947, y trece años después, el descubrimiento del láser hizo posible convertirlo en una realidad. Pero ya había sido previsto e ‘inteligido’ por él.


3) Finalmente, hay mathemas donde el Todo y la Parte marchan juntos. ¡Son muy usados en la Física Cuántica, y en el ‘Yoga Integral’ de Sri Aurobindo! Y no hay contradicción, porque cada 'Parte' mantiene una ‘conexión no local’ con las otras Partes y con el Todo –como la música de cada instrumento en una orquesta-. Decía Aurobindo que nosotros somos centros individualizados de conciencia (Partes), en íntima e indisoluble ‘comunión’ con ‘nuestro prójimo’, o los ‘otros’, y sin embargo, también somos la Conciencia Universal (el Todo).
¿Cómo es posible entender completa y correctamente la relación entre el todo y las partes sin estos mathemas? 

Hay 'Mathemas' en la base misma de cada disciplina y quehacer
Les di tres ejemplos de mathemas nada más, hay infinitos. Del mismo modo en que para poder aprender y aprehender, completamente y en realidad, este problema filosófico, independientemente de qué postura tenga yo con respecto a la Ciencia, y tanto si me interesa la Matemática como si no, está el hecho de que, para poder aprehender algo, es necesario primero, disponer del mathema necesario para su aprehensión. La cuestión es poder 'aprehender los mathemas' que ayuden a comprender mejor la Astrología, así como con los mathemas apropiados se puede aprender bien la Filosofía, o la Biología, o la Física. Por eso la Matemática era una Ciencia tan especial en la antigüedad, y Platón había hecho poner a la entrada de su Academia: “Nadie entre aquí si no sabe Geometría”.
La matemática profundizada hasta el nivel de los mathemas y su simbolismo, puede ayudar a hacer una mejor práctica astrológica. Esa es mi íntima convicción. Lo demás, es decir, si la comunidad científica académica va a re-pensar y rescatar lo astrológico tal como fue en la antigüedad o no, es sólo cuestión de tiempo. 

¿La Matemática fue 'inventada'?
Otro asunto, que conviene aclarar, es el del ‘origen’ o ‘génesis’ de los mathemas. Hemos de inquirir en lo absurdo o falto de sentido que tiene el preguntarnos cuándo ‘comenzó’ la Matemática en sí misma (sí, en cambio, tiene sentido e interés su aparición en la historia humana, desde luego). Si nos  preguntamos con quién o cómo se inició la Matemática... ¿Se inventó, ante todo? ¿Un hombre inventó la Matemática? ¿Cuántos ojos tenía ese supuesto hombre que podría haber inventado la Matemática? Dos. Y además seguramente tenía simetría bilateral y el ombligo en proporción áurea, como muestra la Matemática que sucede en todos los seres humanos. ¡Si lo vemos así, me temo que el “supuesto” inventor de la Matemática, seguramente ha plagiado a ‘Alguien’! Es inconcebible pensarlo. ¿Se dan cuenta? La Matemática es previa al hombre. ¡El Universo es matemático!
Por otro lado, la Matemática, por ejemplo, los fractales tienen una complejidad tal, que el mismo Benoit Mandelbrot descubridor de los fractales- decía: “Yo no me inventé esto que me atribuyen a mí, ¡No tengo tanta imaginación! Lo descubrí. En determinado momento sentimos que “nos habíamos topado con un gran oso”, en la IBM de Nueva York, por la década de los ochenta.”
Los fractales son ‘objetos matemáticos’ (y mathemas) que tienen una increíble riqueza estructural en infinitas escalas y una complejidad tremenda, a pesar de la simplicidad de las reglas de su formación. Algunos, como el “conjunto de Mandelbrot”, están hechos simplemente multiplicando números complejos y sumándolos. Ni siquiera hace falta aplicar logaritmos, ni exponenciales, ni seno o coseno. Simplemente multiplicar y sumar, sólo que repitiendo ambas operaciones muchísimas veces.

El fractal más famoso: el Conjunto de Mandelbrot
Lo matemático, evidentemente, es un misterio ya de por sí
¿Cuál es el origen ontológico de la matemática?
La ontología es una rama de la Filosofía que se pregunta por el ser en sí, de algo. Esta palabra deriva del griego : 'onto' deriva de 'ente';  'logos' es el estudio, la reflexión, en este caso acerca del ente o ser de algo. Por lo tanto, si nos preguntamos por el origen de la matemática como ente en sí, por su existencia, nos hallamos ante un problema filosófico muy profundo. Los matemáticos mismos no nos ponemos de acuerdo sobre cuál es. Yo creo que no tiene sentido pensar que “esto empezó a ser cierto desde un momento en adelante”. Pero si esto es así, entonces en ocasión del Big Bang, lo matemático ya estaba presente. Incluyendo el conjunto de Leyes Naturales. No estaría el “tejido espacio-temporal” tal como ahora lo percibimos, pero sí “estaban” los mathemas que los hicieron posible.
Evidentemente, hay alguna relación entre “math” y “Mahat”, como la ‘Mente Universal’ en el pensamiento de la India. La Mente Universal sería el “Cosmos Noeticós” o “Inteligible” de Platón, el Arjé o “Arca” conteniendo todas las Ideas, los Arquetipos, Mathemas y Mythemas. Esto resulta muy parecido a las Ideas platónicas. De hecho, en el siglo XX, ha habido grandes matemáticos, y uno de los más brillantes fue Kurt Gödel, de origen austríaco, autor del "Teorema de Incompletitud de Gödel" (que ha dado mucho que hablar y sigue dándolo). Gödel se confesaba platónico. Decía: “yo creo que hay tanto derecho de hablar de “entes matemáticos” (números, círculos, rectas, fractales) como de ruedas, mesas y sillas”. Es decir, podríamos abordar esta pregunta por 'los entes matemáticos, y por la existencia en sí de la Matemática, desde la fenomenología de Husserl o, si nos atrevemos, desde un punto de vista aún más platónico. Desde esta última perspectiva platónica, los mathemas no están en la dimensión temporal.

Arquetipos: Mathemas y Mythemas
Los Arquetipos, 'moldes primarios' que organizan lo concebible y nuestra experiencia , y que según Jung constituyen lo Inconsciente Colectivo en sí mismo, tampoco son temporales en su Fuente. Éstos se nos presentan de dos modos: como mitologemas (o ‘mithemas’), o bien como 'mathemas'. Esto se relaciona con la conocida dualidad 'mythos' y 'logos'
Retomando el tema de la Astrología y los mathemas, observamos que hasta ahora, la comprensión (no los cálculos) en Astrología se ha manejado -esencialmente- con 'mithemas'. La idea que les propongo, es poder ayudarse y valerse también de mathemas para entender mejor lo astrológico, y no sólo valerse de éstos para calcular, cosa que siempre se ha hecho. Es decir, no usar en la práctica de la Astrología sólo mitologemas, o sólo psicología –como está de moda- sino introducir también mathemas. Ayudando así al lenguaje, y dando nuevas “matrices de inteligibilidad” para concebir relaciones, otros modos de vinculación o religación, entre todos los elementos que conforman ‘el saber astrológico’. De paso, éste último ‘saber’ siempre va actualizándose (como debe ocurrir en toda ciencia que se precie), desde los brahmanes a los chinos, desde los sumerios y caldeos hasta los egipcios y griegos, y desde Ptolomeo hasta Dane Rudhyar…

Dane Rudhyar (1895-1985)
Mithemas, Mathemas , y prediccción o probabilidad
Una Astrología fatalista, se lleva muy bien con la Física Clásica vieja, porque ya con la Física Clásica actual, no va. Y esto es así desde que se sabe que existe el caos determinista, es decir, el mathema del caos determinista. Consideremos los fenómenos climáticos, por ejemplo. Hay ecuaciones que se pueden hacer para modelitos sencillos “de juguete” del clima, pero que se sabe que conducen al caos determinista. Es decir, son ecuaciones deterministas, pero que tienen un horizonte de predictibilidad (funciona muy limitadamente), y después ya la visión es totalmente inexacta. Por eso siempre escuchamos lo que va a pasar en relación al clima de acá a cuatro días. Después de eso... no dice nada más el pronóstico, porque ese es el ‘horizonte de predictibilidad’ que hay, y aún en éste, a veces se equivocan. No es porque sean malos meteorólogos, sino porque la matemática subyacente en la meteorología, obliga a eso.
No se puede predecir con certeza lo que va a hacer un electrón. Uno puede dar sólo probabilidades. ¡Imagínense con un ser humano! ‘Probabilidad 1 (uno)’ es “casi” certeza, ‘probabilidad 0 (cero)’ es “casi” certeza de que no va a ocurrir, o sea que en el fondo, las probabilidades son más abarcativas que “la certeza determinista”.

Aprovecho para contarles algo que postergué hasta hoy. El azar que aparece en la Física Cuántica, es un azar que depende del estado. Esto es muy importante, es un mathema. Esto tiene que ver un poco con el ejemplo del “timbero”. Si estás en perdedor, no es tu momento para ir a ningún “juego de azar”.
En las fórmulas de la mecánica cuántica, las propiedades de observar algo en una medición, dependen del estado, lo cual significa que “son dados cargados”. No sólo es que Dios juega a los dados (para decirlo ‘a lo Einstein’) sino que juega a los dados con dados cargados. ¿Qué carga al dado? El estado. Y en la analogía con lo  psicológico, el estado del 'sistema', se relaciona con 'nuestro estado anímico'. Por lo tanto, esto influirá, y mucho, por ejemplo, en la hermenéutica de los tránsitos astrológicos.

Astrología y Ciencia
Jung,  fue uno de los primeros que hizo experimentos científicos con la Astrología (con alrededor de cuatrocientas parejas, utilizando los aspectos que podrían llegar a unirlos; tomaba el Sol, la Luna, Marte, Venus y el Ascendente). Él terminó por dudar de los resultados porque temía que la introducción de la intencionalidad pudiera haber influenciado los resultados. Es decir, se daba cuenta, intuitivamente, que eso podía ocurrir.
Sin embargo, son muchos los que sostienen que la Astrología es una  “semi-ciencia”, o incluso una “pseudociencia”. En mi caso, si bien considero a la Astrología como ‘Ciencia’ en el sentido ‘antiguo y profundo’, tal vez no necesita o no le convenga aspirar a la validación del ‘método científico’ –por lo menos, en el sentido tan ‘cerrado’ y ‘duro’ que se le da actualmente-. No hay que caer en el grosero error, desgraciadamente tan frecuente hoy en día, de identificar a la ‘Ciencia’ (en el sentido moderno) con el ‘Cientificismo’. Es decir, la Ciencia llega a ‘confirmar’ (por ejemplo, experimentalmente) sus ‘teorías científicas’  vía un ‘método científico’ que tiene sus reglas. Y eso, si no prestamos atención al epistemólogo austríaco Paul Karl Feyerabend, quien escribió un famoso libro (“Against Method”), donde niega su existencia, y da notables ejemplos de descubrimientos ‘científicos’ que se hicieron porque, justamente, no se siguieron los protocolos de ese ‘supuesto método’. Él decía que “si bien el anarquismo había demostrado no ser bueno a nivel político, tal vez no era tan malo a nivel epistemológico. Tenemos que dejar competir a Charles Darwin, con el Génesis y el Poimandros del hermetismo egipcio. Que compitan sanamente, sin hacer trampas”.


Pero, aún si dejamos de lado esa posición tan extrema (del ‘anarquismo epistemológico’ de Feyerabend), ello no significa que ése sea el único método para acercarse a las ‘verdades’ (o ‘afirmaciones confiables’) de todos los tipos. Tal vez la antiquísima Astrología acceda a un tipo de conocimiento o de ‘Gnosis’, que  puede ser ‘verdadero’ (o, si lo prefieren, ‘inteligible’ y ‘confiable’), por otra vía, percatándose de ese ‘conocimiento’ de un modo diferente.
En todo caso, considero que hoy la Ciencia, tiene las herramientas necesarias como para presentarnos y ayudarnos a comprender la Astrología, como un saber de gran nivel, de una complejidad superior. ¿Entonces, puede la Astrología ser explicada desde la Física Cuántica? ¡No! Eso sería hacer un reduccionismo. Por eso, mi intención no es hacer un reduccionismo de la Astrología a la Física. Ahora está muy de moda hablar de las “Teorías de Todo” (TOE´s en inglés: “Theories of Everything”). Bueno, la Cuántica no es una teoría de todo. Hay muchísimas cosas que deja por fuera de su ámbito. 
Mi intención es la de promover un diálogo interdisciplinar para beneficio de todos. Además, sería como recuperar para la Astrología el lugar epistémico que tuvo desde un principio y que fue perdiendo con el paso del tiempo. A mi juicio, no puede acusársela de pseudociencia, porque de hecho lo que hoy es Ciencia, (Astronomía y Astrofísica) surgieron de lo que en un primer momento fue la Astrología y los datos astronómicos a ella asociados, junto con los cálculos matemáticos que requería. Entonces, más bien sería ‘volver a unir’ algo que se separó, por diversos avatares de la historia.
Sir Isaac Newton, considerado uno de los físicos más grande de todos los tiempos, también era astrólogo, alquimista y cabalista. Hoy se conocen todos los libros que tenía Newton sobre Alquimia, incluso se cree que se murió por probar mercurio y excesivas cantidades de productos químicos, en su práctica alquímica.
Como dijo el conocido economista del King College de Cambridge, John M. Keynes (1883-1946), que tuvo acceso a toda la Obra y correspondencia privada de Newton, él no fue el “primer científico positivista”, que nos tratan de hacer creer en la escuela, sino “el último de los magos” [los astrólogos caldeos].
De hecho, si la nueva Astrología (que no es la misma que la del “Tetrabiblos” de Ptolomeo, ni que la medieval, ni que la renacentista…) les aporta algún tipo útil de “conocimiento” o episteme, es porque ha crecido con muchos aportes provenientes de la Psicología, la Antropología, la Biología, etc. 
Uno puede y debe aprovechar lo que la Humanidad ha podido aprender en el campo de la Ciencia moderna, la nueva visión, los nuevos paradigmas, para ayudar, con los nuevos mathemas, a poder concebir lo astrológico de un modo nuevo o renovado. Y de alguna manera, la Ciencia genera nuevas perspectivas. Las teorías son visiones, son puntos de vista. Por eso nunca habrá una ‘Teoría de Todo’ (TOE), porque no se puede ver ‘todo’ a la vez: si vemos una naranja y sus gajos y semillas, no podemos, simultáneamente, ver sus átomos y los astros… A través de esas nuevas visiones (en plural), uno puede tener una re-visión y re-novación de lo astrológico que puede ayudar ¡Y mucho!
Por ejemplo, comprender esto que decíamos: “determinismo lineal o no lineal”. Uno puede entender mejor esta complejidad, aprendiendo acerca del “determinismo caótico” en los sistemas clásicos y del “determinismo cuántico”, a través de la incerteza, y la probabilidad, con las leyes acausales y todo lo que implica una ley acausal, la comprensión de la sincronicidad de Jung, etc.
Considero que ello podría hacer plausible la Astrología para una gran masa de intelectuales, que hoy en día se niega a lo astrológico por prejuicios ya “anacrónicos”. ¡Hemos de mantenernos “actualizados” hasta en nuestros prejuicios! Por lo demás, todo esto que digo está aún en un plano exploratorio. No hablo desde ninguna “certeza” delirante. Sencillamente, estamos tratando de comprender la Naturaleza, el mundo, la vida.

Necesidad de un diálogo entre la Ciencia, la Filosofía y la ‘Espiritualidad Transreligiosa’
Un poco se trata también de “enderezar la historia de la Ciencia” que se ha 'retorcido'. A mí me interesa -como científico- que la Ciencia no se aparte indebidamente, y por confusos motivos ideológicos, del sendero de la verdad histórica. Esta desviación tiene graves riesgos, y produce efectos de largo alcance en la sociedad, en la libertad. “La ciencia en una sociedad libre”, es otro de los libros de  Paul K. Feyerabend, el antes mencionado epistemólogo todavía más radicalizado que Thomas Kuhn. El comenta, justamente, todo lo ‘inquisitorial’ que se ha hecho con la Astrología -a pesar de que, posiblemente, a él no le interesaba particularmente-  
Hay ciertas cosas muy interesantes del Génesis, si lo vemos con ojos modernos, por ejemplo, desde la Teoría del Big Bang. Entre los griegos, por ejemplo Aristóteles, creía que el Universo era eterno y siempre igual, girando en torno de la Tierra y siempre movido gracias al ‘Motor Inmóvil’. Nunca había comenzado y nunca terminaría. Pero en el Génesis bíblico, el Universo surge de un “fiat lux” (“hágase la luz”), y la luz se hizo en el primer día. Ahora bien, el Sol y la Luna, las luminarias mayor y menor, son creadas recién en el cuarto día. Entonces uno se pregunta: ¿Cómo, si el Sol y por lo tanto también las estrellas, se formaron en el cuarto día, aparece la luz en el primero? Ahí hay como una contradicción. Uno dice “no hay que ser literal con las escrituras, ya que en ellas hay mucho que es mítico y simbólico”. Sin embargo, independientemente de los simbolismos ‘extra’ que pueda haber (y los hay), la moderna Cosmología nos dice que efectivamente, al principio hubo un caldo de materia y radiación a altas temperaturas, y a unos trescientos mil años del Big Bang (casi “simultáneamente” con el Big Bang, para lo que son los tiempos cosmológicos) la luz se separó de ese caldo y a partir de ahí vemos hoy en día, el Universo. Cuando miramos la noche vemos las estrellas y un fondo oscuro. Lo mismo le pasa al Hubble cuando mira, hay un fondo oscuro. Este fondo oscuro, hoy sabemos en Física, tiene que ver con esos trescientos mil años del Big Bang, donde no se emitía radiación. Por eso nosotros no lo podemos ver, ni lo puede ver un satélite tan poderoso como el Hubble.

El telescopio espacial Hubble (Puesto en funciones en 1990 y funcionará hasta el 2018)
Es sabido que la Teoría del Big Bang surgió de relacionar los agujeros negros con la cosmología. Pues bien, actualmente hay nuevas teorías sobre los agujeros negros, y por ende, también cosmológicas que afirman que, si bien el Universo es eterno, lo que vemos hoy es ‘el último de los infinitos Big Bangs’ que han ocurrido, los cuales no han tenido un comienzo ni tendrán un final.
Toda la Cosmología moderna, y la Ciencia necesitan un sentido. Yo creo que la Ciencia sola es el equivalente de un hombre que no sabe dónde está el Norte ni donde está el Sur. Vive en un punto pero está sin la brújula. El significado, el sentido, es lo que nos da “un Norte” en la vida. Eso hace que la Ciencia necesite de algo más. El científico se “autolimita” para poder hacer su Ciencia y tener sus corroboraciones experimentales. No se da cuenta de que, al hacerlo, también limita lo que puede llegar a conocer. Sin embargo, muchas veces extrapola incorrectamente, sacando conclusiones en campos que están fuera de aquél al cual él se auto-restringió. El problema no está en lo que se afirma, sino en lo que se niega. Este creo yo que es el gran problema que hay con la Ciencia y también con las religiones. Muchas veces el problema –por lo general- no está tanto en lo que dice de sí cada religión, sino en lo que niega de las otras.
Me parece que estamos en un momento en el que los bordes entre lo que es especulación científica y lo que es filosofía y lo que es espiritualidad, están muy borrados. Yo les diría incluso que ya han reventado, si tengo que ser sincero.
Eso de que “hasta acá es Ciencia, y desde acá es Filosofía”, debe ser revisado. Hay teorías científicas cosmológicas que cuentan con más datos experimentales sobre el cosmos, de los que se tienen sobre el átomo de hidrógeno, y que podemos explorar cómodamente en un laboratorio. Son tantos los datos que todavía no se han podido procesar. De acá a diez años vamos a poder saber.
En una Ciencia teórica y experimental, como es hoy la Cosmología, hay teorías sobre Universos paralelos que –posiblemente- nunca vamos a poder constatar. Eso está fuera de la constatación experimental ‘efectivamente posible’. Alguien de principios de siglo XX hubiera afirmado que eso –por definición- es Metafísica. Se enseña lo que pasa dentro del horizonte de eventos de un agujero negro, en un curso de Relatividad General. Ahora yo me pregunto: ¿Quién podría salir de dicho horizonte de un agujero negro para poder confirmárnoslo? La misma teoría nos da la respuesta: ¡Nadie!
Hay también muchos casos registrados de gente que estuvo con electroencefalogramas chatos, que pareciera que “vuelven de la muerte” y empiezan a contar sobre la experiencia en el túnel, de una luz que ven, pero muchos científicos no quieren considerarlos seriamente. Se niega porque se prefieren otras explicaciones menos audaces, como que son acciones del cerebro (…) se reducen a lo viejo, a lo que ya conocemos. Pero en el fondo -dice el común de la gente- nadie volvió de la muerte como para poder hablar y decirnos algo sobre ella. Yo les aconsejo que se informen de los casos que volvieron de un prolongado coma profundo. Aceptamos que no sabemos qué ocurre después de la muerte, porque nadie vive para contarlo. Ese tema pertenece al ámbito de ‘la Fe’, o de la especulación metafísica. ¿Ahora bien, qué pasa dentro de un agujero negro? Eso sí puede “contarlo” la ecuación relativista de Einstein, y eso –supuestamente- es Ciencia. Uno está haciendo “Ciencia Fáctica” con cosas que no pueden ser contrastables experimentalmente y sobrevivir para comunicarlas. ¿Dónde termina la Ciencia y comienza la Metafísica?