lunes, 13 de julio de 2015

Sincronicidad y Transferencia. Ejemplos de la Clínica. (Parte 5)






Sincronicidad (Parte 5)

Sincronicidad y Transferencia- Casuística

Por Patricia Fernández Acosta de Ordóñez

Transferencia, Contratransferencia y Mandala Zodiacal
Agregando la variable astrológica para quien esté acostumbrado a pensar los temas desde la lógica arquetípica del Mandala Zodiacal, es interesante observar que las nociones de transferencia y constratransferencia desde esta perspectiva, evidencian que las mismas son decisivas y bisagras en el Proceso de Individuación colectivo, tanto como lo fue en el siglo XX la conceptualización del Inconsciente .
Veamos: Hasta el siglo XIX los únicos fenómenos que eran objeto de estudio, eran los observables, medibles y controlables con el método científico experimental tradicional; y respondían a variables que podían estudiarse directamente por los cinco sentidos.
En el Mandala Zodiacal esto implica un recorrido que va de Aries (Fase 1) a Libra (Fase 7). Es decir, mientras nos mantengamos en la fase 7 de Libra, zodiacalmente hablando, seremos conscientes de la presencia ‘externa’ de otro. Entre las Fases 1 a 7 del Mandala Zodiacal nos conectamos con la cara consciente o visible de la experiencia anímica. Por ejemplo, en la Fase 7, reconozco la presencia objetiva de otro diferente a mí. Ese otro estará frente a mí, o junto a mí, será diferente de mí y necesario, hasta complementario... Pero se mantendrá como una realidad exterior separada y observable con mis cinco sentidos… Desde Aries (Fase 1) a Libra (Fase 7) nos mantenemos en el plano de la de la exterioridad. Podríamos decir, que éstas, son fases regidas por una “percepción newtoniana” de la existencia; y en el área dela Psicología, estará vinculada con la denominada 'Psicología de la Conciencia'.

En la primera mitad de la circulación mandálica (incluyendo a la Fase 7 y a Libra que marcan la transición hacia el ‘camino de retorno’ a Aries o segunda mitad zodiacal), no hay percepción de  vinculación energética invisible entre los seres; aún no hay noción de inconsciente ni de los diferentes campos de implicación de éste. Tampoco hay percepción de que nuestras mentes no sólo están entrelazadas, sino que además forman un Campo Anímico común. Porque esta percepción de conexión no lineal, o de la no separabilidad del campo psi, corresponde a Escorpio (Fase 8). Por eso , afirmamos que este signo es bisagra en el Mandala Zodiacal y en el Proceso anímico de Individuación. Implicará soltar la noción tradicional de identidad separada, visible. Requiere el descubrimiento e integración de la Sombra, del Inconsciente, así como de la concientización de los fenómenos de Transferencia y Contratransferencia.
De modo análogo, podríamos decir que la Física newtoniana llega hasta Libra (Fase 7). Y que la Física Cuántica implica un salto a la fase  que inicia el retorno en la segunda mitad de la Rueda Zodiacal. la Física Cuántica, así como la Psicología del Inconciente, solicitan como condición necesaria para seguir el recorrido zodiacal, el ingreso al aprendizaje escorpiano (Fase 8) de transferencias de energías, la aceptación de la existencia de una dimensión anímica inconsciente, la percepción de entrelazamientos de cuánticos, y el reconocimiento de campos morfogenéticos  y resonancias mórficas que comparten información.
Recapitluando y a modo de síntesis: 
  • La noción de Inconsciente se corresponde a la fase escorpiana del Mandala zodiacal; pues su reconocimiento supone un salto anímico y perceptivo: aceptar que hay dimensiones de nuestra vida psíquica que desconocemos, que se encuentran más allá del ego y que no controlamos.
  • También las nociones de transferencia y de contratransferencia suponen un salto anímico y perceptivo: el reconocimiento de la presencia de fenómenos psíquicos por entrelazamiento y transmisión de información de un modo no lineal ni causal, los cuales producen efectos singulares no anticipables ni previsibles por la mente consciente, y que sin embargo, se actualizan cuando menos uno los espera, reconociéndolos y significándolos retroactivamente.
El tema de la transferencia y de la sincronicidad siempre mantendrán cierta oscuridad para una conciencia centrada en el ego, pues requiere la necesidad de abrirnos psicológicamente, soltando nuestras defensas, única posibilidad de percibir que formamos parte de sistemas mayores. Asimismo nos pide acompañar la gestación de esta vincularidad fluida que supone la relación paciente/terapeuta, pues, requiere de una sensibilidad, de una sutileza y de una ‘atenta observación/escucha flotante’, las cuales implican una entrega muy particular en las sesiones, un estar en el ‘aquí y ahora’, una ‘conciencia testigo’ que perciba ‘el yo, el tú’ y esa nueva dimensión siempre actualizándose: ‘El nosotros’. Todo esto requiere  necesariamente una entrega más allá del ego típica de la fase escorpiana zodiacal.


Lo que vendrá (en próximos artículos): las relaciones entre  ‘yo-‘tú’- ‘nosotros’ y los ‘operadores hamiltonianos’ en Cuántica.

En Física Cuántica, la dinámica propia de cada sistema -su ‘identidad’, digamos- no puede verse sólo
en la función de onda ‘psi’, que puede ser compartida con otros sistemas muy diferentes, sino que está determinada por su ‘operador hamiltoniano’ (en homenaje al genial físico-matemático irlandés
William Rowan Hamilton), el cual es ‘característico de ese sistema’. Es decir, en Cuántica, cada sistema, está caracterizado por un ‘operador hamiltoniano’. Dicho operador organiza la cantidad y modos de interacción de las diferentes formas de energía del sistema, determinando sus estados invariables y variables en el tiempo. En Psicología, diremos que cada sistema tiene sus características propias que denominamos ‘Personalidad’. A su vez, la función ‘psi’ se relaciona con la circulación de la “libido” o energía vital y psicológica, en el sentido más amplio y general que le daba Jung y que permite estos fenómenos sincronísticos que nos evidencian la constitución y existencia de un sistema en común -que integra y trasciende las personalidades de ambos- en este caso entre paciente y terapeuta. De modo análogo, en Física Cuántica cuando se produce la interacción de dos sistemas se forma un ‘operador hamiltoniano de interacción’ común a todo el sistema.

Esto lo desarrollará Adolfo en artículos venideros. Lo comento, simplemente para establecer otra semejanza a desarrollar, de este tema y la relación entre ‘el yo’ (el cual constituye un sistema ‘hamiltoniano’ con características propias), ‘el tú’ (otro sistema ‘hamiltoniano’ con características propias), y un nuevo sistema (‘hamiltoniano’) en constante actualización, producto de la interacción entre los dos anteriores, ‘el nosotros’.

Ejemplos clínicos de Sincronicidad y transferencia (contratransferencia)
Permítaseme brindarles algunos ejemplos de mi práctica clínica para que entiendan lo que deseo transmitirles en relación a Sincronicidad, Cuántica y Transferencia.
Los nombres que daré de las personas serán ficticios, por supuesto, para respetar la confidencialidad de la relación paciente-terapeuta.
  • Un fenómeno muy común que nos sucede a los psicólogos cuando estamos en una sesión, es
    que cuando un paciente entra y otro sale, la  vivencia del psicólogo es la de adentrarse en un ‘universo’ o ‘sistema’ completamente diferente al anterior (el paciente que se acaba de retirar). Junto al ingreso del paciente al consultorio, se ‘constela’ un mundo organizado diferentemente, con un escenario, relaciones, ‘paisajes’, ‘climas’ propios. Esto viene acompañado con personajes de la nueva ‘obra’ que se escenifica delante del paciente y el terapeuta. Y estos personajes, por supuesto, tienen nombres y cobran vida. Sin saber conscientemente a ciencia cierta el porqué, cuando un paciente ingresa a la sesión, vienen a nuestro encuentro todos esos personajes con sus nombres y sus características (aunque el paciente no nos hable de ellos). Cuando el paciente sale de la sesión, esos nombres y personajes se desvanecen, y de modo automático los olvidamos. Es así que en cada sesión, solemos recordar los nombres más insólitos de los personajes de la vida del paciente que tenemos delante, no sólo recordamos los nombres de las personas más significativas de su vida, sino también de otras relaciones que en apariencia parecen tener menor importancia, y ni bien éste sale, esos personajes con sus nombres se van con él.
  • Le comento a una paciente al recibirla, a modo de disculpa por mi retraso de 15 minutos,
    mientras la saludo al comenzar la sesión: ‘Nunca me pasó como a Lacan que aconteciera
    una ‘emergencia significante’ -un ‘darse cuenta de algo súbitamente’- a los 10 minutos de la sesión. Lo habitual es que me cuenten cuestiones determinantes de su vida cuando estoy en la puerta despidiendo al paciente al finalizar la sesión de 1 hora... Y eso me retrasa otro rato más. Por ejemplo, me dicen: ‘-Ah, fui abusada en mi niñez.’ Termino de comentar esto sin saber porqué realmente elegí ese ejemplo, y la paciente me responde mirándome fijamente: ‘Bueno, si querés hoy te cuento cómo fui abusada en mi infancia. Esto sólo lo conté una vez, a una sola persona, a  mi terapeuta anterior.’
  • Atendía a una paciente con la cual veníamos trabajando principalmente el tema de pareja, 
    y como ya comenté, durante las sesiones, recuerdo perfectamente los nombres de parientes, compañeros de trabajo, jefes, etc. de cada paciente. Un día la recibo, la saludo a Laura, nos sentamos y le pregunto directamente: ‘-Cómo va tu relación con Alberto?’ Ella me sonríe y me corrige: -‘Mi pareja se llama Federico’. Sorprendida, me disculpo, y pregunto nuevamente por su relación con Federico. La sesión se desarrolla de modo habitual. Transcurren los días y Laura regresa a la siguiente consulta para su sesión. Nos sentamos, la saludo e inmediatamente le pregunto: ‘- Cómo va tu relación con Alberto?’  Laura me sonríe esta vez más abiertamente, y me confiesa: -‘¡Qué bruja sos! Hay un Alberto dándome vueltas alrededor pero yo no te comenté nada aún, y ya es la segunda vez que me preguntás por él. Te voy a tener que contar!   
  • Una mujer me cuenta el siguiente sueño, que la había perturbado: -‘Soñé que primero se caía un edificio sobre mi casa, y la dañaba bastante. Luego, había un segundo derrumbe, pero esta vez este incidente si bien afectaba a la casa, no le hacía tanto daño’-.  Le respondo a la paciente: ‘Posiblemente recibas dos noticias que te afectarán. La primera tendrá mayor impacto emocional, te sacudirá más. Luego vendrá una segunda noticia que también te sacudirá, no tan intensamente como la primera.’ Cuando la mujer viene a la siguiente sesión me cuenta que su hijo de 15 años, con quien tiene mucha afinidad y a quien adora, le informa su decisión de ir a vivir con su padre. Esto, naturalmente, al ser inesperado, sacude a la mujer. La segunda noticia, llega cuando su ex esposo se comunica con ella para solicitarle la manutención mensual de su hijo, ya que de ahora en más, viviría con él. No detallaré aquí la hemenéutica onírica junguiana. Quiero aclarar únicamente que los símbolos oníricos (como cualquier otro símbolo) son polisémicos, es decir, abren a una riqueza de sentido. Por lo tanto, cada símbolo tiene múltiples posibilidades interpretativas. Sin embargo, cuando esta mujer me narró su sueño, ‘vi’ de algún modo su sentido para esa ocasión. Creo que esto es otro ejemplo de contratransferencia, y de información de inconsciente a inconsciente.
  • Recibo por primera vez a una paciente. Durante la entrevista inaugural, construyo la
    anamnesis, pregunto el motivo de consulta y también me presento profesionalmente. Generalmente, les hago un breve recorrido de mi formación, y les explico que mi modo de abordar los procesos psicoterapéuticos es bastante heterodoxo (de ahí mi necesidad de explicar el recorrido formativo previo). El primer encuentro me sirve para pesquisar si podré trabajar con esta persona o no, si hay posibilidad de establecer esta relación transferencial. La joven me da muy buena impresión, la primera entrevista transcurre sin mayores altibajos. La segunda sesión, al recibirla, veo en su rostro una expresión de temor y consternación. Inmediatamente al recibirla me dice: “No pensaba tener que tratar este tema tan rápidamente, pues no aparecía en mi horizonte cercano cuando te conocí. Pero evidentemente por algo son las cosas, por algo empecé mi proceso terapéutico… Me quedaron muy grabadas tus palabras en la primera sesión, y me hicieron pensar mucho’. A todo esto, yo me preguntaba internamente a qué se estaría refiriendo, porque no tenía la menor idea qué le había dicho la primera sesión, si más vale la había escuchado a ella especialmente. Mientras estaba en esto, Juana me dice: '-Quedé embarazada esta semana. Me hice el test y dio positivo. Yo no quiero tener este bebé, no estaba en mis planes. Mi pareja sí lo desea. Y a mí me quedó muy grabado todo lo que me contaste acerca de lo importante que fue la maternidad para vos como aprendizaje y experiencia de vida.' Imagínense mi sensación interna. No tenía registro de haberle hablado de mi maternidad en forma personal, no es necesario para una ‘presentación profesional’. Sin embargo, por algún motivo oculto -sincronicidad- lo hice. En la tercera sesión, esta mujer me dice que había decidido seguir adelante con el embarazo, que mis palabras en la primera sesión habían sido decisivas. Luego de haber tomado esta determinación de continuar con la gestación, su hermana le confiesa que un bebé que había perdido no había sido un aborto espontáneo sino provocado. Y que esta experiencia había sido sumamente traumática para ella. Por otro lado, su propio compañero le dice que estaba mucho más tranquilo, que él anhelaba ese bebé con ella. Y la paciente agrega: ‘Me siento aliviada con esta decisión que tomé.’
  • Una noche sueño con una paciente que tenía que venir a sesión esa semana. En el sueño, ella y su hija discuten. Y mi paciente me confiesa en el sueño que está muy preocupada por su hija. Cuando llega el día de la sesión, esta mujer abre el encuentro contándome exactamente lo que yo ya sabía: un problema puntual con su hija.
  • Una joven me está comentado en la sesión sobre un ritual mapuche que presenció cuando fue al sur, de visita a su pueblo natal. Me cuenta que los lugareños originarios están muy preocupados por la explotación minera y la contaminación que produce. En particular, porque esta explotación alcanzó a un Monte considerado sagrado por ellos. El ritual consistía en hacer una fogata, sentarse alrededor de la misma y entonar cánticos de pedido a la Madre Tierra.
    Yo suelo encender una vela cada mañana cuando comienzo la atención terapéutica. La misma la apago al terminar la atención, al final de la jornada de trabajo. En esta ocasión, sucedió que mientras la paciente me contaba acerca del ritual, la vela hizo una llamarada, como una pequeña explosión, la cual casi incendia el altar en el que la ubico. Me tuve que levantar rápidamente para apagar la llama. Otro ejemplo de entrelazamiento cuántico y sincronicidad.
  • Los próximos dos ejemplos se relacionan con sucesos sincronísticos anticipatorios.Aquí tenemos una muestra de la no separabilidad espacio-temporal en dimensiones anímicas de mayor implicación (inconsciente colectivo). El primero de ellos se refiere a una joven, Susana, que me cuenta que yendo a su clase habitual de yoga, estaba caminando por el Bv. Oroño y Salta, y de repente defeca sobre ella un pájaro. Cuando lo narra lo hace espeluznada. Me aclara: ‘-No era el `popó’ común de un pajarito o de una paloma. ¡Era algo mucho más contundente, oloroso, feo, impresionante! Con decirte que tuve que regresar a casa a limpiarme y cambiarme de ropa! Yo me pregunté porqué me habría contado esa situación que parecía no tener mucha importancia más que constituir una molestia inoportuna. Sin embargo, me daba cuenta que para ella era mucho más que eso. En ese momento no pude dimensionar su importancia, pues me faltaban elementos para apreciarla. Pero como siempre confío en este vínculo transfenrencial paciente/terapeuta, por tal motivo, acepté la situación, sin dudarlo,  como destacada en la vida de Marisa; y dejé la puerta abierta para que oportunamente emergiera el sentido de la misma. El hecho pasó.
    Dieciocho meses después sucede la recordada y triste explosión de todo un edificio que tuvo alto impacto en casas y edificios linderos. Hubo muchos muertos, gente herida y numerosas personas que quedaron sin hogar. Entre ellas, la profesora de yoga de Susana, cuyo casa -en la cual daba las clases- se encontraba a unos pocos metros de donde fue el siniestro. Mi joven paciente, me confiesa después de comentar la conmovedora noticia: -¿Sabés, Patricia? Te acordás de eso que me pasó hace mucho con un pájaro? Me quedé tan impresionada que nunca más volví a pasar por la misma vereda. Cruzaba la calle y pasaba por enfrente. Ese día salvé mi vida gracias a ese hecho que me dejó tan impresionada, porque la clase de yoga era justo a esa hora…’
  • El segundo de los ejemplos anticipatorios y que también  está relacionado con la explosión del 2013 en Rosario, ocurrida en Bv. Oroño y calle Salta, es el siguiente: Una joven, Mariana,  viene a la sesión y me narra una pesadilla: - ‘Soñé con Antonio. Estábamos en un lugar en ruinas. (Se refería a un muchacho que recién conocía y con el cual estaba empezando a salir).-‘Me quedé muy impresionada con el sueño pues todo era destrucción a nuestro alrededor. Era como si hubiera ocurrido algo tremendo y había varios edificios derrumbados, muebles… era todo un desastre. Había una gatita que había sobrevivido y yo la salvaba. Me desperté muy perturbada.’ Cuando la paciente me narra el sueño, no tenía los elementos para apreciar el sentido premonitorio del mismo. Con los elementos que disponía: El muchacho no es de Rosario, su comportamiento es bastante fóbico, no buscaba una relación con compromiso, mientras mi paciente sí la anhelaba; supuse tentativamente por ese sueño, que su inconsciente le señalaba que ese vínculo podría implicar alguna amenaza psíquica para ella, pues realmente estaba encariñándose con él. Mientras que él pasaba muy de vez en cuando por la ciudad y se encargaba de dejar bien en claro que ella era sólo una relación más. Dos años después de este sueño, sucede la explosión de calles Salta y Oroño. Mariana en el interín se había distanciado del joven y no lo había vuelto a ver… hasta, precisamente, ese momento.
    Antonio, estaba de gira nuevamente por Rosario y se había alojado en un hostel de la manzana donde fue el desastre, justo en esos días. La paciente viene a consulta y me cuenta que había retomado el vínculo con el músico. Y si bien Antonio se había salvado de la explosión porque justo esa noche no había dormido en el hostel que quedó completamente destruido, no obstante, al día siguiente había regresado a ese lugar junto a ella (le había pedido que lo acompañara) para ver si encontraba alguna pertenencia suya. Cuando me narra el hecho, le pregunto: -‘¿Te acordás de aquél sueño del edificio en ruinas? Ella no lo tenía presente en ese momento, pues habían transcurrido ya, dos años. Como suelo recordar muy bien los sueños, se lo narré. A medida que lo hacía, ella iba abriendo expresivamente sus ojos con una mezcla de expresión de asombro y susto. -‘¡Sí, Patri! Era esa situación. En el sueño veía lo mismo que ví ahora. Es todo un horror. Hasta aparecía la gatita!’ Aquí tenemos otros caso de anticipación.
  • Respecto de las sincronicidades referidas al pasado, es frecuente asimismo, la aparición en sueños de temas que sugieren indagar en la ascendencia del paciente, en cuestión a la insistencia del síntoma dentro de la familia. Sería largo de narrar, pero me bastará dar sintéticamente algunos ejemplos para facilitar la comprensión acerca de esto. El caso de María, que bebe compulsivamente los fines de semanas, razón por la cual, su esposo se quiere separar de ella. Por motivos oníricos repetidos, comienzo a indagar características de los diferentes parientes. Su marido, trabaja de croupier en el Casino -lugar al que asisten numerosos adictos al juego-. Su hermana es adicta a juntar 'porquería, basura', me confiesa María.
    Su papá y su abuelo tenían compulsión a hacer grandes apuestas, con lo cual se ha perdido gran parte de la fortuna familiar. En estas situaciones, sugiero el acompañamiento del proceso psicoterapéutico con Constelaciones Familiares, a las cuales acudo con muy buenos resultados. Otro caso, es el de Cecilia, quien asisite a la consulta porque le cuesta encontrar pareja y tener relaciones sexuales plenas. Indagando en el árbol familiar, aparecen varias tías solteras por la línea materna, y en particular, el caso de una de ellas por cuyo recuerdo le pusieron su nombre -Cecilia-. En estos dos casos, la vivencia contratransferencial fue muy importante, porque percibía con mucha claridad la necesidad de indagar en la ascendencia familiar y no tomar el síntoma individualmente. De hecho, la práctica astrológica nos 'entrena' en una mirada 'sistémica', pues al levantar mapas natales familiares, vemos la altísima incidencia de 'aspectos' (diálogos energéticos o de funciones psíquicas) en las cartas natales del árbol genealógico.
     
Cada vez que me suceden hechos como éstos, no dejo de indagar en la conexión existente entre los seres humanos, y entre los seres humanos y la Vida, la cual no termina nunca de asombrarme, y sin embargo, es frecuente y totalmente natural, pues nuestras psiques individuales forman parte de una Mente Colectiva. Y sino, a la prueba me remito…





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