martes, 12 de diciembre de 2017

Carta Natal, Geometría y Álgebra Natales (Parte IV)

Carta Natal, Geometría y Álgebra Natales (Parte IV)
Dr. Adolfo Ramón Ordóñez

Espacio-Tiempo y Cosmología
La idea básica de la Cosmología, es que todo nuestro Universo (con cientos de miles de millones de Galaxias) proviene ‘del’ Big Bang, o quizás de ‘los’ múltiples Big Bangs, que desde ‘ese’, o ‘esos’ Puntos Primordiales,  va emergiendo Todo vestido de luz y con su ‘Celestial  Librea’ espacio-temporal. Solemos pensar en ‘la Nada’ como en un ‘espacio vacío’. Pero no es ése el caso en la teoría estándar, sino que justamente, el espacio y el tiempo observables y mensurables, surgieron en el (o los) Big Bang(s).
En realidad, hoy en día, la reducción ‘al’ Big Bang es de tipo metodológica, y sirve para fijar un punto de partida. Sería similar a decir que ‘la Matemática empezó en Grecia’ (en rigor, sólo sabemos que ahí descubrimos los primeros ‘sistemas axiomáticos’, y las primeras ‘demostraciones lógicas’ de la Matemática). Pero se sabe que la Matemática no empezó allí, sin embargo [por conveniencias que tienen que ver con la sobre-valoración de lo lógico-formal por parte de quienes no captaron –y por ende no admitieron- la esencia ‘nunca completamente formalizable’ de los ‘mathemas’], marcamos como ‘inicios’ las demostraciones aisladas de los Pitagóricos, y los Elementos de Euclides. Hoy ya existe incluso la posibilidad de entender al Big Bang sin la ‘singularidad inicial’ (donde no valen las Leyes físicas), y como un fenómeno más.
La metáfora que se suele hacer aquí es la de ‘la tela de una araña’ emergiendo del interior del cuerpo de la misma araña. Es decir, la tela de espacio-tiempo (porque en Física el espacio-tiempo medible es como un tejido), es un tipo de “campo” que va surgiendo del ‘Punto Primordial’ del (último) Big Bang, así como germina un Loto a partir de su semilla o ‘botón’.


El Big Bang (o Gran 'Explosión') inicial que dio origen a nuestro Universo
El substratum de nuestro Universo –según la Física- surgió de un Punto Primordial y fue expandiéndose exponencialmente, de una forma muy acelerada, y luego siguió extendiéndose más lentamente, y aún lo sigue haciendo ahora, según demuestran empíricamente los experimentos muy precisos y detallados hechos con ‘supernovas’, estrellas que –como parte natural de su evolución dinámica- han explotado. Observemos, entonces, que no es el caso que no había ‘nada’ dentro del espacio, porque el mismo espacio-tiempo (por lo menos, el ‘observable’ para nosotros, aquel cuya radiación nos ha llegado) surgió en el Big Bang.
Podemos preguntarnos: “¿Pero de dónde surgió el espacio-tiempo?” Bueno, esto nos obliga a meditar acerca de la probable ‘infinitud’ del Espacio y de la Duración ‘trans-temporal’, ambos inobservables y ‘en abstracto’, así como de una Realidad más profunda, que se deja entrever  en la matemática de la Cuántica.
Es un Espacio de infinitas dimensiones, donde hay un Movimiento mucho más abstracto, al que David Bohm denomina el Holoflujo o la Holokinesis, y que contiene tanto el movimiento de las partículas que nosotros llamamos ‘materiales’, como el movimiento vibratorio de los campos de materia o ‘campos fi’ (cuyos “cuantos” son las partículas), y también incluye todo lo que nosotros llamamos ‘campo psí’, de información activa, más sutil, e incluso contiene aquellos aspectos del Todo que podríamos considerar ‘Espirituales’.
El Universo es esta Holokinesis, esta Totalidad dinámica, es un Movimiento que hace que el Todo se refleje en cada Parte.


David Bohm (1917-1992) Uno de los físicos más brillantes del siglo XX
Espacio y Tiempo holográficos
La Física Cuántica nos enseña que en el Universo hay una dualidad onda-corpúsculo. La función de onda ‘psí’ vibra en lo potencial e invisible; y lo material aparece actualizado y visible corpuscularmente. Cada vez que una “potencialidad que 'sube y baja' ondulatoriamente”, se actualiza, lo hace como una “manchita” en la “pantalla” visible del mundo físico.
Esas ondas de probabilidad que son los estados, no es que ‘están’ en el espacio y en el tiempo finito dimensionales.  Nosotros le damos una realidad ‘de cuatro dimensiones’ al espacio y al tiempo, lo que no corresponde a su verdadera esencia. En rigor, se trata de meras apariencias. Fíjense: si tenemos dos partículas actualizadas y 'localizadas' en el espacio ‘ya están separadas, una a cierta distancia de la otra’, decimos. Sin embargo, aprendimos que existe la ‘no localidad’ o contextualizad a la distancia, y lo que le pasa a una partícula en un lado, repercute en la otra, que puede estar muy lejos. ¿Entonces, están ‘separadas por el espacio’, o no lo están en absoluto?
Y si algo así ocurre con el espacio, también debe ocurrir con el tiempo. Una de las tantas cosas buenas que nos enseñó Einstein es que el espacio no se puede separar del tiempo.
Nos preguntamos: ¿Esto quiere decir, entonces, que el futuro puede estar 'entrelazado' con el pasado? La respuesta es: Sí, por supuesto.
Debe haber alguna especie de entrelazamiento en el tiempo. Pensemos en la holografía temporal: Esto significa que la totalidad del tiempo puede estar reflejada holográficamente en cada momento. ¡Imagínense, esto nos hace ‘pensable’ la ‘profecía’ como algo posible! ¿Se dan cuenta?
La Realidad, empieza a verse como una Totalidad Indivisa donde están incluidas la materia, la psique, el Espacio Cósmico, todo… El Abismo Cósmico empieza a parecerse a algo Subjetivo, como un Inconsciente Cósmico, del cual las estrellas son como pequeñas ‘afloraciones’ conscientes de luz. Y esto que llamamos ‘Espacio vacío’ quizás sea una mera Subjetividad Profunda, un Principio de Conciencia (o Inconsciencia) Profunda. Los hindúes siempre llamaron a esto Shiva-Shakti Tattva, el Principio Raíz de toda forma de conciencia y de fuerza o poder.
Observemos cómo estas ideas llevan una a la otra. Se abren posibilidades extraordinarias ante nosotros. Así como los humanos estamos ante peligros inminentes –si no se realizan cambios de estado individuales que se vayan ampliando hacia lo colectivo-. La crisis siempre puede verse como oportunidad. Generalmente los cambios se hacen a último momento, cuando la crisis es tan grande y fuerte que uno ya no tiene evasión posible, entonces, ahí, ante el abismo, uno cambia porque no tiene más remedio. ¡Ojalá éste sea nuestro caso! Porque no sería nada bueno perdernos las posibilidades maravillosas a las que también nos da acceso esta época y sus 'dificultades', con estas Ideas tan extraordinarias 'aguardando' para proyectarse a través nuestro en el 'teatral' devenir en el escenario mundial.

Holokinesis, Vida, Mente y Conciencia

¿Cuál es la relación entre el enfoque cuántico, que es tan ‘Taoísta’, y la cosmología evolutiva, que busca ahondar en las profundidades del movimiento de lo temporal, que quiere ver los principios cuánticos, pero en evolución?

David Bohm dice que es natural pensar que en la Holokinesis está todo, incluyendo la vida, la mente y la conciencia. La Holokinesis lo abarcaría todo. Es un concepto muy difícil de trasmitir, salvo matemáticamente, porque es sumamente abstracto. En un holograma el todo se halla envuelto en cada parte, pero estáticamente. En la Holokinesis se da esa misma relación entre el Todo y sus partes, pero dinámicamente, es “un movimiento evolutivo holográfico”, un Movimiento abstracto-absoluto, en un Espacio abstracto–absoluto, y que  correspondería analógicamente con una especie de “Conciencia Absoluta”. De nuevo, la Física se adentra en la Metafísica. Bohm dice que no tiene sentido hablar de “materia viva” y “materia muerta”. Lo que sí, la vida se “despliega” como sucede con el hilo de un carretel. Hay un determinado momento en que la Holokinesis despliega o des-envuelve la vida en ciertos planetas, que previamente se hallaba “plegada” (envuelta como el hilo en el carretel, sólo que holográficamente). Pero esto es abstracto, sucede del mismo modo en que se “actualiza” un electrón a partir de una función de onda dentro del “espacio abstracto” de todas las posibles funciones de onda.

Es decir, la Vida “es” (potencialmente en la Holokinesis) y “viene a la existencia” cuando se actualiza. Esto no niega que haya una evolución. Muestra que la evolución sigue su etimología, que es “evolvere”, des-envolverse, “desenrollarse”. Esta idea de la evolución está también en la cuántica, de hecho la ecuación de Schrödinger que rige la dinámica de las funciones de onda, se llama “ecuación de evolución”, aunque no es evolución en un sentido “Darwiniano”. Es una evolución consistente en un incesante plegamiento y desplegamiento cíclicos en el tiempo, y holográficamente cinéticos. Decía el Cardenal de Cusa: “La Eternidad pliega y despliega la sucesión” –citado por el mismo Bohm-


Nicolaus von Kues o Nicolás de Cusa fue un teólogo y filósofo, considerado el padre de la filosofía alemana y personaje clave en la transición del pensamiento medieval al del Renacimiento.
Astrología y Panteísmo
Recordemos esa expresión que tantos autores han citado a lo largo de la historia, y que tanto le gustaba citar a Jorge Luis Borges: ‘Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna’. El ‘centro’ está en cada uno de nuestros corazones, así como en cada átomo, y el ‘límite’ o la ‘circunferencia’, no se halla en ningún lugar. La ‘Inmanencia’ y la ‘Trascendencia’ Divinas, respectivamente. Y también nos recuerda a la ‘Cadena de Álgebras crecientes’ (cada una representada por una Álef, en homenaje al célebre cuento de Borges)  hasta el Álgebra de lo Desconocido (la Tav).

El Panteísmo, por lo general, y en todas las épocas, fue muy poco entendido. Al pobre Baruj Spinoza lo excomulgaron de la comunidad judía por incomprensión de la parte de la Verdad que él realmente enfatizaba. El ‘pan-teísmo’ dice literalmente que ‘Todo es Divino’, que ‘Dios es Todo’. Esto no quiere decir que sólo las estrellas, los planetas, las plantas, los animales, el clima y los vientos, y nosotros mismos somos ‘divinos’. Quiere decir que ‘Todo’ es divino, que no hay nada que no tenga su fundamento fuera del Principio Infinito (para no generar controversias con la palabra ‘Dios’), al que -en apariencia- sólo empequeñecemos atribuyéndole cualidades finitas. Sin embargo, un sabio como Sri Aurobindo, nos explicaría que Spinoza concibió al Ein Sof, lo Infinito de los kabalistas judíos, similar al Absoluto o Parabrahman de los vedantinos de la India, pero no reconoció su doble carácter esencial: el de lo Siempre Inmanifestado, y el de su 'Tzimtzum' (contracción u ocultamiento, en hebreo), o su actualizante expresión manifestada, a través del Yoga-Maya ocultador, o la Energía Cósmica o Luz del Logos o Verbum, del Adonai judío, o el Ishvara de la India.

Astrología y Fatalismo
Otro asunto importante es el del supuesto ‘fatalismo’ de la Astrología exageradamente ‘predictiva’. Cuando el Álgebra Natal opera de manera azarosa, entonces, nuestro destino es guiado por lo que George Ivanovich Gurdjieff (1866-1949) llamaba la ‘Ley de accidentes’. Es decir, uno vive sus estados psicológicos de manera tal, que nuestro destino nos hace ‘ir a los tumbos’ –por decirlo de algún modo-. Sin embargo, también podemos llegar a ‘canalizar’ nuestro destino de un modo mucho más creativo, rico y significativo.
Lo único que hay de “fatalismo” sería que una persona cuyos estados están ‘caotizados’, tendrá una vida ‘a los tumbos’, pero igual se cumplirá su destino. Será el destino ‘calculable’ que le corresponde a su álgebra natal actuando sobre estados muy ‘inadecuados’, pero se cumplirá tan ‘matemáticamente’ como que dos y dos son cuatro.
¿Y acaso no dependemos del exterior? ¡Ah, eso dependerá de si los estados están sólo condicionados por los estímulos que nos vienen desde el exterior, y todo varía en función de los estímulos externos! Pero, si ha despertado en nosotros la percepción de un ‘eje’ interno profundo, ello puede llegar a amortiguar completamente el efecto ‘sacudidor’ de esos estímulos externos. Por ejemplo, tomemos el caso de una persona que pierde toda su riqueza en una bajada de la Bolsa. Hay algunos que se suicidan. Y hay otros a los que esa situación les cambia la vida, y te dicen: “A partir de ese momento empecé a ser feliz.”
Entonces, todo depende de cómo uno toma las cosas.

 Correlaciones 'No Locales’ y Efectos Causales
¿Cómo actúan los astros o planetas Pj (variando el índice j) sobre el psi (ψ),  que a su vez actúa sobre el campo fi (Ф)? Eso dependerá de nosotros; del factor personal y del arte de vivir. Es decir, de la ‘Ciencia de la vida’ y del ‘Arte de vivir’ (que es mucho más que ‘Física Cuántica’).
No negamos que existan otro tipo de factores que afectan al hombre. Por ejemplo, si cae un meteorito a la Tierra de un diámetro de más de 10 km, puede ocasionar una extinción masiva. Se dice, de hecho, que eso es lo que sucedió hace 65.000.000 de años con los dinosaurios. ¡Vaya entonces, si puede haber efectos causales provenientes del cosmos!
Nosotros, según la Biblia, fuimos tomados del barro ‘de la tierra’. Sin embargo, Carl Sagan pretendió ser menos ‘mítico’ y más ‘logoico’ y específico: nos decía que, en realidad, somos polvo ‘de las estrellas’. Yo agregaría que somos “polvo cuántico” de varias generaciones de estrellas y del último Big Bang. Esto quiere decir lo siguiente: ¿Dónde fue hecho cada átomo que forma parte de nuestros cuerpos? Cada átomo de nuestros cuerpos fue hecho en las estrellas. Muchos de estos átomos ni siquiera fueron hechos en las ‘condiciones normales’ de las estrellas. Por ejemplo, los elementos más pesados como el zinc (que forma parte de nuestros cuerpos), no se pueden construir en las estrellas: éstas no son suficientemente calientes para las reacciones ‘termo-nucleares’ que se necesitarían; los átomos de zinc se crearon gracias al calor generado en las explosiones de las supernovas, las cuales ‘al morir’ dejaron mucho material diseminado por el espacio. Más aún, si nuestros cuerpos están constituidos en su mayor porcentaje de agua, cuya molécula está formada por un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno. Ahora bien, éstos últimos sólo pudieron formarse a las altísimas temperaturas que hubo sólo muy cerca del Big Bang mismo. Se sabe que este material, después se contrajo gravitacionalmente, y así se produjeron las estrellas y los planetas.
Hablábamos de meteoritos, entre otros efectos causales, también podemos considerar la existencia de rayos cósmicos, o de los efectos de la luna sobre la marea o la reproducción de muchas especies. También están los efectos causales electromagnéticos de las partículas cargadas que vienen del Sol. Todo esto, entonces, forma parte de las relaciones de causa-efecto. Recientemente, un grupo internacional de científicos en la provincia de Mendoza logró probar categóricamente que a la Tierra llegan ¡partículas provenientes de otras galaxias, y no sólo radiaciones electromagnéticas!
Pero aparte de estos efectos causales, la Cuántica nos da la posibilidad de pensar que hay correlaciones no locales,  a las que Carl Gustav Jung, apoyado por su paciente y luego amigo, el Premio Nobel 1945 de Física Cuántica, Wolfgang Pauli, llamaría 'influencias acausales' o 'sincronicidades', que hay entre nosotros y las estrellas de donde provienen los átomos que componen nuestros cuerpos. Entre los estados de nuestra psique-soma, que es parte del cósmico (ψ-Ф), y las posiciones de los astros (Pj) en el cielo con respecto a nosotros. Todo provino del Big Bang, y allí estaba todo cuánticamente entrelazado. Entonces, todos nosotros llevamos envuelto el universo entero dentro de nosotros.


Jung a la izquierda y Pauli a la derecha
¡Qué contradicción que la Ciencia acepte que está todo correlacionado (porque venimos todos del Big Bang), que hay un entrelazamiento de tipo cuántico (y también posibles generalizaciones naturales de los campos morfogenéticos, tal como plantean Sheldrake y Bohm a nivel del Cosmos), y por el otro, que muchos científicos cataloguen 'sin más' de “seudociencia” y “superstición” a las correlaciones a las que se refiere la Astrología!
Nuestros átomos se hicieron en el ‘Atanor Cósmico’ (parafraseando a la Alquimia). ¿Si todos los átomos se hicieron en los “hornos astrales” del Universo, y repito si todo está correlacionado, y si nuestros cuerpos se hicieron en las estrellas, porqué sería absurdo o impensable hablar de correlaciones entre las posiciones relativas de las estrellas y nuestros estados 'interiores' y cuerpos 'exteriores'?
Sí ‘se puede decir’ que las correlaciones de los átomos que componen el ADN tienen que ver con nuestros rasgos, con nuestro temperamento, con nuestra propensión o no a ciertas enfermedades. Esto sí es aceptado por la ciencia. Pero si miramos al cielo, y buscamos correlaciones… ¡Ah! eso, la ciencia no lo acepta, y encima, lo considera ‘oscurantismo’. ¿Será porque desde el espacio el cielo parece oscuro? Yo, particularmente, no lo entiendo. Menos mal que soy universitario y científico, ya que ‘ser universitario’, entre otras cosas, implica el tener y ejercer la capacidad de pensamiento crítico, la capacidad de pensar libremente y por sí mismo.
Considero –junto con Jung, David Bohm, y tantos otros científicos- que no se puede separar tan categóricamente -como se pretende- lo que es una ‘Ley Física’, de lo que es una ‘Ley Psíquica’. Lo social y lo cultural están sincronizados y envueltos holográficamente en nuestro cerebro.
Lo mismo que pasa cuánticamente, por ejemplo, que en el electrón está envuelto todo el átomo; sucede en el ser humano: En nosotros está envuelta toda la cultura. ¿Entonces, es tan diferente la Física Cuántica, de la Antropología o de la Sociología?
La estructura arquetípica aparece tanto en la Matemática como en la Física, en la Psicología, la Sociología, etc. Porque, en el fondo, es el hombre el que oficia como intermediario de todo eso. El que no ve los mitos y arquetipos detrás de las “teorías científicas” es bastante necio –como es el caso de Stephen Hawking y otros, cuya ‘serie de infinitos universos sin principio ni fin’, parece tomada de “la Doctrina Secreta”, o de la antigua India, o del Tibet, o de los ‘Svabhavikas’ de la más antigua escuela buddhista de Nepal- ¿No les parece?

Astrología, No Localidad, y las Cuatro Fuerzas de la Naturaleza
Una crítica bastante frecuente que se suele hacer a los astrólogos es: “ah, vos decís que ‘sos’ de tal signo, pero en realidad, cuando vos naciste el sol no estaba proyectado ahí, por el tema de la precesión de los equinoccios.”
Si uno explica la realidad con un Principio de Complementariedad, no sólo desde lo corpuscular, sino también desde lo ondulatorio (que según dijimos involucra infinitas dimensiones), como si el zodiaco fuera una especie de ‘piano circular’, donde al pasar girando los astros van sonando las correspondientes notas musicales (la “Música de las Esferas” de los pitagóricos). La cuestión no está en considerar meramente los alineamientos planetarios, ni en ver si el Sol cuando yo nací estaba en la constelación de Cáncer al proyectarlo sobre la bóveda celeste, o se proyectaba sobre otra constelación, debido a la precesión de los equinoccios. Lo importante aquí es considerar la nota que sonaba en ese momento, lo “ondulatorio” y no lo “corpuscular”. Cuando yo nací, no me queda la menor duda de que “estaba sonando” la nota canceriana. Siempre estuve rodeado de mujeres (y con la mayoría tuve muy buena relación). Dicté mis clases en Facultades de Ciencias Exactas, donde cada vez hay más mujeres, colegas y alumnas, salvo raras excepciones –cada vez más raras-.
Volviendo a la pregunta, les voy a poner una analogía. Supónganse que tengo frente a mí un cuadro de Charly García y tengo una guitarra. ¿Qué, no puedo tocar una zamba folclórica porque tengo enfrente a Charly García, en vez de tenerlo a Atahualpa Yupanqui o a Falú? ¿Hay algún problema que quiera tocar otro ritmo por el hecho de que esté el cuadro delante de mí? Evidentemente, no. Lo mismo pasa con lo astrológico. Si se da el alineamiento zodiacal o no, es un aspecto que podría tener importancia en cuestiones corpusculares-newtonianas, pero no todas las cuestiones astrológicas pasan por ahí… Y éste es el problema de los físicos. Piensan “¿Cómo va a influir en mí un planeta o una estrellita ubicada allá tan lejos? Eso es ridículo. Si consideramos la influencia gravitacional, es mucho mayor la fuerza de la mano del médico que me está atendiendo, que la que tiene un planeta, por más de que sea Júpiter. Si consideramos la fuerza electromagnética tampoco se trata de ésta –salvo la influencia solar-. Y con respecto a la fuerza nuclear mucho menos. Ni la fuerza nuclear fuerte, ni la fuerza nuclear débil explican lo astrológico. Y éstas son las cuatro fuerzas conocidas que hay en el Universo.” Por eso, para ellos, es inconcebible el accionar de lo astrológico.

Aquí está el problema. Ellos están considerando solamente los aspectos causales y de la física clásica, mientras que hay correlaciones cuánticas no locales, del estilo de las dos partículas que se separan, o de los gemelos. Y la “no localidad” (o “contextualidad a distancia”), es la que, seguramente, está funcionando aquí, lo cual es perfectamente concebible. Es este tipo de correlación lo que actúa poderosamente en lo astrológico. Ya que nuestros cuerpos están hechos de materia estelar surgida de un mismo Punto Primordial (el del último) Big Bang es lógico que estemos correlacionados. Esa 'inseparabilidad' entre las estrellas y nosotros se trata de algo muy “lógico”. Por eso, la lógica va a favor de la Astrología, no en contra. ¡Y es la misma lógica de la que se vale la Ciencia!

Distinción entre “energía” e “información”

Hoy que ‘lo energético’ está tan en boga, no debemos confundir, la energía con la información.  Hay materia, hay energía (aunque Einstein, mostró que ambas son equivalentes e intercambiables) y hay información. La función de onda cuántica tiene información. Esta ‘información’, si bien parece algo puramente mental y subjetivo, la Cuántica nos enseña que, sin embargo, puede llegar a ser un ingrediente muy activo también en la Naturaleza y el Cosmos objetivo. Como en el ADN celular, por ejemplo.

En todo sistema abierto se intercambia materia, energía e información con su medioambiente. Si fueran lo mismo todos los “eruditos” serían “liberados vivientes”, seres “realizados”. Y sabemos que no es así, un cambio de información no supone una transformación energética. Para ser más exacto, si bien el almacenamiento y procesamiento de información –digamos sobre “alquimia” en sentido psicológico- supone un gasto energético por parte del cerebro, ello no equivale a la cantidad y calidad energética necesaria para una “transmutación” psicológica. Para poner un ejemplo más simple, podríamos pensar en un objeto tele-dirigido. Supongan que tenemos una lanchita de juguete que podemos manejar a control remoto. Lo que hacemos es mandar una onda que tiene una “información”, y que le dice a la lanchita por dónde tiene que ir. Esa información involucra una energía también, pero muy chiquita: es la del campo electromagnético modulado y oscilante que la contiene “en código”, y que la trasmite por el espacio. Pero lo que realmente mueve a la lancha (no lo que simplemente guía su movimiento) es algún tipo de combustible que se quema y que proporciona el grueso de la energía que mueve la lancha.

En rigor, entonces, la “información” también parece tener una cierta energía y materialidad. Aunque hay un interrogante, que planteó Karl Pribram, que fue un famoso neurofisiólogo estadounidense, y es el siguiente: “¿Es la información “esencialmente” Materia o Espíritu?” Yo no pretendo resolver aquí el enigma, pero evidentemente hay un aspecto material-energético sutil en la información, aunque también hay algo que parece exceder a ese nivel, y que tiene que ver con la forma, con la idea, algo que trasciende lo material-físico y que, sin embargo, puede meterse 'en y sobre' lo material y prepararlo para obrar. Pero se necesita disponer de una “energía más concreta” adicional para actualizar el poder de obrar.

O sea, si estabas guiando la lanchita con el control remoto, pero resulta que se le acabó el combustible ¡chau! ya no se mueve más...

El Todo y cada una de sus 'partes', si es que el Todo las permite 'abstraer', moviéndose holográficamente. Eso es lo que David Bohm llama la Holokinesis, el Holoflujo


Karl Pribram (1919-2015)
El sentido de lo que nosotros podemos hacer, está en nuestra potencialidad. Uno puede cambiar realmente su forma de vida, tiene la posibilidad de hacerlo, lo cual no quiere decir que lo haga. Uno tiene que conscientizar primero todos sus mecanicismos, todos los mecanismos, lo automático. Ya de por sí, darse cuenta de eso, es un trabajo muy grande. Conocerse a sí mismo es la base de todo saber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus dudas o comentarios son bienvenidos!