domingo, 22 de octubre de 2017

Escorpio y la Prueba de la Ilusión del Poder




Por Patricia Fernández Acosta

En estos días estamos ingresando al signo de Escorpio. La Astrología, como todo Lenguaje Simbólico, expresa el 'Principio de Sincronicidad', es decir, lo que vemos afuera está correlacionado  y es signifcativo respecto de lo que acontece adentro. De modo que cada signo nos señala el momento más oportuno para realizar ciertas meditaciones vinculadas a la naturaleza de la cualidad que transitamos tanto externa como internamente.
Y en este momento planetario en particular, es especialmente necesario meditar y correlacionar lo exterior con lo interior, pues Escorpio es un signo clave a desglosar para comprender el actual período mundial. Recuerdo que una vez le preguntaron a Krishnamurti, si él pudiera decir en pocas palabras algo fundamental que había que enseñarles a los niños, éste expresó: "Enséñenles a morir." Obviamente no aludía a la cuestión física, por lo menos, no sólo a ésta. Sino a lo que los psicólogos denominamos  aprender a 'duelar', a desidentificarnos anímicamente, a soltar energéticamente... ¿Qué cosa?
Si me permiten hacer un rodeo inicial, que nos posibilite plantear las condiciones por las cuales afirmo que el actual momento planetario es especialmente escorpiano, y de aquí, la importancia en este período de meditar en torno a lo que este Arquetipo nos propone duelar, desidentificarnos, soltar.

Un poco de Historia que nos permita llegar a la fase escorpiana actual...
  • En la Edad Media, nos encontramos con la época de los Gremios, pues se heredaban los
    oficios (por ejemplo, si mi abuelo y mi padre habían sido vidrieros, mi destino era el de continuar con este oficio). Es asimismo, la época de la Crónicas anónimas (quienes registraban los que sucedía, no escribían sus nombres). Astrológicamente, en este período reconocemos la fase canceriana de un proceso (y la resonancia de su complementario, el signo de Capricornio -observable en las condiciones austeras  y duras de la vida medieval, el énfasis en el trabajo de los gremios, el orden jerárquico característico de ese momento, etc.-).


  • El Renacimiento, es un período en el que emergen las individualidades por primera vez, como un rasgo distintivo; y con ellas aparece la autoría: Un Leonardo, un Miguel Ángel, un Boticelli, etc.  Hay también en este momento, una exaltación del cuerpo como una reafirmación de la propia naturaleza apreciándose a sí misma. Es una época altamente creativa y expresiva, en la que además van apareciendo poco a poco los valores de la libertad y la autonomía o la independencia creciente de la influencia que hasta entonces venía ejerciendo la 'Madre Iglesia' (expresión de la fase canceriana a trascender). Este período de exaltación de la confianza en sí mismo, astrológicamente se correlaciona con la fase leonina (y la resonancia de su complementario, el signo de Acuario -por la incipiente independencia y la autonomía-) de un proceso. 
  • Nuestro hoy: Como todo proceso lleva su tiempo de elaboración y maduración, ese nacimiento de la autoría que inició en algunos exponentes destacados del Renacimiento, se fue expandiendo y multiplicando colectivamente, hasta llegar al momento actual, en que nos encontramos en su versión sombría, con un culto al individualismo exacerbado, y a la estimulación de la competencia personal como un valor en sí mismo. Hoy, el narcisismo se ha constituido en una pandemia, que es vista como una cualidad valiosa y no como un peligro de desintegración y aniquilación sistémica. Es decir, estamos atravesando la oscuridad del Arquetipo leonino que es necesario trascender, de modo análogo a como hacia fines de la
    Edad Media y aún mucho después de ésta, era necesario trascender la fase canceriana de aprendizaje. Un ejemplo de ésta última, de la expresión oscura del Arquetipo canceriano que era necesario trascender, en su momento lo encontramos en la prohibición de expresiones independientes, singulares (Arquetipo leonino), de lo que establecía la Voz de la Madre (Iglesia) -preguntémosle sino, a Galileo, o a Giordano Bruno-.  
  • En síntesis, el desafío actual consiste en trascender el Arquetipo leonino, pues ya ha cumplido suficientemente su función específica. Y Escorpio ofrece un contrapunto para compensar los problemas producidos por el exceso de la función leonina.
La necesidad  del aprendizaje escorpiano en esta transición hacia Acuario

Nos encontramos en los umbrales del ingreso a la Edad de Acuario, signo que representa la actividad grupal, como por ejemplo el despliegue de la capacidad para trabajar en equipos constituidos por seres ya individualizados, autoconscientes de sus rasgos y características expresivas distintivas, que son capaces de reunirse y trascender la percepción egocentrada en función de un Bien común.
¡Qué lejos parecemos estar hoy de dicha posibilidad! Si bien existen en forma creciente intentos grupales de colaboración con fines solidarios, autogestionados, que tienen en consideración el Bien de la totalidad, a la par del individual o por encima de éste; la realidad planetaria nos presiona a acelerar la comprensión de este aprendizaje. La situación mundial es realmente dramática. Y si bien hay numerosos grupos que trabajan por el bien común aquí y allá, los 'poderosos' del planeta nos están guiando aparentemente a un callejón sin salida para la especie misma.
Por eso, meditar en derredor de la cuestión del 'Poder', tema escorpiano por excelencia (pertenezcamos al signo o no, pues todos estamos atravesando en tanto humanos esta fase a nivel planetario), es imperativo hoy. El aporte reflexivo y comprensivo de cada uno acerca de este tema resonará en el inconsciente colectivo de la especie, en su campo morfogenético, en la Súper Alma, o como deseemos denominar a esa dimensión en donde la información está entrelazada y a partir de la cual una 'masa crítica' puede hacer la 'diferencia' del destino a seguir por la humanidad.
Desde esta perspectiva, existe un vínculo profundo entre Escorpio y Acuario. Como vimos en artículos previos, el mismo está indicado por el planeta Urano, regente de Acuario, que a la vez, se encuentra en exaltación en Escorpio. La exaltación de un planeta en un signo, evidencia la afinidad de la función arquetípica de dicho planeta con la del signo en cuestión. En este caso, entre Urano y Escorpio.

Escorpio, un punto de bifurcación zodiacal


Escorpio es un signo decisivo, para el devenir anímico y de la existencia. Escorpio nos marca uno de los puntos de bifurcación en el despliegue zodiacal. Por lo tanto, según cómo elaboremos la fase escorpiana de aprendizaje, nuestro destino podrá seguir un camino u otro diametralmente diferente. Es decir, los caminos elegidos se irán distanciando en su sentido cada vez más.
En los puntos de bifurcación o inflexión, se define la evolución de un sistema viviente: El sentido del despliegue de un proceso puede ser o bien hacia una integración creciente con orientación hacia el 'punto Omega', hacia el cumplimiento del Propósito de dicho proceso. O bien,  puede orientarse hacia una caotización o desintegración creciente, cuyo desenlace es la degradación por incremento del desorden en la evolución de dicho sistema viviente.
Hoy nos encontramos en un momento escorpiano mundial, o sea,  frente a un momento de decisión
con respecto al despliegue del proceso humano ( y planetario). Esa decisión  y la concientización  respecto de en qué consiste el punto de inflexión, depende de cada uno de nosotros.

La 'prueba' de Escorpio es ver la ilusión del Poder personal. A esto es a lo que hay que morir (refiriéndome al comentario inicial de Kishnamurti), a la ilusión de disponer un Poder al servicio del ego.

El devenir de la Conciencia desde Leo a Escorpio

Cuando vamos transitando el proceso de despliegue zodiacal desde Leo a Escorpio, la conciencia de sí desarrollada en Leo puede orientarse hacia una consolidación de la autopercepción como separada del entorno, es decir, una percepción cada vez mas aislante y enajenada de la totalidad. Pero también puede transcurrir hacia una percepción de apertura creciente hacia una dimensión que trasciende al ego.
Esa herida mortal al ego como ilusión de separatividad la provee Escorpio. Durante dicha fase
del proceso zodiacal, se presentarán las tentaciones del ejercicio o manifestación de poder egocentrado, narcisista, en todas sus expresiones posibles: el poder sexual, el poder intelectual, el  poder económico, el  poder pseudoespiritual. El ejercicio del poder personal es muy seductor, va acompañado de una exaltación de la propia valía, así como de una excitación características... una experiencia dopamínica que Jung denominaba 'Inflación del yo'. Sin embargo, así como seduce y excita, también aísla y vacía de sentido a la existencia, degradándola.
Alexander Lowen, padre de la Bioenergética afirmaba: "Allí donde hay poder... no hay amor". "Allí donde hay seducción, no hay sensibilidad." ¡Qué maravilloso modo de sintetizar el aprendizaje escorpiano por excelencia!
El punto de inflexión y de bifurcación al que nos enfrenta Escorpio, decidirá si desde la fase individualista de Leo pasamos a engordar el ego con un sentido artificial de poder, al estilo del dibujito animado que expresaba:-"¡Yo tengo el Poder!" Que es análogo a decir: -"Yo tengo el control!" , -"¡Yo controlo todo!"; lo cual nos llevaría en lo personal y en lo colectivo a una desintegración vincular creciente.
Y como corolario de una elección sombría en el punto de inflexión escorpiano, respecto a creernos la ilusión de un poder personal, Acuario será también abordado desde lo sombrío del Arquetipo. Se manifestaría más o menos así:  el Poder (Escorpio), personal (Leo) asumido por alguna personalidad -ego delirante ( ya que realmente cree disponer de un poder que le da derecho a controlar de modo absoluto) , el cual somete corporativamente a millones de seres y los hace vivir mecánicamente (sombra de Acuario).
El otro camino que podría elegirse en el punto de bifurcación escorpiano nos conduciría hacia el punto Omega. Esta segunda opción, consistiría en morir recurrentemente al ego, morir a la ilusión de disponer de un Poder con fines personales. Nos llevaría a comprender que el Poder no es algo personal sino una propiedad del Universo, un atributo presente en él. Veremos manifestarse este  Poder en el nacimiento y la muerte de galaxias, de estrellas, en los agujeros negros, o en las tsunamis, en los cambio de estaciones, y en el despliegue mismo de un Propósito en la Vida. También podremos observarlo en el humano, cuando acepta oficiar como mero canal de este Poder cósmico, poniéndose al servicio de dicha cualidad, aportando a Algo que lo trasciende en control y comprensión, y colaborando con una dimensión que va más allá de la periferia estrecha y aislante del yo.

Reflexiones finales
No quisiera que se me malinterpretara por lo escrito más arriba. Me es importante aclarar, que no hay 'signos astrológicos buenos' y 'signos astrológicos malos'. Todos los Arquetipos (Ideas Vivientes en la Gran Mente Cósmica), en este caso, los astrológicos, representan cualidades que implican aprendizajes de la especie.
Cuando abordamos el Mandala Zodiacal como una totalidad a desplegar, cada signo/fase cumple una
función específica y un Propósito que ha de ser integrado a lo largo del proceso. El problema no son los signos en sí, sino la dificultad de quedar fijado a una fase astrológica que obstaculice la continuidad del despliegue del proceso zodiacal.
Cada signo deberá ser comprendido e integrado oportunamente, para mantener la salud sistémica. Por ejemplo, si hemos llegado a la fase escorpiana (que implica duelar a una estado narcisista infantil, la sombra de Leo) ha debido ser integrado previamente el sentido comunitario, amoroso y familiar canceriano, tanto como la posibilidad y el respeto de la expresión singular leonina. Recién entonces, se nos facilitará el salto hacia  el sentido pleno de vincularidad y entrelazamiento de la información, propio de Acuario,
Acuario necesitará de ambos, de Cáncer y Leo. De Cáncer, tomará el sentido de que los humanos constituimos una Familia, así como  que el planeta mismo es un sistema con reinos hermanos que debemos cuidar.
Acuario necesitará también tomar de Leo la capacidad de brindar la manifestación de líderes positivos que guíen y estimulen a las masas hacia la colaboración grupal, así como al despertar de un nuevo sentido de fraternidad.
Acuario necesitará de Escorpio, no su oscuridad plutoniana de manipulación y control separatistas y enajenantes, o de ideas apocalípticas de desvastación y autodestrucción. Necesitará tomar la fuerza que provee el arquetipo escorpiano para transitar exitosamente desde un nivel exclusivamente individual hacia otro en el percibamos la transferencia energética, libidinal entre todos los seres (característica del 8° signo). Esta capacidad será decisiva a la hora de duelar una posición narcisista infantil.
Los convoco a acompañarme en esta reflexión por el signo de Escorpio, y que cada uno realice su propio aporte creativo, compartiéndolo con el resto.
Mis cariños y amor a ustedes.

5 comentarios:

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  2. Gracias!!! De una acuariana ASC y luna en escorpio.... Gracias!!

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    1. Hola, Luchi. Me alegra mucho, preciosa, si fue de utilidad. Te quiero.

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  3. Muchas gracias, Griselda, por tu comentario. Toqué un botón o no sé qué hice y se borró. Disculpas! Hoy lo pude leer desde el correo. Beso grande :*

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  4. Gracias Patricia cómo siempre tan generosa y profunda!.
    Griselda

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