¿Es la Astrología una "pseudociencia"?
"Hay más cosas en los cielos y en la tierra, Horacio, que las que has podido soñar con tu filosofía"
Hamlet
Hoy les propongo que meditemos sobre el último punto, que -como enseguida se les hará evidente- merece una atención especial.
10. Se mantiene al margen de la comunidad científica
Considero que este punto, sobre todo en el caso de la Astrología, habría que ponerlo al revés. En efecto, es la comunidad científica, la que ha decidido mantenerse al margen de la Astrología. Y ello es lo contrario de un "autoaislamiento" por parte de la comunidad de astrólogos, la cual -a pesar de la negatividad académica con que es recibida- realiza periódicos Congresos nacionales e internacionales y publica muchas revistas especializadas. Es un fenómeno psicológico-sociológico interesante de estudiar, dentro de varias "comunidades de científicos" este tipo particular de prejuicios "defensivos" de muchos científicos que, ignorando en forma completa los principios básicos de disciplinas como esta (Astrología, Psicoanálisis, Homeopatía, Acupuntura, etc.) los métodos de inferencia que utilizan, así como sus notables trayectorias históricas, y sus contribuciones más modernas; osan, no obstante, criticarlas y encasillarlas como pseudociencias.
Consideramos entonces, que es absolutamente incoherente -incluso con la propuesta de Bunge- ubicar a la Astrología como una pseudociencia, ya que -si descartamos la última característica por el motivo antes expuesto- no se le puede atribuir ninguna de las diez anteriores características.
Por otro lado, existen incontables científicos -provenientes de todas las ramas de la Ciencia- que son estudiantes de Astrología, o bien astrólogos ya formados e incluso profesionales y docentes de la Astrología. Esto -estudiar o dedicarse a la práctica profesional de la Astrología- suelen hacerlo poniendo en riesgo su propio prestigio dentro de la comunidad científica. Esta actitud, en vez de ser considerada un defecto característico de una pseudociencia nos parece más bien un acto de valentía moral de su parte, y una virtud digna de la actividad científica, por animarse a exponer lo que ellos consideran profundas verdades, capaces de ser observadas en nuestras propias vidas, y por ende experimentalmente contrastables, aún a costa de su propia aceptación social. Y dicho gesto de lealtad hacia la verdad tal como es reconocida por ellos -a pesar de la crítica más dura, persistente y despiadada por parte de muchos intelectuales de destacada labor en otras áreas-, contrasta con la evidente falta de respeto por la diversidad de puntos de vista, de disciplinas y de paradigmas por parte de dicha comunidad científica. Más aún, se ponen aquí en evidencia ciertos matices dogmáticos e incluso inquisitoriales en algunos ámbitos donde supuestamente se alienta al espíritu científico (1).
En general, la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas rigurosas, mientras que las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de refutación (por tratarse de formulaciones tautológicas o ambiguas) o bien protegerán su teoría (por ejemplo, utilizando una barrera de hipótesis auxiliares o formuladas ad hoc, y a posteriori), en lugar de exponerla realmente a prueba y, eventualmente, refutarla.
De hecho, otros muy respetables Filósofos de la Ciencia que se han ocupado extensamente de esta cuestión, como Karl R. Popper (1902-1994), consideran que el carácter de pseudociencia depende menos del ámbito u objeto de estudio que de la actitud de sus seguidores hacia la crítica y, en general, hacia al método científico. Así, un físico o un biólogo podrían comportarse de un modo dogmático, mientras que un historiador o un sociólogo pueden presentar sus tesis de una manera que inviten a la refutación (o «falsación», en lenguaje popperiano).
Aclaremos, además, que Popper no consideraba científica a la Astrología porque -decía- atiende sólo a sus predicciones acertadas, pero no a las desacertadas. A ello le contra-argumentaremos, siguiendo a Thomas Kuhn que muchas Ciencias hacen lo mismo. Por ejemplo, los físicos no abandonaron su modelo estándar de las partículas subatómicas cuando comprobaron la incoherencia experimental de la primer versión de la teoría con sólo tres quarks, sino que la modificaron aumentando el número de dichas partículas a las que nadie vió ni podría haber visto -según la propia teoría predijo-. ¡Tampoco se dice que la Meteorología es pseudocientífica porque tantas veces no lleguen los predichos días de sol! La moderna "teoría de caos" de tanta trascendencia científica, fue claramente presentada a principios de los 60 por Edward Lorenz, un meteorólogo.
Aclaremos, además, que Popper no consideraba científica a la Astrología porque -decía- atiende sólo a sus predicciones acertadas, pero no a las desacertadas. A ello le contra-argumentaremos, siguiendo a Thomas Kuhn que muchas Ciencias hacen lo mismo. Por ejemplo, los físicos no abandonaron su modelo estándar de las partículas subatómicas cuando comprobaron la incoherencia experimental de la primer versión de la teoría con sólo tres quarks, sino que la modificaron aumentando el número de dichas partículas a las que nadie vió ni podría haber visto -según la propia teoría predijo-. ¡Tampoco se dice que la Meteorología es pseudocientífica porque tantas veces no lleguen los predichos días de sol! La moderna "teoría de caos" de tanta trascendencia científica, fue claramente presentada a principios de los 60 por Edward Lorenz, un meteorólogo.
En fin, y volviendo a Bunge, si parece verdadera para la Astrología la última característica de su listado, es porque no se ha considerado el injustificado rechazo de la comunidad científica. Es cierto que Bunge y mucha otra gente practicante de las llamadas Ciencias duras, son muy despectivos respecto a la Astrología, pero ello no debe asombrarnos, ya que también suelen adoptar una actitud similarmente desdeñosa para con el Psicoanálisis, e incluso, para con muchos desarrollos ya clásicos de la Filosofía de la Ciencia-. En esto se notan marcadas diferencias con otro destacado epistemólogo argentino, el Dr. Gregorio Klimovsky.
Contrastando con la estrechez de criterio de Bunge, se patentizan las reiteradas denuncias de abusos del epistemólogo austríaco Paul Karl Feyerabend (1924-1994) quien ha criticado esta autoritaria y discriminatoria descalificación por parte de la comunidad científica de la Astrología, entre varias otras disciplinas.
Ya hemos mencionado el justo reclamo de Feyerabend contra la ilegítima maniobra de desprestigiar a la Astrología, mencionando largas listas de científicos de valía que descreían de la misma -pero que, al ser consultados, declararon que jamás habían leído nada sobre ella-. Ello equivale a recurrir al peso de la autoridad, en vez de ofrecer razones o hechos de peso en su contra (2).
Este problema -el quedar al margen de la comunidad científica- genera un círculo vicioso muy grave, ya que trae como consecuencia la imposibilidad de legitimar los estudios de formación y la práctica astrológica en los Centros Universitarios, lo que, a su vez, posibilita la circulación de una clase de pseudos-astrólogos sin ningún tipo de formación académica seria. Estos últimos, lucran con la ingenuidad de la gente, a la que le mienten descaradamente, o le hacen pronósticos descabellados y psicológicamente dañinos. "Eso" que dicha gente hace sí es pseudocientífico. Ellos colaboran con los prejuicios para desacreditar a la Astrología, perjudicando así la labor de quienes anhelan ejercerla o consultarla de buena fe.
A modo de ejemplo, para apreciar mejor la situación, imaginemos qué sucedería si viviéramos en una sociedad que no aceptara a La Medicina como una actividad científica: no habría médicos diplomados en las Facultades de Medicina -centros de estudios especializados en esa formación- capaces de una práctica profesional legítima, y la sociedad se llenaría de curanderos de todo tipo: aquellos interesados genuinamente en el Arte de Curar, pero también de los ignorantes e inescrupulosos. De hecho, esa fue la situación en un pasado no tan lejano, cuando los sacerdotes, los "curas" y los barberos eran -forzosamente- dejados a cargo de la salud. Ahora bien, sabemos que, incluso existiendo buenas Facultades de Medicina, hay médicos diplomados que hacen del Arte de Curar, un negocio de la salud. ¡Pero ello no es razón suficiente como para negar el carácter científico de la Medicina!
El que se acerca desprejuiciadamente a la Astrología seria, nota que le corresponde mucho más ajustadamente la lista de las características de una actividad científica según señala en la obra citada el mismo Mario Bunge, que la de una pseudociencia.
Ocurre con la Astrología algo parecido a lo que pasa con las llamadas medicinas alternativas, o mejor dicho complementarias -Homeopatía, Acupuntura, Antroposofía, Yoga, Reiki, Flores de Bach, etc.-, que son más o menos útiles, según el problema al que se apliquen. En todo caso, todas esas seudociencias según el Dr. Mario Bunge han debido ser tratadas con más respeto que él por parte de la Medicina Halopática convencional. Y ello se ha debido, en parte, por la innegable realidad de la creciente demanda originada por la gente que -por algo- acude a recibir sus tratamientos -y lo hace de modo reincidente-. Este hecho se ve reflejado en el cuidado y respeto que le dedican algunos volúmenes completos de importantes publicaciones internacionales de Medicina. Por ejemplo:
i) El volumen 4 (1997) de la serie "Clínicas de Atención Primaria. Terapias Complementarias y Alternativas en Atención Primaria" (Serie que regularmente publica en español la editorial Mc Graw Hill Interamericana para la actualización de los médicos especialistas en Clínica Médica).
ii) El volumen 1 (2002) de la serie "Clínicas Médicas de Norteamérica. Medicina Alternativa y Complementaria" (Serie que regularmente publica en muchos idiomas la editorial Mc Graw Hill para la actualización de los médicos especialistas en Clínica Médica).
Quienquiera criticar con fundamentos, con un mínimo de seriedad y de respeto, que primero se informe adecuadamente. Desde ya, le adelantamos que le espera una ardua tarea, ya que -restringiéndonos a la Astrología contemporánea- además de la interminable lista de libros de texto conteniendo las contribuciones de los más destacados astrólogos, está la creciente producción provenientes de gente de las más variadas formaciones científicas, filosóficas, artísticas, etc. graduados en las más diversas facultades del planeta -incluyendo graduados en Psicología de Harvard- que integran los Centros Astrológicos de todo el mundo, por ejemplo, :
a) Dr. Noel Tyl, autor de varios libros sobre el tema, de la serie de 12 volúmenes: "Principles and Practice of Astrology" y editor de "Astrology Now".
b) Dr. Michael Robbins, Ph.D. en Psicología de Harvard, Psicologo, Filósofo, educador, autor de varios libros y numerosas publicaciones, y Presidente de la University of the Seven Rays.
b) Dr. Michael Robbins, Ph.D. en Psicología de Harvard, Psicologo, Filósofo, educador, autor de varios libros y numerosas publicaciones, y Presidente de la University of the Seven Rays.
En Argentina, y a los fines de contradecir el juicio negativo establecido por algunos en base al criterio de Bunge, podemos considerar -además de Nexo Cielo Tierra- el notabilísimo contraejemplo que proporciona el trabajo local en Buenos Aires de la gente de Casa XI, fundada y dirigida por el antropólogo Eugenio Carutti -cuyos libros "Las Lunas", "Los Ascendentes" (dos volúmenes) e "Inteligencia Planetaria" aconsejamos leer. También recomendamos los artículos y cursos de Astropsique dirigida por May de Chiara, que desde hace años convoca a exponentes de las diferentes corrientes de la Psicología para vincularlas con la Astrología.
Mientras preparábamos estos artículos, y como bello ejemplo de "sincronicidad" del (suizo) Dr. Carl Jung, recibimos la siguiente información por internet, que deseamos compartir, con el ánimo de "disminuir la preocupación" de los científicos "en guardia" por el avance de todas estas "seudociencias":
Fuente: amhisalud.com
“El Ministerio del Interior (de Suiza) anunció sus planes de otorgar a
cinco terapias complementarias el mismo estatus que la medicina
convencional.
La homeopatía, la medicina holística, la fitoterapia, la acupuntura y la
medicina tradicional china recibirán el mismo estatus que la medicina
‘tradicional’ en mayo de 2017, pues será incluida en los servicios
aceptados en el seguro de enfermedad básico, que todos los habitantes de
Suiza se ven obligados a contratar con una aseguradora privada.
En 2005, las autoridades decidieron no integrar la medicina alternativa
en el paquete de posibilidades de cobertura en el seguro en caso de
enfermedad, por falta de pruebas científicas de su eficacia. No
obstante, en 2009, el electorado respaldó que fuera incluida en la lista
oficial de los servicios de salud de seguro obligatorio, antes
mencionado.
Como resultado de esta votación, esos tratamientos son cubiertos en el
seguro básico obligatorio desde 2012, durante un periodo experimental de
6 años; pero aún se prueba su eficacia. Los resultados de estos
estudios se analizarán en 2017.
Por ahora no se han reunido las pruebas suficientes para asegurar que
estos tratamientos funcionan, pero el seguro continuará reembolsando
todo tratamiento alternativo realizado por un médico certificado y con
conocimientos en este tipo de terapias.
Las autoridades de salud helvéticas iniciaron un proceso de consulta
sobre las prácticas relativas a los 5 tipos de medicina alternativa que
provocan controversia. ”
De izquierda a derecha: Noel Tyl, Michael Robbins, Eugenio Carutti y May de Chiara. |
Mientras preparábamos estos artículos, y como bello ejemplo de "sincronicidad" del (suizo) Dr. Carl Jung, recibimos la siguiente información por internet, que deseamos compartir, con el ánimo de "disminuir la preocupación" de los científicos "en guardia" por el avance de todas estas "seudociencias":
Fuente: amhisalud.com
(1) Como el mismo Bunge dice en "La Ciencia, su método y su filosofía" (Ed. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1979, pág. 68): "aunque el método científico es opuesto al dogma, ningún científico y ningún filósofo científico debieran tener la plena seguridad de que han evitado todo dogma". En eso estoy de acuerdo con él, aunque preferiría que dijera dogmatismo absolutista. Pues dogma significa principio. Ver en la obra citada anteriormente.
(2) Hecho que fue advertido y denunciado por Paul Feyerabend en "La ciencia en una sociedad libre". Este epistemólogo fue, obviamente repudiado por Bunge, quien ni siquiera simpatizó con la influencia epistemológica de Thomas Kuhn, físico dedicado a describir la historia de la Ciencia, entre cuyos aportes fundamentales, están los conceptos de "los paradigmas" o matrices disciplinares, las crisis después de una etapa de ciencia normal"seguidas de revoluciones científicas, etc.
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