Carta Natal, Geometría y Álgebra Natales (Parte IV)
Dr. Adolfo Ramón Ordóñez
Espacio-Tiempo y Cosmología
La idea básica de la Cosmología, es
que todo nuestro Universo (con cientos de miles de millones de Galaxias) proviene
‘del’ Big Bang, o quizás de ‘los’ múltiples Big Bangs, que desde ‘ese’, o
‘esos’ Puntos Primordiales, va emergiendo
Todo vestido de luz y con su ‘Celestial
Librea’ espacio-temporal. Solemos pensar en ‘la Nada’ como en un ‘espacio
vacío’. Pero no es ése el caso en la teoría estándar, sino que justamente, el espacio y el tiempo observables y mensurables,
surgieron en el (o los) Big Bang(s).
En realidad, hoy en día, la reducción
‘al’ Big Bang es de tipo metodológica, y sirve para fijar un punto de partida.
Sería similar a decir que ‘la Matemática empezó en Grecia’ (en rigor, sólo
sabemos que ahí descubrimos los primeros ‘sistemas axiomáticos’, y las primeras
‘demostraciones lógicas’ de la Matemática). Pero se sabe que la Matemática no empezó allí, sin embargo [por conveniencias que tienen que
ver con la sobre-valoración de lo lógico-formal por parte de quienes no
captaron –y por ende no admitieron- la esencia ‘nunca completamente
formalizable’ de los ‘mathemas’], marcamos como ‘inicios’ las demostraciones
aisladas de los Pitagóricos, y los Elementos de Euclides. Hoy ya existe incluso la posibilidad de entender al Big Bang sin
la ‘singularidad inicial’ (donde no valen las Leyes físicas), y como un fenómeno más.
La metáfora que se suele hacer aquí es
la de ‘la tela de una araña’ emergiendo del interior del cuerpo de la misma
araña. Es decir, la tela de
espacio-tiempo (porque en Física el espacio-tiempo medible es como un tejido), es un tipo de
“campo” que va surgiendo del ‘Punto Primordial’ del (último) Big Bang, así como
germina un Loto a partir de su semilla o ‘botón’.
El substratum de nuestro Universo –según la Física- surgió de un Punto Primordial y fue expandiéndose
exponencialmente, de una forma muy acelerada, y luego siguió extendiéndose más lentamente, y aún lo sigue haciendo ahora,
según demuestran empíricamente los experimentos muy precisos y detallados
hechos con ‘supernovas’, estrellas que –como parte natural de su evolución
dinámica- han explotado. Observemos, entonces, que no es el caso que no había
‘nada’ dentro del espacio, porque el
mismo espacio-tiempo (por lo menos, el ‘observable’ para nosotros, aquel cuya radiación nos ha llegado) surgió en el Big Bang.
El Big Bang (o Gran 'Explosión') inicial que dio origen a nuestro Universo |
Podemos preguntarnos: “¿Pero de dónde
surgió el espacio-tiempo?” Bueno, esto nos obliga a meditar acerca de la probable ‘infinitud’ del Espacio y de la
Duración ‘trans-temporal’, ambos
inobservables y ‘en abstracto’, así
como de una Realidad más profunda, que se deja entrever en la matemática de la Cuántica.
Es un Espacio de infinitas
dimensiones, donde hay un Movimiento
mucho más abstracto, al que David Bohm denomina el Holoflujo o la Holokinesis,
y que contiene tanto el movimiento de las partículas que nosotros llamamos
‘materiales’, como el movimiento vibratorio de los campos de materia o ‘campos
fi’ (cuyos “cuantos” son las partículas), y también incluye todo lo que nosotros llamamos
‘campo psí’, de información activa, más sutil, e incluso contiene aquellos
aspectos del Todo que podríamos considerar ‘Espirituales’.
El Universo es esta Holokinesis, esta Totalidad dinámica, es un Movimiento
que hace que el Todo se refleje en cada Parte.
Espacio y Tiempo holográficos
David Bohm (1917-1992) Uno de los físicos más brillantes del siglo XX |
La Física
Cuántica nos enseña que en el Universo hay una dualidad onda-corpúsculo. La función
de onda ‘psí’ vibra en lo potencial e invisible; y lo material aparece actualizado y visible corpuscularmente. Cada vez que una “potencialidad que 'sube y baja' ondulatoriamente”, se actualiza, lo hace como una “manchita” en la “pantalla” visible del
mundo físico.
Esas ondas de probabilidad que son los estados,
no es que ‘están’ en el espacio y en el tiempo finito dimensionales. Nosotros le damos una realidad ‘de cuatro
dimensiones’ al espacio y al tiempo, lo que no corresponde a su verdadera esencia.
En rigor, se trata de meras apariencias. Fíjense: si tenemos dos partículas actualizadas y 'localizadas' en el espacio ‘ya están
separadas, una a cierta distancia de la otra’, decimos. Sin embargo, aprendimos que existe la ‘no localidad’ o contextualizad a la distancia, y
lo que le pasa a una partícula en un lado, repercute en la otra, que puede estar muy
lejos. ¿Entonces, están ‘separadas por el espacio’, o no lo están en absoluto?
Y si algo
así ocurre con el espacio, también debe ocurrir con el tiempo. Una de las
tantas cosas buenas que nos enseñó Einstein es que el espacio no se puede
separar del tiempo.
Nos
preguntamos: ¿Esto quiere decir, entonces, que el futuro puede estar 'entrelazado' con el pasado? La respuesta es: Sí, por supuesto.
Debe haber
alguna especie de entrelazamiento en el
tiempo. Pensemos en la holografía
temporal: Esto significa que la totalidad del tiempo puede estar reflejada
holográficamente en cada momento. ¡Imagínense, esto nos hace ‘pensable’ la
‘profecía’ como algo posible! ¿Se dan cuenta?
La Realidad, empieza a verse como una Totalidad Indivisa donde están
incluidas la materia, la psique, el
Espacio Cósmico, todo… El Abismo
Cósmico empieza a parecerse a algo Subjetivo, como un Inconsciente Cósmico,
del cual las estrellas son como pequeñas ‘afloraciones’ conscientes de luz. Y
esto que llamamos ‘Espacio vacío’ quizás sea una mera Subjetividad Profunda, un
Principio de Conciencia (o Inconsciencia) Profunda. Los hindúes siempre llamaron a esto Shiva-Shakti Tattva, el Principio Raíz
de toda forma de conciencia y de fuerza o poder.
Observemos
cómo estas ideas llevan una a la otra. Se abren posibilidades extraordinarias
ante nosotros. Así como los humanos estamos ante peligros inminentes –si no se
realizan cambios de estado
individuales que se vayan ampliando hacia lo colectivo-. La crisis siempre puede verse como oportunidad. Generalmente los
cambios se hacen a último momento, cuando la crisis es tan grande y fuerte que
uno ya no tiene evasión posible, entonces, ahí, ante el abismo, uno cambia porque no tiene más
remedio. ¡Ojalá éste sea nuestro caso! Porque no sería nada bueno perdernos las posibilidades maravillosas a las que también nos da acceso esta época y sus 'dificultades', con estas Ideas tan extraordinarias 'aguardando' para proyectarse a través nuestro en el 'teatral' devenir en el escenario mundial.
Holokinesis, Vida,
Mente y Conciencia
¿Cuál es la relación entre el enfoque cuántico, que
es tan ‘Taoísta’, y la cosmología evolutiva, que busca ahondar en las profundidades
del movimiento de lo temporal, que quiere ver los principios cuánticos, pero en
evolución?
David Bohm dice que es natural pensar que en la Holokinesis está todo, incluyendo
la vida, la mente y la conciencia. La Holokinesis lo abarcaría todo. Es un concepto muy
difícil de trasmitir, salvo matemáticamente, porque es sumamente abstracto. En
un holograma el todo se halla envuelto en cada parte, pero estáticamente. En la Holokinesis se da esa misma relación
entre el Todo y sus partes, pero dinámicamente,
es “un movimiento evolutivo holográfico”, un Movimiento abstracto-absoluto, en un Espacio
abstracto–absoluto, y que correspondería analógicamente con una especie
de “Conciencia Absoluta”. De nuevo, la Física se adentra en la Metafísica. Bohm
dice que no tiene sentido hablar de “materia viva” y “materia muerta”. Lo que
sí, la vida se “despliega” como sucede con el hilo de un carretel. Hay un
determinado momento en que la
Holokinesis despliega o
des-envuelve la vida en ciertos planetas, que previamente se hallaba “plegada” (envuelta como el hilo en el
carretel, sólo que holográficamente). Pero esto es abstracto, sucede del mismo
modo en que se “actualiza” un electrón a partir de una función de onda dentro
del “espacio abstracto” de todas las posibles funciones de onda.
Es decir, la Vida “es” (potencialmente en la Holokinesis) y “viene a la existencia” cuando se actualiza.
Esto no niega que haya una evolución. Muestra que la evolución sigue su
etimología, que es “evolvere”, des-envolverse, “desenrollarse”. Esta idea de la
evolución está también en la cuántica, de hecho la ecuación de Schrödinger que
rige la dinámica de las funciones de onda, se llama “ecuación de evolución”,
aunque no es evolución en un sentido “Darwiniano”. Es una evolución consistente
en un incesante plegamiento y desplegamiento cíclicos en el tiempo, y holográficamente
cinéticos. Decía el Cardenal de Cusa: “La Eternidad pliega y despliega
la sucesión” –citado por el
mismo Bohm-
Nicolaus von Kues o Nicolás de Cusa fue un teólogo y filósofo, considerado el padre de la filosofía alemana y personaje clave en la transición del pensamiento medieval al del Renacimiento. |
Astrología y Panteísmo
Recordemos esa expresión que tantos
autores han citado a lo largo de la historia, y que tanto le gustaba citar a
Jorge Luis Borges: ‘Dios es un círculo
cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna’. El ‘centro’
está en cada uno de nuestros corazones, así como en cada átomo, y el ‘límite’ o
la ‘circunferencia’, no se halla en ningún lugar. La ‘Inmanencia’ y la
‘Trascendencia’ Divinas, respectivamente. Y también nos recuerda a la ‘Cadena
de Álgebras crecientes’ (cada una representada por una Álef, en homenaje al célebre cuento de Borges) hasta el Álgebra de lo Desconocido (la Tav).
El Panteísmo, por lo general, y en todas las épocas, fue muy poco entendido. Al pobre
Baruj Spinoza lo excomulgaron de la
comunidad judía por incomprensión de la parte de la Verdad que él realmente enfatizaba.
El ‘pan-teísmo’ dice literalmente que
‘Todo es Divino’, que ‘Dios es Todo’. Esto no quiere decir que sólo las estrellas, los planetas, las
plantas, los animales, el clima y los vientos, y nosotros mismos somos
‘divinos’. Quiere decir que ‘Todo’ es divino, que no hay nada que no tenga su fundamento fuera del Principio Infinito (para no generar
controversias con la palabra ‘Dios’), al que -en apariencia- sólo empequeñecemos atribuyéndole cualidades finitas. Sin embargo, un sabio como Sri Aurobindo, nos
explicaría que Spinoza concibió al Ein
Sof, lo Infinito de los kabalistas judíos, similar al Absoluto o Parabrahman de los vedantinos de la India,
pero no reconoció su doble carácter esencial: el de lo
Siempre Inmanifestado, y el de su 'Tzimtzum' (contracción u ocultamiento, en hebreo), o su actualizante
expresión manifestada, a través del Yoga-Maya ocultador, o la Energía Cósmica o Luz del Logos o
Verbum, del Adonai judío, o el Ishvara de la India.
Astrología y Fatalismo
Otro asunto importante es el del supuesto ‘fatalismo’ de la Astrología
exageradamente ‘predictiva’. Cuando el Álgebra Natal opera de manera azarosa,
entonces, nuestro destino es guiado por lo que George Ivanovich Gurdjieff (1866-1949) llamaba la ‘Ley de
accidentes’. Es decir, uno vive sus estados psicológicos de manera tal, que
nuestro destino nos hace ‘ir a los tumbos’ –por decirlo de algún modo-. Sin
embargo, también podemos llegar a ‘canalizar’ nuestro destino de un modo
mucho más creativo, rico y significativo.
Lo único que hay de “fatalismo” sería
que una persona cuyos estados están ‘caotizados’, tendrá una vida ‘a los tumbos’,
pero igual se cumplirá su destino. Será el destino ‘calculable’ que le
corresponde a su álgebra natal actuando sobre estados muy ‘inadecuados’, pero
se cumplirá tan ‘matemáticamente’ como que dos y dos son cuatro.
¿Y acaso no dependemos del exterior? ¡Ah,
eso dependerá de si los estados están sólo
condicionados por los estímulos que nos vienen desde el exterior, y todo varía
en función de los estímulos externos! Pero, si ha despertado en nosotros la
percepción de un ‘eje’ interno profundo, ello puede llegar a amortiguar completamente
el efecto ‘sacudidor’ de esos estímulos externos. Por ejemplo, tomemos el caso
de una persona que pierde toda su riqueza en una bajada de la Bolsa. Hay algunos que se
suicidan. Y hay otros a los que esa situación les cambia la vida, y te dicen: “A partir de ese momento empecé a ser
feliz.”
Entonces, todo depende de cómo uno
toma las cosas.
Correlaciones 'No Locales’ y Efectos Causales
¿Cómo actúan los astros o planetas Pj (variando el índice j) sobre el psi (ψ),
que a su vez actúa sobre el campo fi (Ф)? Eso dependerá de nosotros; del
factor personal y del arte de vivir. Es decir, de la ‘Ciencia de la vida’ y del
‘Arte de vivir’ (que es mucho más que ‘Física Cuántica’).
No negamos
que existan otro tipo de factores que afectan al hombre. Por ejemplo, si cae un
meteorito a la Tierra
de un diámetro de más de 10 km ,
puede ocasionar una extinción masiva. Se dice, de hecho, que eso es lo que
sucedió hace 65.000.000 de años con los dinosaurios. ¡Vaya entonces, si puede
haber efectos causales provenientes
del cosmos!
Nosotros,
según la Biblia, fuimos tomados del barro ‘de la tierra’. Sin embargo, Carl Sagan pretendió ser menos ‘mítico’
y más ‘logoico’ y específico: nos decía que, en realidad, somos polvo ‘de las estrellas’.
Yo agregaría que somos “polvo cuántico”
de varias generaciones de estrellas y del último Big Bang. Esto quiere
decir lo siguiente: ¿Dónde fue hecho cada átomo que forma parte de nuestros
cuerpos? Cada átomo de nuestros cuerpos
fue hecho en las estrellas. Muchos de estos átomos ni siquiera fueron
hechos en las ‘condiciones normales’ de las estrellas. Por ejemplo, los
elementos más pesados como el zinc (que forma parte de nuestros cuerpos), no se
pueden construir en las estrellas: éstas no son suficientemente calientes para
las reacciones ‘termo-nucleares’ que se necesitarían; los átomos de zinc se
crearon gracias al calor generado en las explosiones
de las supernovas, las cuales ‘al morir’ dejaron mucho material diseminado
por el espacio. Más aún, si nuestros cuerpos están constituidos en su mayor
porcentaje de agua, cuya molécula está formada por un átomo de oxígeno y dos átomos
de hidrógeno. Ahora bien, éstos últimos sólo pudieron formarse a las altísimas
temperaturas que hubo sólo muy cerca del Big Bang mismo. Se sabe que este
material, después se contrajo gravitacionalmente, y así se produjeron las estrellas
y los planetas.
Hablábamos
de meteoritos, entre otros efectos causales, también podemos
considerar la existencia de rayos
cósmicos, o de los efectos de la
luna sobre la marea o la reproducción de muchas especies. También están los
efectos causales electromagnéticos de las partículas cargadas que vienen del
Sol. Todo esto, entonces, forma parte de las relaciones de causa-efecto. Recientemente, un grupo internacional de
científicos en la provincia de Mendoza logró probar categóricamente que a la Tierra llegan ¡partículas provenientes de otras galaxias, y no sólo radiaciones electromagnéticas!
Pero
aparte de estos efectos causales, la Cuántica nos da la posibilidad de pensar
que hay correlaciones no locales, a las que Carl Gustav Jung, apoyado por su paciente y luego amigo, el Premio Nobel 1945 de Física Cuántica, Wolfgang Pauli, llamaría 'influencias acausales' o 'sincronicidades', que hay entre nosotros y las estrellas de donde provienen los átomos que componen nuestros cuerpos.
Entre los estados de nuestra psique-soma, que es parte del cósmico (ψ-Ф), y las posiciones de los astros (Pj) en el cielo con respecto a nosotros. Todo provino del Big
Bang, y allí estaba todo cuánticamente entrelazado. Entonces, todos nosotros llevamos envuelto el
universo entero dentro de nosotros.
¡Qué
contradicción que la Ciencia acepte que está todo correlacionado (porque
venimos todos del Big Bang), que hay un entrelazamiento de tipo cuántico (y
también posibles generalizaciones naturales de los campos morfogenéticos, tal
como plantean Sheldrake y Bohm a nivel del Cosmos), y por el otro, que muchos
científicos cataloguen 'sin más' de “seudociencia” y “superstición” a las
correlaciones a las que se refiere la Astrología!
Jung a la izquierda y Pauli a la derecha |
Nuestros
átomos se hicieron en el ‘Atanor Cósmico’ (parafraseando a la Alquimia ). ¿Si todos los
átomos se hicieron en los “hornos astrales” del Universo, y repito si todo está correlacionado, y si nuestros cuerpos se hicieron en las
estrellas, porqué sería absurdo o
impensable hablar de correlaciones entre las posiciones relativas de las
estrellas y nuestros estados 'interiores' y cuerpos 'exteriores'?
Sí ‘se
puede decir’ que las correlaciones de los átomos que componen el ADN tienen que
ver con nuestros rasgos, con nuestro temperamento, con nuestra propensión o no
a ciertas enfermedades. Esto sí es aceptado por la ciencia. Pero si miramos al
cielo, y buscamos correlaciones… ¡Ah! eso, la ciencia no lo acepta, y encima, lo
considera ‘oscurantismo’. ¿Será porque desde el espacio el cielo parece oscuro?
Yo, particularmente, no lo entiendo. Menos mal que soy universitario y
científico, ya que ‘ser universitario’, entre otras cosas, implica el tener y
ejercer la capacidad de pensamiento crítico, la capacidad de pensar libremente
y por sí mismo.
Considero –junto
con Jung, David Bohm, y tantos otros científicos- que no se puede separar tan
categóricamente -como se pretende- lo que es una ‘Ley Física’, de lo que es una
‘Ley Psíquica’. Lo social y lo cultural están sincronizados y envueltos
holográficamente en nuestro cerebro.
Lo mismo
que pasa cuánticamente, por ejemplo, que en el electrón está envuelto todo el
átomo; sucede en el ser humano: En nosotros está envuelta toda la cultura.
¿Entonces, es tan diferente la Física Cuántica, de la Antropología o de la
Sociología?
La
estructura arquetípica aparece tanto en la Matemática como en la Física , en la Psicología , la Sociología, etc. Porque, en el
fondo, es el hombre el que oficia como intermediario de todo eso. El que no ve los
mitos y arquetipos detrás de las “teorías científicas” es bastante necio –como es el caso de Stephen Hawking y otros, cuya ‘serie de
infinitos universos sin principio ni fin’, parece tomada de “la Doctrina
Secreta”, o de la antigua India, o del Tibet, o de los ‘Svabhavikas’ de la más
antigua escuela buddhista de Nepal- ¿No les parece?
Astrología, No Localidad, y las Cuatro Fuerzas de la Naturaleza
Una crítica bastante frecuente que se suele hacer a los astrólogos es: “ah, vos decís que ‘sos’ de tal signo, pero
en realidad, cuando vos naciste el sol no estaba proyectado ahí, por el tema de
la precesión de los equinoccios.”
Si uno explica la realidad con un
Principio de Complementariedad, no sólo desde lo corpuscular, sino también
desde lo ondulatorio (que según dijimos involucra infinitas dimensiones), como si el
zodiaco fuera una especie de ‘piano circular’, donde al pasar girando los astros van
sonando las correspondientes notas musicales (la “Música de las Esferas” de los
pitagóricos). La cuestión no está en considerar meramente los alineamientos
planetarios, ni en ver si el Sol cuando yo nací estaba en la constelación de
Cáncer al proyectarlo sobre la bóveda celeste, o se proyectaba sobre otra
constelación, debido a la precesión de los equinoccios. Lo importante aquí es
considerar la nota que sonaba en ese momento, lo “ondulatorio” y no lo
“corpuscular”. Cuando yo nací, no me queda la menor duda de que “estaba
sonando” la nota canceriana. Siempre estuve rodeado de mujeres (y con la mayoría tuve muy buena relación). Dicté mis clases en Facultades de Ciencias
Exactas, donde cada vez hay más mujeres, colegas y alumnas, salvo raras
excepciones –cada vez más raras-.
Volviendo a la pregunta, les voy a
poner una analogía. Supónganse que tengo frente a mí un cuadro de Charly García
y tengo una guitarra. ¿Qué, no puedo tocar una zamba folclórica porque tengo enfrente a
Charly García, en vez de tenerlo a Atahualpa Yupanqui o a Falú? ¿Hay algún problema que quiera tocar otro
ritmo por el hecho de que esté el cuadro delante de mí? Evidentemente, no. Lo
mismo pasa con lo astrológico. Si se da el alineamiento zodiacal o no, es un
aspecto que podría tener importancia en cuestiones corpusculares-newtonianas,
pero no todas las cuestiones astrológicas pasan por ahí… Y éste es el problema
de los físicos. Piensan “¿Cómo va a influir en mí un planeta o una estrellita ubicada allá tan
lejos? Eso es ridículo. Si consideramos la influencia gravitacional, es mucho
mayor la fuerza de la mano del médico que me está atendiendo, que la que tiene
un planeta, por más de que sea Júpiter. Si consideramos la fuerza electromagnética
tampoco se trata de ésta –salvo la influencia solar-. Y con respecto a la fuerza nuclear mucho menos. Ni la fuerza nuclear fuerte, ni la fuerza nuclear débil explican lo
astrológico. Y éstas son las cuatro
fuerzas conocidas que hay en el Universo.” Por eso, para ellos, es inconcebible el
accionar de lo astrológico.
Aquí está el problema. Ellos
están considerando solamente los aspectos
causales y de la física clásica,
mientras que hay correlaciones cuánticas no locales,
del estilo de las dos partículas que se separan, o de los gemelos. Y la “no
localidad” (o “contextualidad a distancia”), es la que, seguramente, está
funcionando aquí, lo cual es perfectamente concebible.
Es este tipo de correlación lo que actúa poderosamente en lo astrológico. Ya
que nuestros cuerpos están hechos de materia estelar surgida de un mismo Punto
Primordial (el del último) Big Bang es lógico que estemos correlacionados.
Esa 'inseparabilidad' entre las estrellas y nosotros se trata de algo muy
“lógico”. Por eso, la lógica va a favor de la Astrología , no en
contra. ¡Y es la misma lógica de la que se vale la Ciencia!
Distinción
entre “energía” e “información”
Hoy que ‘lo
energético’ está tan en boga, no debemos confundir, la energía
con la información. Hay materia, hay energía (aunque Einstein, mostró que ambas son equivalentes e intercambiables) y hay información. La función de onda cuántica
tiene información. Esta ‘información’, si bien parece algo puramente mental y subjetivo,
la Cuántica nos enseña que, sin embargo, puede llegar a ser un ingrediente muy activo también en la Naturaleza y el Cosmos
objetivo. Como en el ADN celular, por
ejemplo.
En todo sistema abierto se intercambia materia,
energía e información con su medioambiente. Si fueran lo mismo todos los “eruditos” serían “liberados
vivientes”, seres “realizados”. Y sabemos que no es así, un cambio de información no supone una transformación energética.
Para ser más exacto, si bien el almacenamiento y procesamiento de información
–digamos sobre “alquimia” en sentido psicológico- supone un gasto energético
por parte del cerebro, ello no equivale a la cantidad y calidad energética necesaria para una “transmutación”
psicológica. Para poner un ejemplo más simple, podríamos pensar en un objeto
tele-dirigido. Supongan que tenemos una lanchita de juguete que podemos manejar
a control remoto. Lo que hacemos es mandar una onda que tiene una
“información”, y que le dice a la lanchita por dónde tiene que ir. Esa
información involucra una energía también, pero muy chiquita: es la del campo
electromagnético modulado y oscilante que la contiene “en código”, y que la
trasmite por el espacio. Pero lo que realmente mueve a la lancha (no lo que simplemente guía su movimiento) es algún tipo de combustible que se quema y que
proporciona el grueso de la energía que mueve la lancha.
En
rigor, entonces, la “información” también parece tener una cierta energía y
materialidad. Aunque hay un interrogante, que planteó Karl
Pribram, que fue un famoso neurofisiólogo estadounidense, y es el siguiente: “¿Es la información
“esencialmente” Materia o Espíritu?” Yo no pretendo resolver aquí el enigma,
pero evidentemente hay un aspecto material-energético sutil en la
información, aunque también hay algo que parece exceder a ese nivel, y que tiene que
ver con la forma, con la idea, algo que trasciende lo material-físico y que,
sin embargo, puede meterse 'en y sobre' lo material y prepararlo para obrar. Pero se necesita
disponer de una “energía más concreta” adicional para
actualizar el poder de obrar.
O sea,
si estabas guiando la lanchita con el control remoto, pero resulta que se
le acabó el combustible ¡chau! ya no se mueve más...
El
Todo y cada una de sus 'partes', si es que el Todo las permite 'abstraer', moviéndose holográficamente. Eso es lo que David
Bohm llama la Holokinesis, el Holoflujo.
Karl Pribram (1919-2015) |
El
sentido de lo que nosotros podemos hacer, está en nuestra potencialidad. Uno
puede cambiar realmente su forma de vida, tiene la posibilidad de hacerlo, lo
cual no quiere decir que lo haga. Uno tiene que conscientizar primero todos sus
mecanicismos, todos los mecanismos, lo automático. Ya de por sí, darse cuenta de
eso, es un trabajo muy grande. Conocerse a
sí mismo es la base de todo saber.
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