"La Matemática es la Reina de las
Ciencias, y la Teoría de Números es la Reina de la Matemática".
Carl Friedrich
Gauss,
apodado "el Príncipe de la Matemática"
Dr. Adolfo Ramón
Ordóñez
El 137, y la representación gráfica del Eneagrama
Su construcción gráfica
Si partimos de un Círculo o Mandala, y
trabajamos con los nueve dígitos, entonces, tenemos que dividir al círculo en 9
partes (con ángulos centrales de 360°/9 = 40°), y marcaremos los puntos para
ubicar a estos números:
Luego, vamos a unir los puntos, pero respetando
no el orden numérico habitual (de 1, 2, 3, 4, etc.), sino el orden de la sucesión periódica que
apareció en las anteriores divisiones septenarias: 1/7, 2/7, 3/7, 4/7,
etc., y que era el siguiente: 1
-> 4 -> 2 -> 8 -> 5 -> 7 ->1 ->4 ->;... (No importa por dónde empecemos, lo
importante es respetar el orden en el que se suceden los números involucrados
en los períodos decimales). Y finalmente, con líneas punteadas marcaremos
las tres cifras
(3, 6 y 9) que quedaron por fuera de la sucesión periódica (cuando
algo es "periódico" implica que se repite cíclicamente).
Athanasius Kircher, monje, cabalista y estudioso del Eneagrama
Imaginemos ahora, que "cerramos" los
triángulos que estaban abiertos en el Eneagrama "de Gurdjieff". Esto
fue lo que hizo Athanasius Kircher,
un monje jesuita en 1650, o sea a mediados del siglo XVII, mucho antes que se
diera a conocer públicamente -al Eneagrama- en el siglo XX. Como monje
cristiano conocedor de la Tradición de San Pablo, tenía una concepción trina del hombre: Pneuma (Espíritu),
Psiquis (Alma) y Soma (Cuerpo) [Epístola a los Tesalonicenses
I; 5: 23]. Así que, relacionó al Eneagrama con la concepción trina, y con "los 9 Coros
Angélicos": Serafines, Querubines y Tronos; Dominaciones, Virtudes y Potestades;
Principados, Arcángeles y Ángeles.
Pero además, Kircher era cabalista. Y entonces,
intentó establecer relaciones entre su propia "versión" del Eneagrama, y las 9 sefirót del Árbol de la Vida. Ustedes saben que las
sefirót son 10. Pero este monje le adjudicaba
a Maljut (“Reinado”,
habitualmente, la décima sefiráh)
el sentido simbólico del círculo, y
entonces, desde Kéter ("Corona",
la sefiráh superior, que es la novena si
empezamos a contar desde Iesod),
hasta Iesod (la
novena sefiráh contando desde Kéter, o la primera si contamos desde abajo del Árbol y sin contar a la
sefiráh Maljut, a la que –según
dijimos- le asignaba el círculo englobador) le quedaban tres tríadas, las que
forman esas 9 sefirót, son los
9 dígitos, y los 9 vértices de un eneágono regular. Todo lo
cual, a su vez, lo relacionaba con la concepción trina de cuerpo, alma,
espíritu (cada uno de ellos, a su vez, triple).
En fin, así fue como el Padre Kircher explicitó
las relaciones del Eneagrama,
ubicando a los nueve
dígitos en triángulos,
que nos facilitan comprender las analogías, semejanzas y diferencias entre
estos números.
LEY de TRES: Para que algo ocurra –sea lo que sea-, siempre hacen falta tres fuerzas: una activa, o (+),
una receptiva, o
(-), y una tercera fuerza neutralizante
o conciliadora (0 = +-).
Por ejemplo, en los átomos hay electrones (con carga eléctrica negativa),
hay protones (con carga positiva) y neutrones (partículas eléctricamente neutras). Y
se sabe que los neutrones tienen una función "conciliadora", que
logra la estabilidad entre los protones del núcleo atómico, que por ser todos
positivos, se repelen entre sí.
Si nosotros observamos los triángulos del
Eneagrama, veremos que también muestran una distribución de ‘cargas’ positivas,
negativas y neutras, como sigue:
·
Primer triángulo (+): 1(+), 2 (-), 3 (+ -)
·
Segundo triángulo (-):
4(-), 5(+), 6 (+ -)
·
Tercer triángulo: (+ -): 7, 8, y 9 neutros
A su vez, esta distribución de los nueve dígitos del Eneagrama
nos permite establecer conexiones
de similitud o afinidad entre las cifras.
·
Por
ejemplo, si miramos en el vértice inferior izquierdo en la base de los tres
triángulos, veremos que allí están los siguientes números: 1+, 4-, 7 neutro.
·
En
el vértice derecho de la base, encontraremos los siguientes números: 2-,
5+, y 8 neutro.
·
En
los tres vértices superiores, quedan ubicados tres números que -como ya lo
anticipamos- se relacionan con los llamados "choques" en la
circulación del eneagrama: 3+ -, 6- +, 9 neutro.
¿Cómo podemos aplicar algo de esto? Tenemos que
tener presente que el primer triángulo se relaciona con la dimensión corporal de una
persona. El segundo triángulo, con la dimensión psíquica; y el tercer triángulo con una dimensión pneumática o espiritual
propiamente dicha, a la que sólo se accede realmente luego de una gran ‘metamorfosis’ psico-espiritual.
Ejercicio:
- Les
propongo que "juguemos" un poco intuitivamente, pensando
relaciones de similitud entre el 1, el 4, y
el 7, tomando en consideración en qué triángulo están
ubicados.
- Otro
tanto -establecer conexiones de similitud-, haremos con el 2, el 5 y
el 8.
- Del
mismo modo entre el 3, el 6 y el 9.
1. El número 1
(+) nos "transmite", unidad, no hay separación entre opuestos. Es un trazo recto
vertical, sin curvas, lo cual indica una energía fálica. Sin embargo, no
podemos considerarlo "masculino" aún, porque todavía -en el uno- no apareció lo
femenino. El uno está
solo, así que su carácter fálico está aún en potencia. El uno es el paso previo para la generación de la
dualidad. En el plano, podemos dibujarlo como un punto-simiente del que desciende verticalmente una línea recta (así
era la escritura arábiga original del uno). Al dos, lo podemos dibujar como una semi-circunferencia seguida de un trazo recto, pero esta
vez es una recta horizontal que divide al plano en dos semi-planos, y al número tres podemos
dibujarlo como un triángulo.
A su vez, el número 4 (-), transmite la idea de estabilidad, equilibrio e incluso de "estable
receptividad": pensemos por ejemplo en un "cuadrado",
forma geométrica de cuatro lados. Las cuatro patas de una mesa sobre la cual se come, o de una
silla sobre la cual alguien se
sienta, o una cama sobre
la cual alguien duerme, o de los animales; o las cuatro ruedas de un
automóvil. También nos "transmite" un sentido de rectitud (de ángulo recto; la escuadra tiene forma de "4"), y de justicia -la balanza
con la cruz y los
platillos. De hecho, este era el sentido que le daban los pitagóricos a este
número. Tenemos los cuatro
puntos cardinales. La cruz tiene cuatro brazos, y la palabra "crisis", "cruce",
tienen la raíz -"crs"(o la equivalente "crt")- como
en "cuatro".
Ahora bien, hasta aquí, algunas consideraciones
simbólicas del número 1, y del número 4. ¿Qué
vínculo podemos establecer entre ellos? Si dijimos que el 1 está
ubicado en el triángulo
corporal, y el 4 en el triángulo psíquico, entonces
podemos pensar que el cuatro también
tiene cualidades de "potencia" como
el número 1, pero en un plano psíquico. El cuatro, entonces, puede estar
vinculado a la planificación,
a aquello que busca tomar forma, pero que aún se encuentra en un plano ideal o potencial. Un
ejemplo visual de esto, es el de los planos de una casa. El 1 es
positivo (+), porque está "pujando" para
aparecer. En el cuatro ya alcanzó el plano ideativo, pero está como en un "statu quo" (como
una balanza ya equilibrada). De aquí que el 4 tenga polaridad
pasiva: (-). Tengo
los planos de la casa, pero hace falta algo que me lleve desde la ideación a la
construcción efectiva.
¿Y el número 7? Si el uno es un punto-recta vertical (algo
que es pura "potencia", y aún ni siquiera "se ve"), si el cuatro es un cuadrado (algo que ya tiene
"forma", pero aún está en el "plano" -como el plano de una
casa en construcción que tiene un carácter de ideal a realizar), el siete será el fruto -o la semilla en el fruto- de la potencia actualizada, como "guardado"
luego de llegar a la concreción. Es neutro porque en sí contiene
tanto la potencia del
uno (+), como
también la ideación psíquica del
cuatro en el plano -polaridad
pasiva o (-), a la espera de ser plasmada en el espacio.
Nota: En rigor, las polaridades anteriores
pueden variar, y de hecho lo hacen. ¿Es el cuerpo "activo" o
"receptivo" respecto de la psique? Y... según respecto de qué asunto
se trate, o de qué etapa de desenvolvimiento.
Al siete podríamos representarlo como un cubo desplegado (que
tiene 7 caras: cuatro cuadrados
verticales y tres horizontales,
con un cuadrado superpuesto en común). El siete implica haber
completado el "cumplimiento
o realización de un propósito". Los pitagóricos lo
llamaban el telésforos, o "el que porta (foros) o lleva hacia el
fin, y el que res-guarda la finalidad (o télos) de las cosas" (el
cumplimiento de su propósito).
Conclusión
¿Qué tienen en común 1, 4 y 7?
Los tres simbolizan
o representan "preparaciones" para lo que vendrá, o tendrá lugar a
partir de ellos. Dualmente, también representan e "implícitamente
contienen" al final que los precede, con su relativa
"completitud", "perfección", o "maestría".
El uno es un trazo vertical (como ya vimos)
El cuatro es 'un plan' (simbolizado por el cuadrado 'plano')
El siete está simbolizado por un cubo → (Ver la figura del cubo coloreado más arriba, antes de 'Conclusión') considerado como al plan ya "actualizado" en el espacio, o bien por un cubo 'desarrollado' o 'aplanado'. Si al cubo lo "re-aplanamos", quedará así → (Ver los siete cuadrados blancos 'aplanados' arriba, a la derecha del cubo coloreado, tres cuadrados horizontales y cuatro verticales, pero dos cuadrados se 'superponen' o se hacen coincidir.
Las preguntas 2 y 3 del ejercicio, las
continuaremos desarrollando en la próxima clase.
Aquí les dejo otro gráfico posible -además del
de Kircher- en relación a la ubicación de los números del Eneagrama en tres
triángulos, pero esta vez ubicando al tercer triángulo -el del espíritu-,
arriba, cerrando un gran triángulo y estableciendo nuevas relaciones
numérico-simbólicas. El Espíritu actúa como tercera fuerza "conciliadora"
entre el Cuerpo y el Alma, abarcando o "conteniendo" las
potencialidades de ambos. Noten el "137" [el número de ‘kabaláh’ o
‘recepción’] que se forma en la arista izquierda del triángulo mayor cuando el 'cuerpo' "recibe" al 'Espíritu'. Este
tema, lo dejo abierto. Simplemente se los presento para que lo vayan captando:
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