A cargo de : Psic.
y Mg Patricia Fernández A. de Ordóñez
2º Encuentro
Atención Plena, Vida Plena: Registro del Cuerpo
Haciendo
un poco de historia
Jon Kabat-
Zinn, en la Clínica de Reducción de
Estrés, ubicada en el centro Médico de la Universidad de Massachusets, llevó a cabo el siguiente
programa: Comprometerse a llevar a cabo
durante 8 semanas la disciplina de abrirse y escuchar (su respiración, postura,
emociones, pensamientos y entorno), sin pretender cambiar los graves problemas
que tenían.
Es decir, es un llamamiento simplemente a
‘ser’, sin esforzarnos en ‘hacer’ nada.
El resultado:
Importantes y sorprendentes transformaciones mentales y
corporales.
A lo largo del Taller iremos practicando para que
ustedes vean por sí mismos los cambios en ustedes. Y también, les iré contando
de modificaciones corporales (neuronales/cerebrales: en la estructura y en la
funcionalidad del cerebro, inmunológicas, etc).
Estos estudios se multiplicaron en otros países y
centros de salud de todo el mundo, y hoy hay numerosos estudios científicos de
estos cambios que son demostrables.
Citaremos a varios de ellos a modo de ejemplo, para
que podamos dimensionar el impacto de la práctica que estamos iniciando juntos.
Implica, nada más y nada menos que la posibilidad de que se modifique nuestra calidad de vida, nuestra
percepción de ésta para siempre, sin pretender cambiarla ( y ésta es la
paradoja).
El núcleo central aquí es
que la raíz de la modificación no proviene del ego (yo), sino de la gradual
manifestación del ser mismo -que se va imponiendo-, en cada uno de nosotros,
produciendo éste modificaciones en toda nuestra naturaleza.
Cómo
‘estamos’ hoy
·
La OMS predice que para el 2030 la depresión será el mayor problema de
salud del planeta.
·
Queremos superar el estrés en nuestras vidas,
vivir en paz, sentir más confianza, tener una buena relación con la pareja, o
disfrutar de nuestras carreras.
·
Hoy, el 30% de los casos de un psicólogo son problemas de depresión y ansiedad. Otro
30% están relacionados con síntomas que
no tienen explicación médica y están vinculados al estrés[1].
·
Hacemos de todo para lograr ’bienestar’, seguros
que si hacemos el esfuerzo adecuado, encontraremos
la solución para nuestro malestar.
·
Somos cuerpos y mentes ocupadas. O estamos
trabajando febrilmente para llegar a una meta, o estamos intentando resolver
los problemas, o nos consume la culpa.
En nuestro afán por avanzar y alcanzar nuestros objetivos o cumplir con
el ‘deber’, nos desconectamos del aquí y el ahora.
·
Al 50% de las personas les cuesta muchísimo
desconectarse, relajarse, están siempre pensando en los que les preocupa o deben hacer.
¿Y si el esfuerzo en mejorar las cosas fuera un
problema? ¿Y si nuestro hábito compulsivo por ‘el hacer’ y el ‘actuar’ fuera
parte del problema?
Sin duda, tenemos muy poco espacio en la mente.
Cuanto más de prisa vamos, menos espacio
Ocupados externa y mentalmente como estamos,
dejamos de estar presentes en nuestras vidas.
Nos perdemos el registro
(reacción, respuesta) de nuestro cuerpo, de nuestro entorno. Y así vamos
reproduciendo el estrés.
Lo curioso
es que si preguntamos qué nos haría sentir mejor, el 80% de las personas
responde:
- · Bajar el ritmo acelerado de la vida.
- · Bajar la cantidad de cosas que tenemos que hacer.
- · Seríamos más felices si pudiéramos ir más tranquilos por la vida.
- · Atentos al momento que vivimos.
¿Qué nos impide, entonces, vivir mejor?
Hacemos un culto del logro. También está la presión de lo colectivo: la televisión, las
instituciones. En suma, nuestro pequeño ego buscando cobtrolar. Después
de todo, el estado actual de la Humanidad es la proyección en masa de nuestros
pequeños egos, la dimensión de nuestra existencia anímica identidficada aún con lo colectivo.
Aprendiendo
a ‘ser’, hacer menos, percibir más: Nuestro Cuerpo
En nuestra cultura occidental, desde hace unos
siglos hemos venido separando cada vez más la mente del cuerpo, como si fueran
entidades separadas. Las vivimos como una dicotomía. El resultado: no
registramos la información, las señales que constantemente nos está enviando
éste.
Llegar a establecer una relación más consciente con
nuestra dimensión física puede llevarnos a una curación profunda.
Ejemplos de
relaciones problemáticas habituales con nuestro cuerpo:
·
Puede que no nos guste nuestro aspecto
(demasiado alto/bajo, demasiado delgado/gordo, demasiado viejo, etc.).
·
Hay quienes adoran su cuerpo: hacen excesivo
énfasis (obsesivo) en una dieta, ejercicios, etc.
·
Puede que estemos desconformes con la forma en
que nuestro cuerpo se comporta: sentimos dolor, ya no funciona como antes.
No estamos en paz en nuestro hogar físico, y al
habitarlo nos disociamos de él, ya que establecemos una relación tensa a través
de nuestra mente discursiva: Nos regimos más por el ‘cómo debería ser’ (lo que
pensamos), que por el ‘cómo es’ realmente, acompañándolo. Estamos buscando
cambiarlo constantemente.
Todas estas situaciones tienen
algo en común: ninguna se relaciona con el cuerpo tal como es, desde un lugar
de aceptación, compasión, sin juzgamiento, amoroso.
La
práctica de la atención plena –meditación en la salud
Con esta modalidad de vinculación -que
constantemente juzga, rechaza o busca cambiar- nos perdemos la información que
nos transmite el cuerpo, perdemos lo que éste tiene para decirnos.
Ejemplos de
informaciones que nuestro cuerpo nos envía:
·
Cambios
en la temperatura corporal: pueden desde indicarnos que debemos abrigarnos
o desabrigarnos, hasta la presencia de alguna infección corporal.
·
Síntomas
neurovegetativos típicos: transpiración de manos, sudor, sequedad en la
boca, sensaciones en el plexo solar, etc. Pueden indicar desde nerviosismo ante
una situación, hasta que nos sentimos amenazados.
·
Cansancio,
agotamiento: señal de que necesitamos descanso.
La práctica
de la atención plena desarrolla una percepción corporal más sutil.
A veces, estamos tan distanciados de nuestro cuerpo
que sólo recién escuchamos cuando aparecen
señales mucho más contundentes: Cuando nuestro cuerpo se enferma.
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