Una Reflexión desde la Psicología, la Astrología y el Simbolismo Espiritual
Parte 2
En esta 2º Parte relacionaremos los Principios de Eros y Tánatos del Psicoanálisis tradicional, explicados en la Primera Parte, con la Astrología, para ampliar el abordaje del tema.
En la 3º Parte introduciremos la perspectiva transpersonal psicológica junto con el Simbolismo Religioso sobre la cuestión, en un intento de comprender la diferencia entre ‘adicciones y goce’, de ‘Ananda / Óneg / Bienaventuranza/Nirvana’. Ambas cuestiones están relacionadas. Al mismo tiempo, se encuentran en las antípodas.
¿Qué nos dice la Astrología de la 'impulsión al Goce'?
Rudhyar, fue el primer astrólogo en enlazar la dimensión transpersonal anímica con la astrología. Tomando, como decíamos, la Ley de analogía Hombre/ Cosmos”, este revolucionario astrólogo, distingue dos niveles astronómico-astrológicos en el Sistema Solar y los correlaciona con dos modalidades de funcionamiento anímico así como con dos órdenes constitutivos del ser humano:
- el de los planetas visibles a ojo directo -desde el Sol hasta Saturno- , los cuales, según este astrólogo, psicológicamente se relacionan con los principios que organizan la Personalidad humana (orden ‘personal’ y 'manifiesto' de la psique), y responden a un principio de homeostasis o feed back negativo. Es decir, estos planetas representan a funciones anímicas que están al servicio del Principio de conservación del statu quo del sistema, y de la recuperación del equilibrio físico y anímico. Este orden está regulado por la medida, la dosis, el límite. Estarían emparentados con el Principio de Placer de Freud y Lacan.
- Por otro lado, está el nivel de los planetas no visibles -a menos que usemos telescopios-, Urano, Neptuno y Plutón, los cuales responden a un principio de feed back positivo, es decir, alejan al sistema (Solar, en lo astronómico, y a la Personalidad, en lo psicológico) cada vez más y más de las condiciones iniciales del sistema. Estos planetas 'no visibles a ojo directo representan a un orden constitutivo ‘transpersonal’, plegado o inmanifestado, de la psique. Utilizando un lenguaje más místico, podríamos decir que responden al factor anímico álmico/epiritual o nuclear. Por lo tanto, responden a fuerzas atractoras que trascienden la frontera personal, llevando al sistema (en este caso al organismo y a la vida anímica personal) más allá de la medida, de la dosis. Psicoanalíticamente hablando, entonces, estos planetas se vinculan al ‘Compulsión a la repetición (Tánatos) y al Goce’; y los planetas visibles desde el Sol hasta Saturno, responderían al Principio de Constancia, equilibrio y Placer. La salud psíquica consiste en el establecimiento de una relación entrelazada y dialéctica entre ambos órdenes, el personal y el transpersonal.
- Planetas visibles ( a ojo directo) desde el Sol hasta Saturno: Relacionados con la Personalidad, la medida, la dosis. Principio de Placer: Con descarga parcial de la energía anímica, y al servicio de la homeostasis del psiquismo. (Freud y Lacan)
- Planetas no visibles: Relacionados con la dimensión nuclear o álmica/espiritual, lo ilimitado y atemporal. Principio de Nirvana: Descarga total de la energía anímica. Tánatos (Freud). Tendencia al Goce (Lacan)
Tensión entre la Dimensión Anímica Personal con la Transpersonal
De este modo, Rudhyar deja establecida una tensión entre las dimensiones personal y transpersonal. Al tiempo que nos muestra cómo todo ser humano está ‘tironeado’ por energías que vienen de más allá de la dimensión con medida u ‘orden psíquico personal’. Esta energías, en el nivel astronómico (recordemos la relación de correspondencia 'Micro/Macrocosmos'), responden a influencias provenientes de más allá de lo planetario y solar, es decir, energías extrasistémicas, foráneas, desconocidas e incondicionadas desde nuestra perspectiva, que presentan todo un desafío para el psiquismo cotidiano. Expresándolo de otro modo, Rudhyar, afirmaba que los planetas trans-saturninos citados, son portadores de energía/información galáctica que recibe tanto el Sistema Solar, como el planeta Tierra y la Psique humana. A Urano, Neptuno y Plutón, los llama ‘los embajadores galácticos’, ya que al estar ubicados astronómicamente dentro de los límites de nuestro Sistema Solar, pero al ser simultáneamente portadores de energía/información extrasistémica, ofician a modo semejante que un ‘embajador’ en una nación: Su función consiste en representar una energía extranjera a nuestro sistema solar (en los niveles macro); y en la dimensión humana. Limitándonos a su influencia psicológica, al introducir información diferente, desconocida, extrasistémica, su presencia tiene la función y la posibilidad (no la certeza) de renovar la dimensión personal humana. Por este motivo, los planetas trans-saturninos usualmente son denominados ‘transpersonales’.
No sólo se los denomina transpersonales porque responden a una función que está más allá de la ‘personalidad individual’. También se los llama así porque son portadores de una energía proveniente de una Fuente trascedente, ilimitada y atemporal ( por lo menos desde nuestra estrecha percepción personal-cerebral). Para la dinámica psíquica que se percibe ‘separada’ de la totalidad, estas energías extrasistémicas que ‘tironean’ hacia la ‘no medida’, constituyen un verdadero desafío anímico sin precedentes históricos, porque la novedad es que este ‘tironeo’ a un ‘salto’ madurativo, por primera vez, en la existencia de la humanidad es colectivo (1).
El humano está constituido en esta paradoja personal/transpersonal. El gran tema es cómo articular a ambos órdenes si parecen inasimilables uno con otro. Recurriremos a un ejemplo mítico que nos ayudará a entender esta situación paradojal: La condición humana es semejante a la relación entre los dióscuros, los mellizos, Cástor y Pólux. El primero, Cástor, es mortal, limitado, fallido, como nuestra Personalidad. El segundo, Pólux, es inmortal, ilimitado, y portador de la Luz, como nuestra Alma. Están indisolublemente vinculados, pero reinan en el contraste.
Observado esto desde la dimensión personal de nuestra psique, el contacto con esa Fuente lleva a eventualmente a la disolución de la Personalidad porque nos estimula a trascenderla. En la Parte 1, vimos cómo el arte, la ciencia, el trabajo y hasta el esparcimiento tienen algo en común: En todas encontramos el exceso, la ausencia de registro de los límites de nuestro cuerpo que con sus ritmos nos pide una alternancia entre comida/saciedad, sueño/vigilia, actividad/descanso, y esto seguirá siendo así, a menos que descubramos un modo de relación entre lo ‘sin medida’ y ‘la medida’; entre lo ‘transpersonal’ y ‘personal’, que sea capaz de resistir esta tremenda tensión y la resuelva creativamente,al servicio del orden de la totalidad, y no destructivamente (al servicio de la parte -nos explayaremos en derredor de esto último en el próximo artículo). La vida del planeta y la nuestra, están en juego.
Es decir, los seres humanos tenemos la posibilidad de responder a dos órdenes, al solar y al galáctico (hablando con términos astrológicos); o al personal y al transpersonal (hablando con términos psicológicos). El primero conserva las condiciones ya establecidas en el sistema personal. El segundo, fuerza a renovarlas. Por primera vez para la humanidad como especie (y no ya sólo para algunos individuos aislados) existe la posibilidad de empezar a articular conscientemente ambos órdenes. Esto requiere de mucha energía vital exploratoria del fenómeno humano, de una actitud de indagación profunda, abierta. Sólo un acercamiento con un intenso espíritu de comprensión podrá ir construyendo un puente entre ambos órdenes. De otro modo, el peligro de autodestrucción,como vemos todos los dias, es enorme .¡Qué dilema!
¿Cómo se relacionan los planetas transpersonales con la compulsión a la repetición, el exceso y Tánatos (Pulsión de Muerte)?
Una lectura ingenua de Rudhyar, nos haría creer que con sólo abrirnos a las Fuerzas Galácticas, creceríamos, maduraríamos, paripasu avanza y evoluciona el Sistema Solar.
En Psicología Sistémica se conoce como Autorregulación organísmica al Principio regulador por el cual, un sistema puede sobrevivir y al mismo tiempo renovarse:
- Por un lado, es necesario permitir ingresos (inputs) de energía/información nueva proveniente de niveles foráneos que alimentan al sistema. Astrológicamente, aquí estaría la función renovadora de Urano, Neptuno, y Plutón.
- Sin embargo, esta asimilación de lo foráneo necesita ser rítmica, por parte del sistema. Una excesiva apertura a los estímulos que provienen de más allá de la frontera del sistema podría hacer desaparecer (morir) al sistema por desorganización de la información intrasistémica (pérdida de identidad sistémica, caotización del sistema). Y un exceso de ‘cierre fronterizo’ frente a los estímulos provenientes del exterior, podrían provocar la muerte ‘por inanición’ o entropía (ausencia de alimento y por lo tanto de renovación de energía/información en el sistema). Como vemos, se nos presenta la paradoja entre Orden y Caos, y cómo podría darse un vínculo entre ambos que permita la maduración de la existencia y no su desintegración por exceso de cualquiera de los dos extremos.
Vivimos en un planeta en el cual la Pulsión de Muerte (Caos) está creciendo a niveles alarmantes y no lo percibimos como evolución ni como maduración… sino más bien como un desastre en masa que no sabemos cómo detener, poniendo en peligro la supervivencia del planeta y la de la humanidad. Si en cambio, aprendemos a resolver esta dualidad constitutiva (Orden y Caos) de modo creativo, dialéctico, renovado, tendremos la posibilidad de una salida madura al conflicto. Necesitamos preguntarnos:¿Qué es lo que está en juego aquí? ¿Cuál es la diferencia entre un Buda, un Cristo, y alguien que no puede parar (de comer, de no comer, de beber, de trabajar, de drogarse, de gastar, tener sexo, etc.)?
En la Parte 3 indagaremos el tema de Adicciones y Goce, incorporando un abordaje del tema desde la Psicología Transpersonal, y el Simbolismo Mítico-Espiritual.
Llamada:
(1) El descubrimiento astronómico de Urano, Neptuno y Plutón, representa una sincronicidad. Simboliza al mismo tiempo (lo que sucede afuera tiene su correlato adentro, pues 'adentro y afuera' no tienen una separación absoluta), el des-cubrimiento para la psique colectiva humana de lo que representan estas funciones anímicas planetarias. Expresándolo con terminología de Jung, señala la 'constelación de esos Arquetipos' -las funciones que éstos representan- y la necesidad de ir conscientizándolos como especie. Este tema lo desarrollaremos en la Parte 3.
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Llamada:
(1) El descubrimiento astronómico de Urano, Neptuno y Plutón, representa una sincronicidad. Simboliza al mismo tiempo (lo que sucede afuera tiene su correlato adentro, pues 'adentro y afuera' no tienen una separación absoluta), el des-cubrimiento para la psique colectiva humana de lo que representan estas funciones anímicas planetarias. Expresándolo con terminología de Jung, señala la 'constelación de esos Arquetipos' -las funciones que éstos representan- y la necesidad de ir conscientizándolos como especie. Este tema lo desarrollaremos en la Parte 3.
Segui leyendo >> Adicciones y Goce desde una mirada transpersonal - Parte 3
Estos artículos de Patricia Fernandez Acosta Ordoñez nos muestran la importancia y practicidad del saber astrologico para la humanidad. Además, nos muestran cómo la Astrología se va renovando e integrando a Todas las ciencias. Es una Ciencia Integradora, la única que utiliza y relaciona a Todas las ciencias. Altra que "seudociencia"!!!
ResponderEliminarJaja. Gracias,Adol. Si. Creo que asi es,que la Astrología es una disciplina integradora. No obstante,tambien me interesa en los artículos señalar la necesidad de una "mirada" integradora,amplia, que es la única que nos permite abordar algo - lo que sea - con alguna posibilidad de generación de sentido. Esa amplitud en la mirada y en la 'indagación- pregunta',la vinculo con meditar. 😊
ResponderEliminarDe acuerdo, es necesario acompañar una ciencia con la correspondiente actitud científica que le es propia. Pero no hay "mirada" si no hay ojos y algo que mirar. La Astrología da un flor de "telescopio" y una clara interpretación de lo que se ve. La Astronomía sola y a secas da muchos datos. Pero nos deja con miles de millones de boleadoras que giran al azar...
Eliminar:)
EliminarAsí es, Adol.
Beso