REFLEXIONES SOBRE LO “FEMENINO SAGRADO”
La Divinidad como manifestación Femenino-Masculina ( Y no sólo Masculina)
Partiremos de una base muy simple: si Dios es “el” (necesariamente Único) “Principio Ilimitado e Infinito”, no puede suponérselo “Masculino” sin volverlo, al instante, “Limitado y Finito”. Por lo tanto, hemos de concluir que dicho Principio sintetiza Todo, en particular es la Raíz Última tanto de lo “Masculino Sagrado-Padre” como de lo Femenino Sagrado-Madre”. Si revisáramos las Filosofías religiosas desde la más remota antigüedad, confirmaríamos nuestra premisa. Para dar sólo algunos ejemplos entre los más difundidos:
- En la antigua China, el Tao se manifesta en los dos Principios Yin (Femenino) y Yang (Masculino);
- En la India, el Brahman (o Parabrahman o Absoluto) incluye al Shiva (Masculino) - Shakti (Femenino) Tattva (o “Principio”), y cada uno de esos dos Aspectos constituyentes del Tattva se subdivide en una Trinidad, originando el Maheshvara-Maheshvari-Tattva. Maheshvara (el Masculino, es similar al Logos griego, pero como Razón Espiritual); y Maheshvari (el Femenino, como sus respectivos femeninos o Shaktis, como la Trinidad Parvati-Lakshmi-Saraswati; este Femenino Divino, también llamado Daiviprakriti (Materia Luminosa y Angélica), es la Luz emergente del Logos que sintetiza todas las Shaktis, Fuerzas Femeninnas, “Daivi” ("Brillante") o Dévicas (Angélicas) surgidas desde la Mente Universal y volcadas sobre la Raíz de la Materia o “Mula-Prakriti” para construir el Brahmanda o “Huevo Cósmico”, del que nacerá el Hijo de la “Maternal Luz”. En síntesis, tenemos dos trinidades, una masculina (Maheshvara), y otra femenina (Maheshvari). De su unión surge el Huevo del Mundo.
- En la Kabaláh hebrea (o caldeo-hebrea) se presenta a Éin Sof (o Infinito) así como a Or Éin Sof (Luz Infinita) que sólo deja entrever, por un proceso de Tzintzumím (o contracciones u “ocultaciones” sucesivas) un Adam Kadmón andrógino que se manifiesta como un Aspecto Masculino y otro Femenino; etc.
De estas manifestaciones divinas andróginas surge el ser humano, y se repite “fractalmente” –como es arriba, así es abajo- el proceso del Adam Kadmón u “Hombre Primordial” (andrógino): primero Adán es andrógino y luego se separa en dos sexos, tal como declara el Génesis: en el Capítulo 1, Adán es hecho “macho y hembra” a imagen y semejanza de "Elohim” (palabra con un singular femenino “h”, y que, sin embargo, termina con el plural masculino “im”, aludiendo, por lo tanto, a la presencia de lo femenino y masculino combinados), y en el Capítulo 2, “Eva es separada del costado de Adán”.
La Androginidad del Tetragramaton: Aquellos que –por ignorancia del hebreo y la Kabaláh- sostienen que el IHVH hebreo es puramente Masculino, deberían aprender que dicho Nombre de Dios (el Tetragramaton, más conocido como "Jehová o Iavéh") tiene intercaladas dos letras masculinas (la iud “I”, y la vav “V” ambas hasta de formas fálicas) entre dos letras femeninas ( dos hei “H” con forma de matriz). Más aún, la palabra “ISH” (álef-iud-shin) que significa “hombre” lleva una letra iud “I” masculina del Tetragramaton; mientras que la palabra “ISHÁH” (álef-shin-hei) o “mujer” lleva en sí la letra femenina hei “H” del Tetragramaton. Éste es pués Andrógino.
- Y el Cristianismo, considerado como la Fuente Arquetípica que lo nutrió, más que como la Doctrina Eclesiástica, también presenta la característica primero señalada de
que lo Divino es Padre-Madre, como sugiere el “Padre Nuestro”, que originalmente, en arameo, era “Padre-Madre Nuestro”. En efecto, dejando para otros artículos los asuntos históricos más problemáticos, acerca de la vida “real” (no mítica) de Jesús y de su madre María (de quien los “Evangelios Canónicos” dicen bastante menos que lo que se acabó por aceptar tras siglos de Concilios y de Teología) nos dedicaremos primero al bello, simple y universal simbolismo filosófico-espiritual del Cristianismo. Por “Cristianismo”, aludimos al conjunto de movimientos que consideran la figura de Cristo como central, y no nos referimos meramente a la Iglesia Católica.
Lo hacemos así porque sabemos cuánta gente abandona a la religión –o a la Iglesia Católica por otras Iglesias Evangélicas- en parte, por no ser capaces de atravesar el grueso velo que separa su “superficial literalidad” que le da el aspecto exterior de “un cuento para niños”, o “un retorno a la idolatría”, de los místicos símbolos y alegorías que la reubican en lo científico y filosófico.
Insistimos en que lo que diremos no se referirá a “la madre histórica” del Jesús de hace más de 2000 años, sino a su Celeste Arquetipo (en sentido Platónico-Junguiano), al arquetipo de “la Gran Madre” del mítico Cristo (en el sentido moderno de “mítico”) y a su simbólica “Virginidad”. Después de todo, son esos arquetipos del Inconsciente Colectivo los que obran en nuestra psique, y no las polémicas decisiones humanas de los Concilios eclesiásticos.
Dios es la Esencia Una de las múltiples esencias, y a su Aspecto Masculino, lo simbolizaremos con el Sol (pero sólo como una metáfora “dominguera”, ya que el Domingo es, por una parte el Día del Señor, “Domine”, y por otra el “Sunday” o Sun-day, el Día del Sol). El Astro Rey del sistema solar (que simbolizará para nosotros todo el Sistema del Universo) genera la Luz que de él irradia. ¡Pero la Luz oculta muchos misterios! En hebreo, la palabra “luz” es Or, que se escribe AUR(álef-vav-resh) que suman 1 + 6 + 200 = 207 = 200 + 7 = RaZ (resh-záin) que significa “misterio”.
Aur (Luz)= 207Raz (Misterio)= 207
De hecho, según la teoría de la relatividad de Einstein si alguien pudiera viajar de modo de hacer que su velocidad tienda a la de la luz, no experimentaría el paso del tiempo y las cosas encogerían hasta anularse su longitud espacial en la dirección de su movimiento. Sin embargo, según dicha teoría, la luz genera tanto al tiempo como al espacio y a la estructura causal del espacio-tiempo.
Pues bien, esa irradiación casi “inmaterial” de la luz, que se manifiesta corpuscularmente a través de fotones con masa nula, y que es la generadora de la Gran Matriz del Espacio, simbolizará “la Virgen de Luz”, o “La Virgen María”, el Femenino Sagrado.
El Nacimiento de Cristo y su Cuerpo Místico, de esa unión Padre- Madre
¿Por qué merece esas expresiones (“Virgen de Luz”, “Gran Matriz – Madre-Espacio”, etc.)? Para comprenderlo, pensemos en una sustancia que actúe reflejando la luz, como un espejo. En su superficie se formará una imagen en miniatura del Sol. Imaginemos que el espejo está formado –de un modo “navideñamente maravilloso”- por cierta “materia trans-substanciada” aportada por las Almas de “Grandes Seres” [Llamados "santos" en la literatura eclesiástica] que pudieron conectar con la Humanidad.
Entonces, la Imagen del Padre-Sol reflejada en dicho “Cuerpo Místico” (el Espejo) es el Cristo o Imagen reflejada del Sol, el Hijo de la Madre Luz –que obviamente, es una Virgen ( función femenina sagrada), porque en este nivel metafísico al que aludimos, no hay reproducción sexual genital, sino intercambios de polaridades yin/yang.
Ahora pensemos que ese espejo corresponde a cierta sustancia (el cuerpo causal, o ‘cuerpo álmico’) de sólo un individuo “común”. Entonces el “pequeño sol” simbolizará el “Yo Superior, trascendente”, profundo y espiritual que ese individuo siente en sí mismo, “a imagen y semejanza del Sol”. Éste es su "Jesucristo interior", su Ser como "hijo de Dios", que cargará con el karma ("los pecados" en la terminología bíblica) de sus encarnaciones, y será la fuente de todo el amor y la luz que sea capaz de expresar.
Esto nos hace captar mejor aquellos dichos de San Pablo, tales como: "...en la Venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus Santos" [1 Tesa 3:11]; “Por Jesucristo en nosotros hemos obtenido el acceso a esta gracia...la esperanza de la Gloria de Dios” [Epis. Rom 5:1-2]; y “¿No sabéis que sois el Templo [Santuario] de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruye el Templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el Templo de Dios es sagrado, y vosotros sois ese Templo” [1 Co: 16-17]
Por otra parte, si después de rebotar en el espejo, la luz desciende, hasta rebotar nuevamente en otra “superficie reflectante” (función femenina, aquí ya conectada con la dimensión material), que en vez de ser un espejo bien pulido es una pared opaca, el reflejo será de menor calidad, con menos definición. La persona sentirá la imagen del mismo Sol como su “yo inferior”.
Repasemos: está 1) el Sol-Fuente de Luz, 2) la angélica Luz que trasmite la cualidad solar, 3) la superficie sustancial reflectora y 4) la imagen del Sol en ella reflejada. Y esta imagen puede multiplicarse ad infinitum, una por cada ser, aunque siempre el Sol es Uno.
Finalicemos afinando un poco el simbolismo. ¿Por qué tiene la letra “m” esa forma ondeada? La “m” es la letra inicial de madre, de María-mare-mar-Stella Maris, etc.). ¡Además de las olas del mar y de las típicas “curvas” de una mujer, es que la luz, es una “onda electromagnética”, tal como las frías microondas muy cerca del cero absoluto de la radiación de fondo, de ese frío océano dejado por la radiación inicial del Big Bang que recorre la totalidad del Cosmos!
Las "Apariciones de la Virgen" y los Seres Angélicos
Recordemos también que la Luz Blanca es una síntesis de la luz de todos los colores, y que al atravesar un prisma de materia cristalina se dispersa en los colores del arco iris (con sus infinitos matices intermedios) y otros “colores” que los hombres comunes no somos capaces de ver. Pues bien, en nuestro simbolismo, esos colores representan los 9 Coros Angélicos, según Dionisio Areopagita, discípulo de San Pablo, que menciona en sus Epìstolas a 5 de esos Coros [Epis. Colo 1:16], y que corresponden a las 9 Sefirot Superiores a Maljut del Árbol de la Vida cabalístico (correspondiendo Maljut a la Jerarquía Humana). La “Virgen María” es la Santa Síntesis de todos los Ángeles, esos “Coloridos” (y “Musicales” para algunos privilegiados) Mensajeros de nuestro Padre-Sol. Esta relación se acentúa al advertir la “carga simbólica” de algunos nombres femeninos, tales como: “Mariángeles”, “María Angélica”, etc.
¿Y qué es lo que estuvo ante nosotros en las innegables “apariciones” de la “Virgen María” ante tanta gente y en tantos lugares (Fátima, Lourdes, Guadalupe, etc)? ¿Fue la madre histórica “ascendida al Cielo” de Jesús? No lo creo. Fueron vistas las imágenes holográficas del Femenino Sagrado que yacen en las Luces de los Ángeles, y que pueden ser vistas en ocasiones especiales por nosotros, los seres humanos mientras vivimos en este mundo material. Pero son Ángeles-Mensajeros lo que se apareció ante el asombro de los maravillados testigos. Y también es luz angélica la que se aparece en “el túnel” a los que pasan experiencias cercanas a la muerte.
Por eso se dice que el Cristo, el Ungido por la Esencia de la Luz, es “Maestro de Maestros e Instructor de Ángeles y de Hombres”, así como que cada Hombre tiene en sí un Ángel de la Guarda, que es llamado “su Doncella” interior –la imagen en su interior de la Luz, del Femenino Sagrado-. Sin duda tendrá cada uno que ser como un “caballero medieval” con su “Doncella”, y “salvarla” luchando contra el Dragón (como San Jorge) evitando la destrucción de su espejo interior…
Para concluir con este simbolismo, notemos su eficiencia al observar esas estampitas de la Virgen María coronada como “Reina del Rey Sol”, irradiando Rayos de Luz, parada sobre una media luna “reflectora”, y vestida con su librea celeste y blanca como el cielo. Como dice el Salmo 104:2 “Otéh or queshalmáh”… en hebreo, que quiere decir, “que [Dios] usa la Luz como Sus vestiduras”…
Terminemos recordando el comienzo del saludo del Arcángel Gabriel al saludar a María en la mítica escena –motivo de tantas pinturas- de “la Anunciación”: “Av-e-M-aría, llena eres de Gracia, el Señor es contigo…” ¿Notan el AVM = AUM = OM?
OM-OM-OM
Nota: Recomiendo como lectura complementaria y aclaradora, a dos artículos anteriores en los cuales hemos abordado el tema de lo femenino:
Dr. Adolfo R. Ordóñez
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